Macondo rodeado de fieras
Gabo, Galeano, Lorca, Blades, Matamoros, El Gato, Los Lobos y El Lebrijano. Estamos saliendo de cien años de soledad.
Y no sabemos que es lo que nos vamos a encontrar ahí fuera. Así que salimos con cautela, como los gatos, con almohadillas en los pies y colgantes en las orejas que nos tapan las narices y la boca porque hay alimañas y virus ahí fuera.
A veces las revoluciones se imponen gracias a la pluma, antes que con la espada. Los textos de Gabriel García Márquez y Eduardo Galeano sirven para transformar el flamenco y la salsa.
Rycardo Moreno me pidió que leyera un relato de Eduardo Galeano para su disco dedicado al escritor uruguayo. El texto es, también, una reivindicación del trabajo que realiza la gente de la cultura. Esta sesión-playlist está protagonizada por felinos y cánidos (perros, Lobos y Coyotes). Así que nada mejor para ponerse en situación que sentirse pulga.
Sueñan la pulgas con comprarse un perro (Eduardo Galeano).
En el texto que leo, El Sistema 3, le cambié un acento al original. Cuando aquí (en Madrid) decimos “No te metas”, en el Río de la Plata dicen: “No te metás”. Significa lo mismo, pero no con la misma intensidad.
Rycardo Moreno hizo el disco A Galeano, con la voz de Sandra Carrasco y el acordeón de Joao Frade, un músico portugués procedente de El Algarve, una región con una música popular tan potente como el vino de sus tabernas.
En el flamenco hemos aprendido que si intentas cantar a Federico García Lorca en sus textos más vanguardistas… te salen discos distintos y revolucionarios como La Leyenda del Tiempo de Camarón o el Omega de Morente. En la salsa a Rubén Blades le ocurrió algo parecido cuando adaptó los textos de Gabriel García Márquez en el disco Agua de Luna (Elektra, 1987).
¿De dónde son los cantantes? se preguntaba Miguel Matamoros en aquel son fundacional.
Un día Gabo dijo: Cuando Lebrijano canta se moja el agua, que no sabemos lo que significa, pero nos gusta. Así que Juan Peña El Lebrijano se puso a cantar las cosas que escribe García Márquez. Ahí debutó Rycardo Moreno. No es fácil adaptar un texto de Gabo o de Galeano por soléa. Es difícil porque la literatura se alimenta de imaginación y de libertad… pero la soleá vive lamentando su pena por los rincones. Por eso arrastra los pies como un condenado a muerte (según la afortunada descripción de Pedro Lopeh).
Eso nos lleva a hacernos la pregunta del millón: Mama yo quiero saber ¿de dónde son los escritores? No sé de dónde son ustedes/vosotros. Yo soy de Macondo.
Entre las incógnitas que nos dejó Peret se encuentra este Río Magdalena que grabó en sus comienzos y que nos remite al mítico territorio que conduce hasta Aracataca. El protagonista de la canción deja claras sus intenciones.
LOS AÑOS 80 EN MADRID
Se ha hablado mucho de la música que se hizo en Madrid en los años 80, la nueva ola, la movida y eso. Lo que no se suele contar es que en esos años, Camarón llenaba el pabellón de deportes de Goya y los festivales de jazz también eran algo masivo. Fue un momento histórico irrepetible. Llenaban las masas los recintos para ver a Miles Davis, el Art Ensamble de Chicago o Cecil Taylor, a precios populares. En ese momento la bandera del rock latino la alzaban Los Lobos en Los Ángeles y en Madrid Los Coyotes:
¡Ay! Anselma, Anselma, Anselma , chaparra de mis penares, o dejas que te visite o te mando a los gendarmes (Los Lobos).
Lo vivimos todo mezclado: el punk, la new wave, el after punk, el flamenco, el jazz, la no wave y el nuevo rock americano. Inmediatamente después del terremoto en México DF del 85 nos llegaron las nuevas bandas del rock latino mexicano: La Maldita Vecindad, Los Caifanes y Café Tacvba. Entre tanto Los Rodríguez recuperaban el puente aéreo Madrid-Buenos Aires y Rubén Blades nos traía un nuevo concepto de salsa, sin instrumentos de vientos: Seis del Solar funcionando como una banda de rock and roll. Y sí, conocimos a Celia Cruz, a Tito Puente, a David Byrne y a los Ramones. Más o menos eran vecinos en Nueva York.
Rycardo Moreno también salió transformado de su experiencia neoyorquina. Ahora espera para editar su tercer disco, Mi Esencia, cuando salgamos de nuestras madrigueras y nos ha adelantado Andrómeda y el Adagio de Aranjuez, que interpreta con la guitarra de siete cuerdas.
A las once de la noche se recogen las aceras y la gente va a sus casas a olvidar (Claro Oscuro).
Una noche de juerga García Márquez le dijo del cantaor Juan Peña: "Cuando Lebrijano canta se moja el agua". En 2008 El Lebrijano le devolvió el cumplido grabando nueve cantes inspirados en los relatos de Gabo. Fue el debut en los arreglos de Rycardo Moreno en la soleá titulada La Luz Es Como El Agua.
Playlist

















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“No te metás” dicen en la parte argentina del Río de la Plata.