El bueno, el feo y el malo

Carmen Linares está celebrando sus 40 años de cante. Lo celebramos con Banderas Republicanas, un cante, y una letra, rescatados del repertorio de La Niña de los Peines y publicado en uno de los mejores discos del flamenco contemporáneo, La Mujer en el Cante, que con el tiempo ha sido reivindicado en clave feminista.

Carmen Linares ha realizado una colaboración en el disco de un cantaor de Huelva de los de toda la vida llamado El Pecas, que para rematar ha querido “modernizarse” grabando el gran éxito de Olé Olé No Controles, una canción que adquirió un nuevo significado en México gracias a la versión que hizo Café Tacvba. Me contaba Pacho Paredes (batería del grupo punk La Maldita Vecindad y Los Hijos del Quinto Patio) que cuando empezaron a hacer giras por México (fuera del DF) contrataron a un jefe de seguridad cuya principal misión consistía en que nadie fuera rechazado de sus conciertos por su aspecto, que en la mayoría de las ocasiones combinaba el atuendo más o menos punk con los rasgos indígenas. De esa manera la versión que realiza un grupo de la siguiente generación, Café Tacvba, sobre una letra intrascendente, se convierte en un himno contra el racismo.

Resignificar una canción es algo que han hecho con bastante asiduidad flamencos y gitanos. Es el caso de la versión que realiza Enriquet de La Vida Sigue Igual, una canción de Julio Iglesias con la que ganó el Festival de Benidorm. ¿Se podía caer más bajo?(Atiéndeme, quiero decirte algo… momento patrocinado por Los Panchos). Estamos en 1968 y la única ocasión en la que Julio Iglesias escribe para contar su visión del mundo es para decir que hagas lo que hagas “la vida sigue igual”. Así que Julio Iglesias ha triunfado vendiendo conformismo. Al menos eso es lo que se deduce de la canción: En 1968 había ocurrido la primavera de Praga con los tanques soviéticos aplastando cualquier iniciativa democrática, la mitad de los Estados Unidos estaba clamando contra la guerra de Vietnam y llorando los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy, mientras los estudiantes en París buscaban la libertad debajo de los adoquines… Y entonces viene Julio Iglesias con carita de cordero degollado y canta: “La vida sigue igual”.

Nunca se ha hecho una revolución, ni en el punk ni en el rock and roll ni en la rumba ni en el flamenco sin actitud. ¿Qué es lo que aporta Enriquet a la canción de Julio Iglesias? Rabia y velocidad y eso lo cambia todo. Puede que al final de cada temporada, la vida siga igual, pero no será por no haberlo intentado.

MORRICONE Y CÓMO DESENTERRAR UN CEMENTERIO

Ennio Morricone firmó la música del género bastardo por excelencia, el spaguetti western, que nació, creció y murió en Almería. Así que es tan andaluz como el flamenco. Sin embargo el cementerio más famoso del western está en Burgos. Parece una idea loca desenterrar el cementerio de El Bueno, el Feo y el Malo, situado cerca de Santo Domingo de Silos (lugar emblemático para el cante gregoriano) y a la iniciativa de unos locos, se apunta hasta Morricone que durante estos años ha estado un poco celoso de aquellas bandas sonoras para Sergio Leone que han difuminado su brillante carrera. Por muchos elogios que reclutara por las hermosas partituras de docenas de películas. Nada ha conseguido borrar los sonidos que adornan los gestos de Clint Eastwood en la películas de Leone. Aquí rendimos homenaje a Morricone al que le dieron un oscar honorifico en 2006 y luego se lo ganó con Los Odiosos Ocho, ¡un western de Tarantino! en 2016.

EL FLAMENCO ES UNIVERSAL (y un poco bastardo)

El flamenco es un género bastardo, hijo de mil madres, que viene reclamando su pureza por razones que aún no se han desvelado del todo. Si el flamenco es tan universal como andamos proclamando es porque a lo largo de su gestación, crecimiento y desarrollo ha sido capaz de albergar las esencias del pueblo gitano incorporando elementos morunos (árabes, persas, bereberes, gnawas…) así como elementos afro-cubanos que se engarzan con coplas y canciones que viajaron hasta el continente americano y que volvieron enriquecidas y canciones que surgieron en América y mutaron por el camino. Sólo así se entiende cómo los tambores construidos en Cuba y Puerto Rico se expresan con la rabia de quienes han perdido su tierra y su libertad; su idioma, sus canciones y sus dioses y se expresan en guaguancó y bomba.

SANGRE SON COLORÁ

Ejemplo de todo ello es Miguelito Valdés, que está considerado el mayor cantante “afro” de todos los tiempos. Su padre era español, su madre de Yucatán, criado en Cayo Hueso cerca de Chano Pozo, el rumbero mayor. Crecido en la humildad y el esfuerzo. Fue boxeador hasta que se asentó como cantante. Que un blanco cante como un negro nos puede parecer un homenaje pero que el mejor cantante negro de todos los tiempos nos parezca que es blanco no deja de ser un espejismo. Miguelito creció en uno de los corazones de la música negra universal y es seguro que se tuvo que fajar con blancos y negros para mostrar su estilo, afortunadamente dejó el boxeo y eligió golpear con canciones.

EL VIRUS

El flamenco está en estado de shock por una epidemia que ha cerrado fronteras y tablados y que ha dejado a la mitad de las academias sin alumnos llegados del más allá. Traten de recordar al último flamenco que han visto más de veinte segundos por televisión en España, quizás en Francia tengan mejor suerte. En el programa líder de los fines de semanas en la cadena SER aparece el flamenco cuando el titular se va de vacaciones. En el resto de las radios ni siquiera han dejado un rinconcito. En Radio Nacional aparece a cuenta gotas, no vaya a ser que aquí se escuche más flamenco que música country.

José Manuel Gómez Gufi - Malditos Bastardos

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Collage sonoro para los “malditos bastardos”, según la academia de la lengua de España dos de los peores insultos en nuestra lengua. Sergio Leone incluye el insulto en uno de los lacerantes diálogos de El Bueno, el Feo y el Malo, cuando Tuco, “el feo”, grita: ¡Tú no lo sabes, pero eres un bastardo. Eres hijo de mil padres, todos tan bastardos como tú! Eso es algo que le podemos gritar a los presuntos defensores de la pureza: ¡El flamenco es hijo de mil padres!

Carmen Linares grabó los tangos de la Niña de los Peines que proclaman lo bonito que está el puente de Triana con banderas republicanas y Miguelito Valdés responde que la sangre no es ni blanca, ni negra, ni azul. En la primera parte celebramos una ceremonia funky en honor a Enio Morricone, con el regreso de O'Funkillo al panorama y la deslumbrante interpretación de Los Amaya. En la segunda fase no ponemos rumberos, moriscos y punkis y le decimos tururú a Julio Iglesias. En la tercera parte nos vamos “más pa'llá de Manhattan”, hasta Brooklyn de la mano de Magos Herrera con Miguel Poveda. Seguimos con Ethan Sultry que es uno de los nuestros, aquí con Chano Domínguez y el primer himno facturado por Willie Colón y Hector Lavoe en 1968: "El malo de aquí soy yo por que tengo corazón”. Fue en el disco titulado El Bueno, el Malo, el Feo cuando se produjo la ruptura entre Hector y Willie. Cambiamos de géneros de “El Malo” a “La Mala”, de la salsa al rap que llega con un loop de El Watusi de Ray Barretto. La felicidad nos la trae un acústico de La Pandilla Voladora en los estudios de Radio Gladys Palmera y Carmen Linares interpretando en el disco de Pecas el No Controles versión bossa nova. Fraskito vuelve al París de mayo del 68 mientras Albert Pla nos pregunta “¿Os acordáis?”.