Suso 33

 

DJ Gufi ha resucitado en la nueva ubicación del Café Berlín de Madrid y lo ha hecho después de la histórica jam de los miércoles dirigida por Diego Guerrero.

Hay síntomas que le indican al DJ’s que ha hecho una buena sesión. Dos chicas nórdicas que se las han bailado todas (aunque intentaron sentarse a charlar tres veces) suponen que las he leído su pensamiento musical cuando lo único que sé leer son las caderas.

Otro síntoma es que la pista esté llena cuando, al final de la noche, pones lo mejor de lo mejor. En este caso Y ahora qué del primer disco de Diego del Morao (con la colaboración de Diego Carrasco). No es una composición especialmente bailable y no hay nadie en la pista que haga el gesto de saber bailar flamenco (no hay taconeos, gracias). La pista se mueve por el impulso de la música y de otra noche especial.

Es miércoles y la jam de Diego Guerrero ha estado encendida. En la primera parte el invitado ha sido José Soto “Sorderita”. Le saludo, hace años que no nos vemos. “Aquí estoy, con la juventud” me dice con una sonrisa. En la segunda parte suena Zyryab la composición de Paco de Lucía, luego le meten un tumbao entre flamenco y salsero y se despejan mesas y sillas para descubrir la pista de baile.

Una chica me insiste en que ponga salsa, antes de que esté conectada la mesa. Mmm.

Comienzo con El Guayabero una garantía para las caderas revueltas, un groove profundo que siempre deja la pista mejor que antes de sonar. Pincho Gitana la composición de Manzanita en la versión de Willie Colón, el principio del tema no es trepidante pero unos cuantos bailadores identifican la pieza antes de que llegue el coro y los pies siguen el estribillo. Apuesto por la Rumba escabrosa del propio Manzanita, es un instrumental pero los bailadores no se cortan y mantienen el ritmo al compás del contrabajo de David Thomas. Una de alivio: Me pone la cabeza mala el temazo de Van Van. El guitarrista Rycardo Moreno baila con las manos arriba. La cosa está caliente.

Conecto con Gnawa Difusion, una chica morena baila el reggae moruno al estilo casino. Reconecto con Los Delinquentes y su versión de Piratas del estrecho (con Muchachito y la Excepción) el hijo de un amigo sube al escenario para hacerse un selfie conmigo. Parece que se ha roto otra barrera generacional. Suena Buika y baila todo bicho viviente, incluso allá lejos en la barra donde se atrincheran las conversaciones.

Es el momento de decirlo: I feel God, se desgañita James Brown y el acompañante de la salsera del principio libera su cuerpo y se hace otro selfie. Suena African Twist el boogaloo de Palmieri. I like like that. (Pete Rodríguez). Pasamos a la cumbia cartagenera, época fetén y volvemos a Jerez con el Gitano Hippy de Diego Carrasco. Suavizo con la mezcla que hizo Beck de Cesárea Evora y la claridad del coro criollo cubano. Volvemos a África con el Shongay 2 de Ketama con la gente de Mali. Suena Senegal con la orquesta Baobab. Las Palmeras de Martirio en el arreglo de Raúl Rodríguez. Sentimiento (“In a sentimental mood de Ellingtom cantado por Alain Pérez en rumba del disco de Jerry González) y Lin Cortés con su Angel Negro y suena la de Diego del Morao. ¡Y funciona!

Un actor famoso me felicita por la sesión en la barra. De vez en cuando apetece sentirse artista. Fuera, huele a mañana.

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