Los fuertes, sin embargo, despiden el año dándose un chapuzón en las gélidas aguas de los glaciares, escalan montañas nevadas y, sí, sienten auténticos escalofríos de placer ante la sensación de frío. En ellos y en los demás. Son individuos que pueden subir de cero a cien con solo ver a otra persona frotándose las manos en el metro. No se extrañen, esta extravagante inclinación tiene un nombre ya: Psicrofilia.
La música, por definición, no tiene temperatura pero en esta emisora nos gusta pensar que somos más de ritmos calientes. Por eso, para aclimatar las pasiones, presentamos esta hora de músicas a baja temperatura. Se cocinan despacito y el resultado es el derretimiento total.
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