Rafael Hernández Marín ''El Jibarito''
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Comencemos por el lugar donde se originó esta imagen, obviamente realizada en un estudio fotográfico, indicándose que fue en la década de los sesenta. Se trata de Tec Estudio, de San Juan de Puerto Rico, que dejó de existir como tal para dar paso, conservando el nombre, a una tienda dedicada a la venta de materiales y equipos de Arte. Siguieron en lo artístico, pero desde otra arista.
Fue a ese estudio fotográfico Tec al que Rafael Hernández Marín acudió para quedar reflejado en esta imagen a todas luces diseñada para labores promocionales. El querido músico y compositor solo vivió 5 años de la década de los sesenta, por lo que se puede deducir, dado lo bien que se ve, que la fotografía se ubica entre 1960 y 1963. Ya tenía cáncer, pero no había avanzado tanto como en los dos años siguientes.
Rafael Hernández había nacido en octubre de 1891 en Aguadilla, en el extremo noroccidental de la isla de Puerto Rico, mirando hacia Quisqueya, por el lado del océano Atlántico, no del lado del mar Caribe. Cuando vino al mundo todavía Borinquen estaba sometida al dominio español. Nació en familia pobre que supo comprender sus ansias musicales. Tan fue así que en 1903, con solo 12 años de edad ya estaba en San Juan estudiando y dominando instrumentos como el piano, el clarinete y la guitarra. Volvió a su terruño natal para retornar a la capital dos años después para incorporarse a la orquesta municipal de la ciudad.
Luego vendría una seguidilla de acontecimientos. Estaba en Estados Unidos cuando comenzó la primera gran guerra, llamada Primera Guerra Mundial, durante la cual fue reclutado para ocupar funciones de músico en una Banda del ejército estadounidense.
Al culminar esta guerra Rafael Hernández se fue a Nueva York y para 1920 pasó a Cuba para residir y trabajar como músico allí hasta 1924. Volvería a Nueva York siempre en lides musicales que siguió cumpliendo cuando optó por residir en México en 1932. No solo dirigió una orquesta en el país azteca sino que se inscribió en el Conservatorio Nacional de Música y creó Bandas sonoras en esa edad tan interesante del cine mexicano. Fue en México donde compuso el Lamento Borincano y Preciosa, (1937) dos de sus más emblemáticos temas.
Regresaría a Puerto Rico en 1947 y llegaría a ser Director de la Orquesta Sinfónica de su país y presidente honorario de la Asociación de Compositores y Autores de Puerto Rico.
1965 fue el año de su partida, justamente el año en que le dieron un Doctorado Honoris Causa (septiembre). En noviembre la televisión transmitió un programa especial en su honor, y el 11 de diciembre de 1965, Rafael Hernández rindió tributo a la vida, a su vida valiosa, legando a su tierra temas como Lamento Borincano,Silencio, Ausencia, Perfume de gardenias, Campanitas de cristal, Desvelo de amor, Preciosa y El cumbanchero.
Sus restos descansan en el Viejo San Juan, Puerto Rico.
