Balanceándose como una bruja, retorciéndose como una serpiente y jadeando con pasión, así bailaba Josephine Baker y de esa forma conseguía un espectador aturdido.

Una chica flaca bailarina de coro en St Louis llega a París en 1925 para bailar en el local de moda, Revue Nègre. Ella está desnuda cubierta con unos plátanos de plástico que se mueven para dejar ver y ocultar. Sus versiones subversivas del jazz fueron declaradas geniales por artistas e intelectuales. Picasso le llama la “Nefertiti de ahora” – fue tal el impacto de su baile, que se convirtió en un ideal estético.

Venía de una persecución racista, con su piel brillante, la silueta flexible y un alma delicada como su cara. Las parisinas de marcada blancura, se aplicaban cremas de nueces para oscurecer su piel y parecerse a la imponente americana Baker. Ella recuperó su instinto animal y su autoestima.

Cuando bailaba el charlestón las pulseras de las damas sonaban a su ritmo y los hombres se volvían locos. Era la tentación radiante que incitaba a media humanidad, la otra media no la había visto.

Con plumas y a pelo, lentejuelas, picardía y genio se desarrollaba el espectáculo Baker y París se rendía con su baile titulado Danse Sauvage. Una voz privilegiada para el jazz, un sensual cuerpo que mostraba con orgullo levemente cubierto con extravagantes trajes y una verdadera aptitud para la danza, fueron la explosiva fórmula con la que Josephine, también conocida como la Perla Negra o la Diosa Criolla haría historia y llegaría a ser la mujer más fotografiada de todo el mundo.

Salvaje y desconfiada con los hombres que la adoraban, vivía acompañada de animales exóticos: una guepardo llamado “Chiquita” de ojos dorados que llevaba al cine en su Rolls, una familia de conejos, perros y un cerdo al que perfumaba con “Je reviens”. Decía que aprendió sus movimientos en el zoo. Después de una gira por Europa con gran éxito, se convirtió en la estrella del famoso cabaret Folies Bergère, vistiendo solo su collar de plátanos y su piel de chocolate.

Partidaría de encuentros casuales se casó tres veces también por poco tiempo y uno de sus amantes dijo: “Ella no necesitaba conversación. El sexo era el champán que requería”. Fascinaba y escandalizaba a la sociedad artística y literaria. El escritor Ernest Hemingway afirmó haber bailado toda la noche con ella, desnuda bajo su abrigo de piel .

En Segunda Guerra Mundial, trabajó de espía para la resistencia, se unió a la Cruz Roja y en sus baúles llevaba papeles secretos; nadie se atrevía a abrirlos. Amiga de Grace Kelly, adoptó nueve hijos de diferentes nacionalidades con los que se retiró a un castillo en Dordoña. Más tarde arruinada, con la ayuda de la princesa Grace se apartó a Mónaco, con su abundante familia.

Danza de animal, corazón de madre y compañera de cama de su guepardo llamado Chiquita. Fue una artista en el escenario y en la vida. El Victoria and Albert Museo de Londres le dedicó una gran retrospectiva.

 VIDEO GENIAL: La pena es que la música no es auténtica, pero me gusta porque se ve a Josephine moverse total.