Aunque con este mini-LP se cerraba la trilogía de discos de “danses” de Chiquita Serrano et son Ensemble Cubain para el sello La Boîte à Musique, Dansons à Cuba (Bailemos en Cuba) anunciaba una repunte de la música cubana en París gracias a la introducción de un nuevo sonido, el de la flauta de madera de las charangas. El año era 1960. Mientras en Cuba el declive del cha cha chá había provocado sangría en sus orquestas protagonistas, en Francia, gracias al éxito de la película La verdad, el tema Yo tengo una muñeca de la Orquesta Aragón, con su genial introducción de Richard Egües, causaba sensación entre los bailadores. En la Ciudad de la Luz no había charangas, pero sí dos flautistas tránsfugos de la Orquesta América, Clemente Lozano y González Fernando, recién llegados en busca de nuevos horizontes musicales y preparados para tocar en cualquier tipo de formación latina. La sana competencia que se desarrolló entre ellos benefició a la calidad de las grabaciones cubanas made in France de la época.

En este disco, la virtuosidad de Don Gonzalo es evidente.

En Goyito, sus floridas estridencias sobrevuelan las percusiones y recuerdan los sonidos junglescas de los albumes exóticos grabados en los estudios hollywoodenses, tal el Afro-Cuban Influence de Shorty Rogers (RCA Victor LPM-1763). Y no es el único tesoro que esconde Dansons à Cuba. La paloma, título que parecía el menos apropiado del repertorio, se revela en su segunda parte carne de descarga. Fricasé de pollo, guaracha popularizada en 1949 por Daniel Santos bajo el título Pa’ fricasé los pollos, adquiere otra dimensión con las improvisaciones en francés de Chiquita que, con su acento criollo, nos lleva directamente al continente africano. Dos otros hitos del disco son Anabacoa y El golpe bibijagua, ocasiones en las que los músicos encuentran espacios para dejarse llevar.

Lástima que este golpe fuera el canto del cisne de Chiquita Serrano. Haría una aparición un año más tarde en la orquesta del Keur Samba (BAM EX-256) antes de retirarse de la música, devastada por la muerte prematura de su hijo Pepito, y consagrarse a la pintura.

- Tommy Meini