Creo que fue la guitarra de Paco de Lucía la que me llevó al flamenco, claro que también fueron José Antonio Galicia y Jorge Pardo los que me llevaron a la guitarra. Supongo que fue una maniobra envolvente. Quiero decir que, para mí, construir la historia de la guitarra flamenca empieza por un montón de músicos de jazz que me iluminaron la senda.

Existe un libro que se titula Paco de Lucía: La evolución del flamenco a través de sus rumbas (Universidad de Cádiz. 2005) escrito por Diana Pérez Custodio. El título es tan potente que me da miedo leerlo. La razón es simple… ¿evolucionar el flamenco? ¿a partir de la rumba?

A los estudiosos de la rumba nos ha resultado más práctico considerar la rumba como un fenómeno aislado del flamenco. De esa manera recuperamos con honores esos cantes que la ortodoxia consideró menores como cantes de ida y vuelta. 

Una vez situada fuera del flamenco podemos considerar a la rumba catalana, nuestro mejor y más genuino rock and roll. Y a la “rumba de los barrios” la de Los Chichos, Los Chorbos o Los Chunguitos la podemos poner en paralelo con el funky.    

Paco de Lucía cambió la historia de la guitarra, primero evolucionó su manera de interpretar, luego cambió la historia del flamenco como acompañante de Camarón. Al mismo tiempo abrió los grandes escenarios al instrumento y se declaró orgullosamente flamenco. 

Se inventó un grupo de acompañamiento que era tradición y vanguardia al mismo tiempo que le abrió las puertas al jazz.