Su historia ya es legendaria. En Agadez, centro de Níger, en mitad de aquella región famosa por tener uno de los climas más extremos de la tierra, Fatou Seidi Ghali aprendió a tocar la guitarra de forma autodidacta en su casa de barro, una de las pocas de un poblado desértico conocido como Illighadad. Su única referencia, sin mayor contacto con el mundo exterior, fue observar detenidamente como su hermano colocaba los dedos sobre las cuerdas y extraía sonidos de aquella caja. Fatou comenzó a amar la guitarra y la gente que la veía tocar le decía que se veía más hermosa cuando lo hacía.

Pero Fatou, aún muy joven, iba camino de un matrimonio concertado, cuando apareció Christopher Kirkley, un auténtico arqueólogo de la música, documentalista y DJ, quien había visto por casualidad una foto de Fatou en internet. Impactado por la idea de ver una mujer tuareg haciendo música, Kirkley la visitó acompañado de un familiar de Fatou, el guitarrista Ahmoudou Madassane. Así nacieron Les Filles de Illighadad y así cambió el destino de Fatou Seidi Ghali.

Fundador de la firma Sahel Sounds, Kirkley dice que ella no deja de asombrarlo: “cuando toca la guitarra, todos sus primos y hermanos y hermanas y los niños de la aldea danzan y cantan. Es bien sabido que ella toca la guitarra y están muy orgullosos de ella en el pueblo.” Y ella, humilde y franca, contó en el portal especializado en mujeres guitarristas She Shreds Magazine que “Christopher nos hizo comprender la importancia de una grabación. Aquí, todos graban con su teléfono, pero nadie recibe ningún ingreso… La industria musical no existe para nosotros en Níger.

Pero las habilidades de Fatou no se limitan a la guitarra tuareg. También domina el tende, un ancestral tambor hecho con piel seca de cabra sobre un mortero de cocina, que es instrumento emblemático del pueblo nómada. “Ellas están dándole una nueva dirección a la música, adaptando viejas canciones de tende en un repertorio para guitarra, lo que creo que es realmente revolucionario para la música tuareg en general”, dice Kirkley.

Les Filles de Illighadad

La otra integrante de la banda es la cantante Alamnou Akrouni, una prima de Fatou, y hace poco han incorporado a la percusionista Talamnou Akrouni. “Aquí las chicas no trabajan –dice Fatou- incluso la mayoría de las chicas que están en la ciudad.” El álbum homónimo, Les Filles de IIllighadad, se publicó a comienzos de 2016 y desde entonces no han cesado las invitaciones para presentarse en diversas ciudad. “Quiero tener un gran futuro con la guitarra, tener éxito, y quiero tener amigas que toquen la guitarra para que podamos tocar juntas y tener éxito juntas.

¿Y su música? Bueno, su música es revolucionaria para la tradición de Agadez, revolucionaria para la cultura de Níger y revolucionaria para los sonidos del desierto. Desde Tinariwen nada había impactado tanto como lo hecho por estas mujeres. Y ellas sencillamente no han hecho otra cosa que cantar lo que sienten, construir poemas de amor, de viejos sueños bajos el sol y de evocaciones religiosas sobre el mundo que ven y respiran. “El mensaje que hacemos para nuestra comunidad es del amor”, confirma esta mujer sin miedo a las dificultades que encierra la persona más conocida de la región.


Lugar: Café Berlín 
Fecha: viernes 9 de marzo
Entradas en taquilla: 15€
Entradas anticipadas: 12€ en Wegow, El Almacén de Discos, Bajoelvolcán, La Integral Madrid y Molar
Organiza Giradiscos

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