Canta bajo (bossa-me mucho)
El sonido más bello después del silencio es cantar bajito como nos enseñó Joao Gilberto.
Joao descubrió el sonido de la bossa nova encerrado en el cuarto de baño de su hermana, que pensó que se había vuelto loco y le mandó al psiquiatra.
Joao Gilberto siempre tuvo problemas financieros. Un buen día entró en un banco a pedir un préstamo. El encargado le hizo la pregunta de rigor.
–¿Qué bienes posee que nos puedan servir de garantía?
Joao tanteó en sus bolsillos en busca de propiedades y sólo se palpó el talento, así que le comentó que poseía los derechos de un disco que acaba de grabar con un saxofonista estadounidense llamado Stan Getz.
El operario de la entidad financiera se negó a considerar que una chica de Ipanema fuera garantía de solvencia. Además no era un aficionado al jazz; si lo fuera sabría que Stan Getz en esta época bebía grandes dosis de alcohol. De hecho la sesiones de grabación de uno de los discos más famosos de la historia fueron tortuosas.
–Vete a comprar una botella de whisky a ver si se “desatasca”, dijo Joao un poco harto que el saxofonista no pillara el tranquillo. Lo narra Rui Costa en su libro. Sea como fuere, el disco fue un negocio redondo.
MEJOR QUE EL SILENCIO
En la muerte de Joao Gilberto, Elvira Lindo se quejaba en la SER de su escasa presencia en la prensa española, mientras los grandes rotativos internacionales le dedicaban sus mejores páginas. La respuesta es que los medios españoles han prescindido casi por completo de los críticos musicales (o están muertos). En El País escriben estupendos artículos Diego Manrique y Antonio Muñoz Molina. Pero se echa en falta a Carlos Galilea (la última crónica de Carlos data del 85 cumpleaños de Joao Gilberto), y ahí descubro una frase de Caetano Veloso que supongo que se me quedó grabada: mejor que el silencio, sólo Joao.
EL ASCENSOR DE LA BOSSA NOVA
Reconozco que en los años 70 heredé una cierta animadversión a la bossa nova. Los músicos libres consideraban que era música burguesa y complaciente (que habitaba en los ascensores). Además, apareció al mismo tiempo que la revolución de Fidel Castro y se popularizó en USA justo en el momento en que la música cubana fue considerada como “el enemigo”. Aprendí a conocer y a valorar a Joao Gilberto con Rodolfo Poveda y, así de paso, pude conocer mejor a Caetano.
BOSSA-ME MUCHO
Esta sesión no está dictada ni por la lógica ni por la sensatez. Los brasileños cantan en español y los flamencos y derivados cantan en portugués, excepto Antonio González Pesca que canta en un idioma propio que solo entienden Frank Sinatra, El Príncipe Gitano, Ava Gardner y la familia.
En el último disco de Albert Sanz y Javier Colina canta Silvia Pérez Cruz una de Caetano y Caetano canta una canción titulada Pecado, que probablemente procede de Argentina, aunque el propio Caetano coloca un interrogante en los textos del disco Fina Estampa. Más tarde canta Maria de la O, que originalmente era una zarzuela escrita por Ernesto Lecuona.
Cuando Amparo Velasco La Negra era una niña en Sao Paulo, jugaba con una bossa nova como si fuera una muñeca. Eso explica algunas cosas sobre la bossa y sobre La Negra.
EN LA ERA DEL BOOGALOO
Canta Bajo es del primer disco de La Lupe en Nueva York con Mongo Santamaría. La Lupe nunca fue el colmo de la sutilidad, así que debemos entender el título como una sugerencia a la cantante empeñada en el grito huracanado: ¡Canta bajo!
Esa es la consigna de la bossa. No grites, ¡susurra!
En todo caso el resultado es magnífico y representa el nacimiento del nuevo sonido de Nueva York es decir, lo que hemos denominado “la era del boogaloo” (1963-1968).
Por otro lado en Cuba hubo una revolución y una de las flores que surgieron aquellos días fue un grupo vocal: Los Zafiros. Una anomalía en la dialéctica musical cubana.
TRISTEZA NO TIENE FIN
La bossa nova transformó el sonido de los años 60, aunque su representación pública fue un disparate: Joao Gilberto siempre fue por libre, aturdido por el ruido ambiental. Los grandes compositores, como Antonio Carlos Jobim, fieles a su espíritu burgués, preferían quedarse en casa a las giras. En los años 80 Jobim apareció por España con un show trasnochado que parecía sacado de un mal viaje en la máquina del tiempo. Ideal si te gusta el kitch. Eso sí las canciones seguían siendo perfectas. En cuanto a las letras, ¿qué podemos decir de Vinicius de Moraes? Un diplomático con oficina en el bar de la esquina. Un vividor en el mejor sentido de la palabra. La tristeza no tiene fin, el whisky de Vinicius, sí.
Todo ocurrió a la vez: el rock and roll, la rumba catalana, la revolución cubana, la bossa nova, los Beatles y los Stones. La lucha por los derechos civiles. No se olviden de Cortijo y Maelo Rivera, el asunto de las drogas, la contracultura, la psicodelía, los asesinatos de Kennedy, Martin Luther King, Malcolm X y todo lo demás.
LA RUMBA, LAS “LOLITAS” Y EL JAZZ
En Francia hubo una sobredosis de “lolitas” herederas de los susurros de Joao, de las páginas de Nabokov, de Jane Birkin y Serge Gaingsbourg. Entre todas las que fueron “lolitas”, destaca Cathy Claret, que debutó con la guitarra de Raimundo Amador y una composición de Kiko Veneno. Cathy se ha convertido en una artista para gourmets. Aquí recordamos que la primera generación de rumberos mestizos fue francesa. Rescatamos La Ermita de Les Negresses Vertes, nada que ver con la bossa, pero me gusta.
Los músicos de jazz fueron los grandes apóstoles de la bossa nova (y sus máximos detractores). Cannonball Aderley sobrevive a Corcovado como Estrella Morente sobrevuela Dindi encajada entre dos interpretaciones de Gilberto; a saber una versión del Farolito de Agustín Lara (El Gran Cursi) y una extraordinaria Aguas de Marzo.
BOSSA GITANA
El guitarrista de Sao Paulo Zezo Ribeiro llegó a Madrid empeñado en estudiar flamenco. Su obsesión, la horas de ensayo y el cambio de técnica, perjudicaron seriamente uno de sus dedos que tardó más de un año en recuperar. Concluye el malogrado Ray Heredia Yo Solo, que parece un homenaje gitano a Joao.
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