© Carmen Mandinga

Fueron cuatro días en los que más de 1500 participantes interactuaron en presentaciones, actividades académicas, showcases y una rueda de negocios en la que tomaron lugar más de 2200 citas que reunieron a empresarios, sellos, festivales y programadores con el fin común de fortalecer la circulación de la música latinoamericana por el mundo.

Debido a la privilegiada ubicación de Colombia en el centro del continente, esta reunión facilitó el intercambio entre asistentes provenientes de todos los extremos del continente y más allá, quienes disfrutaron además de cuatro jornadas de actividades showcases con un espectro sonoro tan amplio como para abarcar agrupaciones de Brasil, Costa Rica, México, Argentina, Uruguay, Brasil, Venezuela, España, Corea, Nicaragua, Chile, Haití y Colombia, por supuesto.

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Como ya es habitual, la curaduría musical dio prioridad a los proyectos emergentes y mantuvo un balance entre bandas locales y visitantes. Una vez más, Circulart se caracterizó por apropiarse varios escenarios emblemáticos de Medellín como el Teatro Pablo Tobón Uribe, la plazuela San Ignacio y el Teatro Matacandelas, permitiendo a los participantes conocer y disfrutar más de estos espacios y de la ciudad misma.

Gracias al creciente número de asistentes, y al posicionamiento de Colombia como espacio de producción y difusión musical, este año el encuentro se prolongó por un día adicional a lo acostumbrado en el que se generaron experiencias y conexiones de valor para el sector. Circulart se presenta entonces como uno de los eventos más relevantes para la música independiente en Latinoamérica donde, más que nunca, los diferentes actores se vinculan para fomentar la gestión y circulación de los proyectos musicales de la región.

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