Pero todo cambió cuando hace algo más de un lustro se puso la toga de artista en solitario bajo el nombre de ÌFÉ, una suerte de extensión de la vida espiritual que marca su activismo religioso, pero también curiosamente inspirado en la facción tanto tribal de los rituales ancestrales yorubas, como también por una idea absolutamente vanguardista, muy apegada a las producciones electrónicas, utilizando herramientas como el auto-tune y texturas propias de artistas de corte avant-garde.
Así lo había dejado claro hace cuatro años en el aclamado “IIII+IIII”, que ya desde el título, que aunque no lo creáis se pronuncia “Edgy-Og-Bay”, descubre la inspiración yoruba de los símbolos de la religión Ifá. Por el mismo camino va “0000+0000”, que se pronuncia “Yay-koon May-yee”, y que da incluso un paso adelante con respecto al debut: se sigue jugando a la polirritmia ancestral, con cantos rituales y plegarias sonoras que rinden pleitesía a dioses; pero íntimamente conectado también con las tradiciones de la cultura afroamericana de Nueva Orleans.
El repertorio se antoja como una suerte de manifestación híbrida entre la cultura yoruba de Cuba y Puerto Rico y la cultura religiosa afroamericana de zonas como Nueva Orleans, pero manifestado a través de ÌFÉ como un médium que las conecta y que las expulsa de su cuerpo a través de guiños que van desde el soul (“Voodoo Economics”), el groove afrocaribeño (“Tu sabes k si”), una suerte de post-salsa tecnotrónica (“Fake Blood”), el góspel yoruba (“Closing Prayer”) o un ritual religioso para festivales como el Sónar (“Fireflies”). No sé cuál será vuestro Papa, pero el mío es ÌFÉ.
Alan Queipo.
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