Aquella terrible tarde del 11S, mientras los neoyorkinos y todo el globo asistíamos atónitos al casi fin del mundo, Amy Winehouse, que entonces tenía 17 años, grababa una canción titulada My own way. Hace unos días ha aparecido en redes, con la inmediatez que supone una grabación de artesanía. Los que saben y la oyen dicen es como las cosas buenas que no ha pasado por la apisonadora que pule, dando un brillo y esplendor tan falso como un lifting mal resuelto.

La canción fue una de las muchas que se enviaron a las discográficas al comenzar su carrera. Cuando murió, la mayoría de esas “demos” fueron destruidas después de su muerte, para evitar lanzamientos póstumos.

Sin embargo, el músico Gil Cang, autor con James McMillan de la canción, guardó la grabación y decidió subirla a YouTube. McMillan productor nominado al Grammy, comentó que esa canción les producía una especie de respeto después de la atrocidad en Nueva York y Washington y que no pudieron volver a ella.

Cree que el tiempo hace que suene increíble por natural y que Winehouse la canta con tanta flexibilidad y sinceridad que le parece normal publicarla. Así que los fans de la chica del pelo que parecía un nido de pájaros están sintiéndola viva de nuevo.

El productor recuerda que estaban recibiendo músicos para producir y se sucedían muchas bandas terribles. “Amy vino a vernos, abrió la boca y nos dejó sin aliento.” Así que recuperando cintas del pasado de una manera casual, la oyó y pensó compartirla.

El director general de Universal UK, David Joseph, destruyó las otros demos, diciendo que “era algo moral”, no es más que el mantra de todo cuervo que intenta que no salga de su corral algo que le pueda proporcionar un beneficio.

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