La Máscara que Canta

Este artículo nació porque en Colección Gladys Palmera empezamos a encontrarnos con varios discos de enmascarados cantantes. Todos de la misma época, todos mexicanos y enlazados con una larga tradición cultural en torno a la lucha libre. Tres de ellos acapararon de inmediato nuestra atención porque no habían sido una ocurrencia momento, sino que fueron estrellas de la música:

El Audaz, llamado en realidad Domenico Bazán León, era veracruzano y comenzó siendo luchador a mediados de los años 60. Su sobrenombre viene de ese tiempo en que fue luchador de apuestas (los perdedores se rapaban o se quitaban la máscara). Fue tres veces campeón del mundo del peso semipesado por la UWA. Tenía legión de fans, porque sus llaves y técnicas en el ring eran muy arriesgadas. Carismático, se autodenominó defensor de los pobres, y llegó al cine, siendo antagonista de El Santo, el más famoso de los luchadores de todos los tiempos, en dos películas.

Pero tenía una pasión adicional, la música. Cantaba boleros y rancheras, al comienzo temas estándar, pero luego sus propias creaciones, pues también componía. Eso lo llevó a financiar sus producciones creando la casa discográfica Discos Audaz en 1973, donde publicaba sus álbumes acompañado por la banda Los Incógnitos. Cuando se retiró de la lucha libre, siguió con su exitosa compañía hasta 1990. Su banda fetiche fue Los Audaces del Ritmo, que alcanzó un Disco de Platino por sus ventas.

La Máscara que Canta, llamado en realidad Jorge Romero, no era luchador, sólo cantante. Dicen que en una ocasión no lo dejaron entrar a un club y decidió ponerse una máscara con la que de inmediato llamó la atención en el escenario. La RCA mexicana lo firmó en 1966, grabando su álbum homónimo. En la contracarátula se juega con ironía acerca de su enmascaramiento. ¿Es su rostro de fealdad infrahumana?, se preguntaban.

Su versatilidad hizo que lo acompañaran diferentes tipos de agrupación: el Conjunto de Jesús de Hijar para los boleros, el Mariachi Vargas de Tecalitán para las rancheras, y la Orquesta de Rafael de Paz para su segunda producción que también llevó como título su apodo. No había mejor reclamo publicitario.

La Primera Máscara que Canta, de quien se tiene poca información. Grabó un único disco, un sencillo de 45 rpm con las canciones Maldíceme y Hermelinda Linda, dedicado a un popular personaje del cómic. Las aventuras de Hermelinda Linda fueron seguidas por más de una generación y sirvieron de inspiración para dos películas. En estas canciones a La Primera Máscara que Canta lo acompaña el Mariachi Tenochtitlán de Heriberto Aceves.

El Santo, El Cavernario, Blue Demon y El Bulldog

Patrimonio intangible

La lucha libre es parte del ADN mexicano. Roland Barthes la definió como un espectáculo excesivo que secuestra la realidad cuando los combatientes entran a escena, y provocan una serie de sentimientos encontrados durante el enfrentamiento. Herencia del circo romano y antecedente de la lucha libre profesional americana, la Pressing Catch y la World Wrestling Entertainment. Pero la mexicana no es ni tan salvaje como la romana, ni tan mediática y fantasiosa como la americana. Es más natural, más cercana a su público. Y por otro lado, tiene un elemento que la diferencia de cualquiera: sus máscaras.

Considerada como Patrimonio Cultural Intangible de Ciudad de México, la lucha libre está llena de personajes que hacen parte de la cultura popular: El Santo (“El enmascarado de plata”), Blue Demon, Huracán Ramírez, Mil Máscaras, Black Shadow, Rayo de Jalisco, Tinieblas o El Solitario, entre muchísimos otros. Personajes que han protagonizado películas, telenovelas, fotonovelas o cómics convertidos en superhéroes. Sus rostros se han coleccionado en álbumes de cromos y han aparecido en cientos de propagandas y publicidades, además de juguetes para niños.

Su cercanía con la música es, pues, evidente. Un disco titulado Blue Demon’s Mexican Rock and Roll Favorites 60’s, sirvió, por ejemplo, para promover nuevas bandas musicales en CDMX. Y el hecho de dedicarle una canción a alguno de aquellos ídolos populares ha sido garantía de éxito para varias.

Por eso, desde los años 60 proliferan las bandas de música que se enmascaran; algunas con muchísima fama como Los Straitjackets (Eddie Angel, Danny Amis, Greg Townson, Pete Curry y Chris Sprague). Eso si, la cultura de la lucha libre ha trascendido las fronteras mexicanas y se encuentra en todo el mundo. La máscara de El Santo es un símbolo que músicos como King Changó han mostrado de manera especial.

En esta playlist hay dos grupos de canciones: las que interpretan los cantantes enmascarados como La Primera Máscara que Canta, quien comienza evocando un clásico del cómic mexicano, "Hermelinda Linda"; o la banda de surf The Straitjackets con su versión del famoso jazz swing Sing Sing Sing (With a Swing) de Louis Prima. Y por otra parte, las que hacen alusión a los luchadores, y en este caso son las tres que cierran la selección: Tato y su banda en un homenaje a Huracán Ramírez, King Changó y su tributo a El Santo, y Booyaka 619 con su exaltación de Rey Misterio. Sin embargo, la canción que resume todo es Los Luchadores, de La Sonora Santanera: "La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción. En el ring luchaban los cuatro rudos, ídolos de la afición: El Santo, el Cavernario, Blue Demon y el Bulldog".

Playlist

1. La Primera Máscara que Canta - Hermelinda Linda
00:00:02
2. La Máscara que Canta - Besos de fuego
00:02:43
3. El Audaz - Cuando te digan
00:04:51
4. La Primera Máscara que Canta - Maldíceme
00:07:32
5. La Máscara que Canta - Pecado
00:10:13
6. El Audaz - Lágrimas son
00:12:38
7. La Sonora Santanera - Los Luchadores
00:15:35
8. The Straitjackets - Sing Sing Sing (With a Swing)
00:18:48
9. Jim Carrey & Angie Jaree - Cuban Pete (Arkin Movie Mix of The Mask Film)
00:22:06
10. Tato - Hurakan
00:24:15
11. King Changó - El Santo
00:28:00
12. Booyaka 619 - Rey Misterio Theme Song
00:32:01

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