En esta contradicción, aparece un sentimiento profundo que experimentan quiénes ven el futuro mirando hacia atrás, como si de un remero se tratara. Huímos hacia adelante con los ojos puestos en la nuca, no vaya a ser que despertemos pesadillas pasadas y nos dediquemos a repetir acciones como si del día de la marmota se trata.
Ahora bien, ¿nadie se ha planteado vivir el presente y ya? Si eres de los que están en esta liga, bienvenido a Don't Kill My Vibes, una hora de meditación rítmica que mejora los efectos del mindfulness.
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