© Bruno Barbey

 

El año 1968 empezó en 1967, en el verano del amor hippie, y terminó en 1969, cuando una cuadrilla de lunáticos teledirigidos por Charles Manson cometieron los atroces crímenes de Cielo Drive en las colinas de Hollywood. Entre un momento y el otro, el poder de las flores y un nuevo ciclo Hitler, volaron adoquines en las calles de París, la policía y el ejército mexicanos asesinaron a sangre fría a un número indeterminado pero no inferior a 300 estudiantes en la matanza de Tlatelolco y la URSS aplastó con tanques la primavera de Praga. Cincuenta años después, 1968 sigue siendo el umbral de entrada hacia la paranoia social y también una de las temporadas más calientes de la música popular. Socialmente, por desgracia, solo queda la efeméride.

Todo empezó en el Tíbet. O acaso en el fondo de los océanos, en otra galaxia, en un plano incógnito del ser. Todo está empezando ahora mismo y entra en combustión cuando lo dices, lo piensas, lo consideras, lo conviertes en eslogan. Dado que todo muere al nacer, no vamos a llegar a ningún sitio y no hay donde esconderse. No queda otra que moverse. Tú lo sabes y yo también: el tránsito es el único hogar posible. Lo aprendí en 1968, cuando todo estaba a segundos de la detonación, un boom definitivo, una esquela firmada por Dios.

Mayo 1968, París

Entonces, en 1968, yo tenía 13 años y una naciente conciencia de teenager. Leía a Stevenson y Twain, escuchaba a los Beatles, los veneraba en el sagrario de mi cuarto. Tenía una bicicleta, un par de zapatillas Keds y tres o cuatro amigos. Era un buen alumno. En la aldea, en un prado que se inclinaba hacia el río, me tendía bajo los manzanos y me entregaba al sueño. Aunque no lo recuerdo, no es descabellado pensar que en algún momento de aquellas ensoñaciones me imaginé como un preadolescente perdido en las calles de París, Praga, Berlín y México DF.

Los diarios, la televisión y la radio proclamaban que estaba sucediendo una revolución joven, sin cúpula dirigente, de estructura horizontal, anarquizante.

Las paredes, al parecer, contaban la historia, por una vez, como si de un poema se tratara: “Bajo los adoquines, la playa”, “Prohibido prohibir”, “Sed realistas, reclamad lo imposible”, “Te amo, decidlo a pedradas”…

© Giles Caron

Pero el año culminó como uno de los peores. Geoffrey O’Brien explica el avance de la paranoia en en la crónica de psicogeografía Tiempo de soñar. episodios de los sesenta:

—Las matanzas y discusiones sobre matanzas discurrían sin tregua (…) La muerte, fuera por asesinato, suicidio, brutalidad policial o intempestiva explosión de material revolucionario, se había convertido en una forma de puntuación. Los amigos se sorprendían entre sí enumerando listas de muertos.

Tampoco lo civil salió bien parado, ni siquiera en Francia, donde la huelga general de dos semanas convocada por estudiantes y sindicatos —la alianza era en sí misma un éxito— obtuvo una victoria numérica: nueve millones de personas secundaron el paro, el mayor de Occidente en toda la historia, pero el triunfo no se concretó en avances tangibles. Otra cosa es el espíritu: las reglas del juego político cambiaron y el poder entendió que las recompensas del consumo y de la sociedad del espectáculo no eran suficiente para narcotizar a las masas.

La música de 1968 fue mucha y divergente. John Lennon ofrecío una opción moralista:
Mejor libera tu mente
Si te manifiestas con pancartas de Mao
No vas a convencer a nadie de ninguna manera

Unos años después hizo donaciones millonarias al IRA.

Los Rolling Stones se mostraron dados a sacar rendimiento al lucrativo Satanás y clamaron sobre la culpa entendida como obra colectiva:
¿Quién mato a los Kennedy?
Después de todo fuimos tú y yo
(…)
Al igual que cada policía es un criminal
Todos los pecadores son santos
Y cara o cruz son lo mismo

Apenas a unos surcos de distancia, en el álbum Beggar’s Banquet, Jagger también se caracterizaba como agitador sedicioso:

El verano está aquí y es un buen momento para pelear en la calle
¿Pero qué puede hacer un pobre muchacho
Excepto cantar en una banda de rock and roll?
Porque en la adormilada ciudad de Londres
No hay lugar para un luchador callejero

La canción contiene una parábola sobre el baile de máscaras al que tanto y con tan buena fortuna comercial han jugado los Stones. Street Fighting Man tuvo una primera versión con otra letra, Pay Your Dues, una tonadilla sardónica sobre las multas judiciales impuestas a Jagger y Richards por consumo de drogas. Con el buen ojo mercantil de siempre, la pareja cambió el tema, que ni siquiera había entrado en el corte inicial para el álbum, para dedicarlo ahora al mayo francés.

Van Morrison – Cyprus Avenue

La aristocracia del poprock no se postuló para tomar parte en el asalto a los palacios del poder, pero siguió comulgando con el código hippie pese a que ya mostraba síntomas de caducidad. En otra obra alegórica, el escocés Donovan editó Hurdy Gurdy Man, que compuso en un retiro en la India ante un gurú de feria que engatusó a los Beatles, algún beach boy y la actriz Mia Farrow. Pese a que la pieza, en la que colaboró George Harrison, invoca la sabiduría eterna con una canción de amor entonada por un avatar de Buda, el susurrante tema, cantado con una vibración esquiva, se convirtió en un sinónimo de atrocidad y asesinatos recreativos en la película Zodiac (David Fincher, 2007).

Can documentary

La playlist que he montado para intentar explicar 1968 aúna tantos cortocircuitos sonoros como el año en sí: una encrucijada entre la radiante atmósfera del flower-power y la sicodelia de 1967 y la oscuridad frenética del speed, la heroína y los días convertidos en noches de 1969. El contacto de los músicos con el ideario anárquico y libre de la rebelión de mayo corporizó en la música experimental y espástica del colectivo alemán Can, uno de los grupos con huella todavía hoy perdurable en la electrónica y el ambient.

En el Reino Unido la drástica propuesta del heavy estaba asomando —con bandas como el Jeff Beck Group, en el que cantaba Rod Stewart— y al otro lado del Atlántico nacía, acaso por reacción complementaria, el dulce country rock cósmico con el álbum Sweetheart of the Rodeo, mutilado en principio por celos profesionales de los Byrds, que eliminaron las pistas del recién fichado cantante y compositor Gram Parsons, una de las voces más sensibles del country y un precursor del género que se ha llamado americana. Más de veinte años después, con Parsons muerto, devolvieron al mundo las versiones originales de las canciones. Canta un cadáver, pero son muy hermosas.

Año de polaridades enfrentadas, policías contra civiles, todavía más guerra en Vietnam y primeras denuncias contra la sociedad del espectáculo, 1968 fue percibido por sus actores como el final del tiempo: los ideales hippies, las estelares promesas de paz, amor y mermelada, fueron derrotados por el cansancio y la represión. Se vivía, hace 50 años, algo más que las algaradas del mayo francés. Era una especie de cuenta atrás hacia nadie sabía dónde. Hubo excelentes discos —algunos, como Astral Weeks (Van Morrison), Beggar's Banquet (The Rolling Stones) y Music From Big Pink (The Band), de los mejores de la historia—, pero también experimentos predictores y anuncios de un futuro perverso: Lady Godivas' Operation (The Velvet Undergrund) sigue siendo uno de los mayores escalofríos musicales de la historia. No es casualidad que la playlist se cierre con una toma alternativa de Helter Skelter, la canción de los Beatles que Charles Manson estableció como ideario para los primeros crímenes recreativos.

Playlist

1. The Beatles – Revolution
00:00:30
2. Donovan - Hurdy Gurdy Man
00:03:50
3. Incredible String Band - Swift As the Wind
00:06:50
4. Small Faces - Long Agos and Worlds Apart
00:11:35
5. Can – Millionspiel
00:14:10
6. Pink Floyd - Let There Be More Light
00:19:42
7. Jeff Beck Group - You Shook Me
00:24:14
8. Dr. John - I Walked On Guilded Splinters
00:26:34
9. Sly and the Family Stone - Love City
00:34:34
10. Aretha Franklin - Groovin'
00:37:10
11. Betty Davis – Politician
00:39:55
12. The Band - This Wheel's On Fire
00:45:33
13. The Byrds - One Hundred Years From Now
00:48:38
14. Van Morrison - Cyprus Avenue
00:52:30
15. The Rolling Stones - Street Fighting Man
00:59:15
16. The Rolling Stones - Sympathy for the Devil
01:02:16
17. The Velvet Underground - Lady Godiva's Operation
01:08:24
18. The Beatles - Helter Skelter
01:13:14

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