¿Un charro mexicano componiendo una conga cubana? ¿En Nueva York? ¿Componiendo junto a Eliseo Grenet? Estas claves parecen no llevarnos a parte alguna, pero a veces, las evidencias pueden parecernos increíbles. En la década de los treinta del pasado siglo, Grenet realizó un largo periplo que le llevó a España donde estrena con éxito su zarzuela La Virgen Morena, y a Francia, en cuyos escenarios impone con éxito un ritmo que ya existía, pero que él lleva a los instrumentos de la orquesta y lo convierte en lo que hoy se conoce como conga de salón.

A su regreso exitoso, tras breve escala en su tierra cubana, se marcha a Nueva York en 1936 para intentar penetrar ese mercado musical con su estilizada conga. Le acompañan los bailarines Carmita Ortiz y Julio Richard y realizan su primera presentación en mayo de 1936 en el Steinway Building y ese mismo año, con ese instinto empresarial que le caracterizó, funda el cabaret El Yumurí, en Broadway y la calle 52, presentando un prometedor espectáculo con el cuarteto del compositor puertorriqueño Pedro Flores, cuyo cantante era nadie más y nadie menos que Panchito Riset. Dos años después, en 1938, Grenet presenta la revista La conga, en la que apuesta a quien entonces era un cantante mexicano de 24 años llamado Jorge Alberto Negrete Moreno.

En su México natal, el muchacho había ingresado en un colegio militar y parecía que le esperaba una prometedora carrera en el medio castrense, pues ya había alcanzado el grado de teniente, pero le atraía mucho el canto y en paralelo había tomado clases con el prestigio maestro José Pierson. Se empeña y consigue debutar en la cadena radial XETR cantando arias de óperas y canciones de compositores mexicanos, e incluso llega a grabar algunas en 1932 con el seudónimo de Alberto Moreno y a actuar en 1935 en algunas revistas musicales en el teatro Lírico, cantando canciones de Juan S. Garrido.

En busca de mejores posibilidades, se marcha a Nueva York. Allí alguien tan conocedor como Eliseo Grenet descubre en él talento y carisma, y lo contrata para su cabaret cubano, que ya daba de que hablar. La compañía que tenía a su cargo la revista La Conga, dirigida por Grenet, actúa también en el Teatro Hispano de Nueva York. De ese tiempo en que el mexicano trabaja a las órdenes de Eliseo Grenet, surge una colaboración que tendrá frutos en, al menos, dos piezas que quedaron fijadas en discos de pizarra: la romanza de Grenet Cuba de mi vida, grabada en Nueva York para el sello Columbia (Co 5577x) el 16 de marzo de 1937 por el charro mexicano, ya con el nombre que lo inmortalizaría: Jorge Negrete.

Pero sería en la conga Habanera donde Negrete y Grenet se unirían como compositores, en lo que parece ser la primera de otras pocas composiciones de tema cubano en las que el mexicano hizo su contribución. Habanera fue grabada por Xavier Cugat y su orquesta, con el gran sonero Alfredito Valdés Sr como cantante. Junto con el también cubano Fausto Curbelo y el norteamericano Peter de Rose, Jorge Negrete es co-autor también de Americonga, (Columbia–35631), otra conga que en 1940 grabara Curbelo con su orquesta, cantando Pepito López, en pleno auge de la conga de salón en los Estados Unidos.

Más tarde, según los registros de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) Negrete estamparía su firma junto al puertorriqueño Juan Tizol y a Duke Ellington en la pieza Moon over Cuba (Luna de Cuba), aunque en los créditos del disco grabado por Ellington con su big-band (Victor 27587) en 1941, no figura el nombre de Negrete.

El paso de Jorge Negrete por el cabaret El Yumurí y su relación con la música cubana no tendría reflejos trascendentes en su repertorio de grandes éxitos, pero sí marcaría la relación del mexicano con la rica escena musical y teatral cubana que se concretaría en sus múltiples visitas a la Isla.

- Rosa Marquetti