El cianuro es una de las sustancias tóxicas más antiguas que se conocen, su uso como agente mortal ha sido empleado desde la Antigüedad porque se encuentra en frutas tan inocentes como la ciruela, el melocotón y las almendras amargas. Los estudios dicen que son suficientes veinte almendras amargas para acabar con la vida de una persona.
Los síntomas provocados por la ingesta de cianuro son terribles, empiezan por la respiración profunda y rápida, luego aparecen convulsiones y pérdida de conocimiento, daña profundamente al aparato digestivo y provoca el konzo, una alteración neurológica.
Uno de los hechos históricos más famosos relacionados con el cianuro ocurrió en la Rusia de los zares. El asesinado respondía al nombre de Rasputín y fue uno de los personajes más oscuro de la historia de la Humanidad. Su leyenda lo sitúa como sanador de la corte del zar Nikolai y la zarina Alejandra, quien desesperada por las hemorragias de su hijo Alexi, recurrió al santón para que le pusiera remedio. Inexplicablemente, Rasputin consiguió frenar la hemofilia y en poco tiempo se convirtió en el azote de la corte. De aspecto funesto e inquietante, poseedor de un pene prodigioso, sometió a cortesanas y ministros a su implacable voluntad. Hasta que un buen día, se perpetró su asesinato, una sardónica ópera buffa orquestrada por unos condes muy chapuceros.
Desde entonces, la memoria de Rasputín ha quedado ligada al cianuro aunque, según cuentan fuentes de la época, este compuesto poco hizo al oscuro sanador. Quizás supo de las intrigas y tomó algún antídoto para frenar la acción del ácido. Sea como fuera, lo que Rasputín no conocía era la medicina que es capaz de sintetizar DJ Andy Grey, un remedio musical tan efectivo como la vitamina B12. ¡Para que lo baile Rasputín!
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