No es por querer jubilarlas ni retirarlas, pero la era de divas latinas de alcance global que vio cómo nombres como los de Gloria Estefan, Jennifer López, Paulina Rubio o Shakira plantaban la sombrilla en la primera línea del mainstream global, comienza a dar paso a sus sucesoras en un momento en el que el reggaetón, la bachata y la sonoridad de la música latina comienza a dejar de sonar exótica y empieza a marcar la pauta de cómo sonará el pop anglosajón durante los próximos años.

Mientras algunas de las grandes artistas empiezan a verse amenazadas y atenazadas por el martillazo del presente millennial, intentando dar los últimos coletazos para estar en la onda (lo de Shakira en su último disco, El Dorado, es de traca: una canción que se llama “trap” y colaboraciones con Nicky Jam o Maluma, para intentar no quedarse fuera); una serie de artistas nacidas en los años ’90, la misma década en la que las últimas grandes referentes del pop latino se hacían grandes, comienzan a soplarles la nuca y comerles la tostada como no hubieran sospechado tan solo tres o cinco años atrás.

Las más osadas han decidido romper con el tufo del estilo marcado por algunas de ellas, con ese aire al Sonido Miami que latinizó con bastante poca intensidad el sonido del pop global; y comienzan a proyectar cuáles serán las tendencias del pop comercial y la música de baile de toda una generación que ha vuelto a descolocar a la industria en el año del Despacito. Hay razones de sobra para pensar que quizá la nueva Beyoncé habla español mejor que tú y que yo, y que consigue expandir su sonido al territorio comercial angloparlante no solo sin renegar de sus orígenes, sino exaltándolo como la mejor de sus marcas.

 

CAMILA CABELLO


Es el nombre que más fuerza, alcance y proyección tiene de todos. Hoy día, es la heredera natural y aparente nueva reina latina. Al menos este último mes: su debut homónimo, primer álbum tras formar parte de Fifth Harmony, han colocado a la cubana como una de esas figuras capaces de conectar el tumbao latino con el pop urbano de marca anglófila del que aún el mainstream estadounidense no se ha podido quitar. Su debut ha dejado momentos brillantes, pero la decepcionante sensación de que podría haber exprimido mucho más su vis latina: si hubiera más canciones como sus singles She Loves Control o Havana y menos refrito del sonido de diva pop de los ’90, otro gallo cantaría. Aun así, ahora mismo, para ella la perra gorda.

 

ANITTA


Si hace más de una década, Diplo se coló en las profundidades de la música de las favelas para llevar ese funk carioca al territorio de la electrónica alternativa; ahora parece que no va a haber que buscar forasteros para llevar la música brasileña más salvaje a radiofórmulas y pistas de baile. Larissa de Macedo Machado nació hace 24 años en Río de Janeiro; y a pesar de que lleva cuatro álbumes publicados, el último año largo de Anitta ha conseguido plantar una semilla imponente: una artista que se acerca al reggaetón desde cadencias cariocas e incluso africanistas como el dembow, que canta en un curioso portunglish, que rezuma juventud y que pone voz a hits de firma propia (como Vai Malandra, Paradinha o Downtown) o ajenos (ha acompañado a J Balvin, Alesso o Maluma), nos hace pensar que quizá la alegría sí es solo brasilera.

 

KALI UCHIS


Es la que más rompe con el estereotipo de diva latina. Normal: y es que la colombiana Karly Loaiza ha forjado su sonido en los locales de ensayo de Virginia, y su sonido le debe más al soul, el r&b alternativo e incluso el indie-pop que al reggaetón o el trap latino. Su pronunciación anglófila la delata, pero también abre un melón expresivo en el terreno en el que ahora mismo gobiernan práctica y únicamente hombres: el de The Weeknd, Kaytranada, Tyler, the Creator o Miguel. Kali Uchis debería publicar ya un debut que consiga revolucionar el terreno urban alternativo mundial.

 

BECKY G


Si en los últimos seis meses no has cantado aquello de “a mí me gustan más grandes: que no me quepan en la boca” es que has vivido dentro de un tarro de mayonesa envasado al vacío. Rebeca Marie Gómez es en realidad californiana de nacimiento, pero su sangre es mexicana. De ahí que éxitos como la mentada Mayores o Shower, con tanto de las cadencias urbanas del momento (reggaetón y ese sonido tan Major Lazer) como del ritmo anglófilo predominante (el pop urbano) sumen cientos de millones de reproducciones en plataformas digitales. A sus 20 años, Becky viene pisando fuerte.

 

AITANA OCAÑA


Acaba de salir de la academia de Operación Triunfo. Tiene apenas 18 años. Ha quedado segunda en esta edición del talent show musical, posiblemente el más exitoso después del de la primera edición. Pero hay algo que nos hace creer que la jovencísima cantante catalana tiene madera para ser la heredera de Ariana Grande, Dua Lipa o Sia: no sólo maneja a la perfección ese estilo, sino que su timbre de voz tiene poco que envidiar al de estas, algunas de las grandes divas pop del momento, y su presencia y fotogenia es absolutamente espectacular. Si bien no ha conseguido ganar OT, Aitana es sin duda la que tiene más seguidores en redes sociales, la que acumula más reproducciones de sus canciones, y ya tiene un hit que escucharemos todo el año: Lo malo. Habrá que seguirle la pista: es la gran esperanza que tiene España de tener una diva pop de alcance global.

 

PABLLO VITTAR


Drag queen brasileño, la propuesta de Pabllo Vittar rompe con los cánones de lo femenino y lo masculino. La revolución sexual que impone una figura como la suya no se queda simplemente en la fotografía imponente que el vocalista trans de 23 años deja entrever, sino también en un cancionero que, como demostró en el rupturista Vai Passar Mal o en singles como el flamante Paraíso, abren un melón que se debate entre el reggaetón del futuro, el teatro de revista trans, el soul carioca y la universalización de la música de la calle.

 

LALI


A Mariana Espósito la conocemos desde que es muy pequeña: era una de las caras más reconocibles de series adolescentes como Chiquititas, Floricienta y, sobre todo, Casi ángeles. En dicha serie fue cuando la argentina comenzó a despuntar como cantante, cuando se formó, como sucedió con Rebelde Way años atrás, la banda Teen Angels. En el caso de Lali, la cosa no fue amor de un día: tras cerca de siete discos y casi una década con la banda-apéndice de la serie, Lali lleva cuatro años desarrollando una carrera en solitario que, con su segundo álbum, comenzó a tener proyección internacional. Y es que canciones como Tu novia, Una Na, Ego o Boomerang, con millones de reproducciones en plataformas digitales, han colocado a Lali como la gran esperanza argentina (sí, por encima de TINI, antes Violetta) por hacerse con un hueco en el territorio del urban pop, tan cerca de la EDM y el dubstep como del trap latino.

 

LESLIE GRACE


Nacida en el Bronx hace 23 años, esta estadounidense de origen dominicano es una de las más versátiles de todas: compone la mayoría de sus propias canciones, es bailarina, tiene un estilo vocal que se mueve entre el r&b y la bachata y lleva desde los 14 años trabajando en la industria (publicó un par de álbumes de perfil diva teen). Sin embargo, es recién ahora cuando su nombre está comenzando a circular con fuerza, compartiendo singles con Wisin, Maluma o Becky G y firmando algunas de las canciones que más fuerza están haciendo en este principio de año, como Duro y salvaje.

 

KAROL G


Nacida en Medellín en los años en los que el cártel de Pablo Escobar campaba a sus anchas, la colombiana Carolina Giraldo lo ha petado el pasado año con su debut, un Unstoppable en el que se rodeó de ilustres de la música latina como Ozuna, Bad Bunny o Kevin Roldán y firmó algunas de las canciones de trap latino más radiadas del 2017, como Ahora me llama. Además, puso voz a En la cara, el reciente hit de Major Lazer y se desenvuelve con la misma soltura por las nuevas tendencias del pop urbano latino como en acercamientos EDM y disco.

 

NATTI NATASHA


Es la única de la lista que salta la media de edad: supera los treinta años y nació en 1986. Sin embargo, y a pesar de que su único disco largo (lo de ‘largo’ es relativo, tenía siete canciones) data de 2012, ha sido en este último año que el alter ego de la dominicana Natalia Alexandra Gutiérrez Batista cobró relevancia. Es la voz que acompaña al “negrito de ojos claros” Ozuna en Criminal, la canción más radiada de uno de los nuevos reyes del reggaetón, y que acumula casi 1.200 millones de reproducciones solo en YouTube. Antes lo había hecho con Daddy Yankee; y este año ya ha encontrado a aliados de la talla de Bad Bunny o R.K.M. & Ken-Y en los dos singles que ha comenzado a rodar este 2018. Su voz deja esa querencia bachatera tan dominicana; pero su manejo de las cadencias del reggaetón más sinuoso y menos acelerado, sumado a su experiencia como cantante melódica, son un grado.

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