Los Saicos: ¿ser o no ser punks?
Repasamos la historia de la mítica banda peruana a la cual muchos señalan como los inventores del punk. ¿Mito o realidad?
El punk es una música de mierda, de músicos que tocan cualquier cosa y que la gente que no sabe nada se emociona con ella. Si esta categórica frase la escucháramos en boca de un músico de conservatorio seguramente no nos llame tanto la atención. Pero, sin embargo, si decimos que su autor fue Erwin Flores, cantante y guitarrista de Los Saicos, banda peruana señalada como fundadora del punk rock, la cosa cambia. Según algunos melómanos, músicos y periodistas, no fue el Londres de 1977 la cuna de este género rupturista, sino la Lima de 1964. Veamos qué hay de cierto en esto.
El núcleo fundador de Los Saicos estuvo integrado por Erwin Flores en voz y guitarra, César Papi Castillón en voz y bajo y Francisco Pancho Guevara en batería. A comienzos de los años 60 este trío de amigos, que ya traía consigo una importante cultura barrial aprendida en las calles del distrito limeño de Lince, comenzó a dar sus primeros pasos en la música. Luego se sumaría Rolando El Chino Carpio en guitarra y quedaría así conformado el cuarteto que de algún modo fundó el rock peruano. Es en 1964 cuando, al regreso de un viaje de Flores por Brasil, el grupo adquiere un status más formal y comienza sus presentaciones en vivo. Gracias a la gestión de Rebeca Llave del sello Dis-Perú, lograron entrar a un estudio de grabación para dar comienzo a la leyenda.
Come On y Ana son los primeros singles de 45 rpm en ver la luz y su propuesta ya contrasta desde el inicio con el resto de bandas de la época. Es que Los Saicos no hacían covers, interpretaban sus propias composiciones, y su música tenía un costado más agresivo que lo habitual. En Come On, la voz “podrida” de Erwin Flores (yo gritaba porque no sabía cantar, declaró alguna vez) se escucha bien al frente, mientras la banda se pasea en una oscuridad propia de un sótano. Ana quizás sea la única canción que tenga una correspondencia con su época pues Papi Castrillón canta melódicamente una canción de amor típicamente beat.
Pero el tercer sencillo en editarse, Demolición, definitivamente rompe con todos los moldes y origina el mito de que Los Saicos fundaron el punk mucho tiempo antes que los Ramones o los Sex Pistols. Una letra contundente (Echemos abajo la estación del tren / demoler demoler demoler demoler / nos gusta volar la estación de tren) y, otra vez, la voz “carrasposa” de Erwin invitan a pensar que estos jóvenes peruanos tenían una furia contenida que encajaría a la perfección con el “No Future”. Sin embargo, en lo estrictamente musical el tema está construido sobre una base más cercana al surfer rock (escuchar Surfin Bird de The Trashmen) y al rockabilly que al punk. Incluso en Lonely Star, la cara B de ese single, se percibe la influencia vocal de los Beatles y la impronta de Elvis Presley.
El punk es una bola de ruido y pienso que no sonábamos así. Teníamos arreglos y armonías vocales. Nuestros temas eran surrealistas, dadaístas, nada locos. Tanto jodían con eso que en un momento dije que éramos un grupo de proto punk. Es el calificativo que mejor nos describe. Así se explayó hace un tiempo el vocalista Erwin Flores sobre el sonido de su banda en una entrevista con el diario El País de España. Y aunque derribe un poco la leyenda, sus palabras se ajustan a la realidad, pues el cuarteto no guarda una gran relación musical con el género que tuvo su explosión en Inglaterra. Aunque es justo reconocerles una actitud visceral –mas no política- que parece hermanarlos con sus pares anglosajones.
Ya desde el propio nombre de la banda, que juega con la traducción al español de la palabra inglesa Psychos (psicópatas), Los Saicos fueron de los primeros en introducir letras fuera de lo común en el rock de Suramérica. A la ya mencionada Demolición se le sumaron Camisa de fuerza, que habla de “matar, romper e incendiar, y destrozar paredes”; Cementerio (la frase cuando en un cráneo roto / la cerveza sirvió se adelanta treinta años al punk barrial de los argentinos 2 Minutos) y Fugitivo de Alcatraz con el relato de un escape de prisión. El entierro de los gatos es otro tema al cual, si se le doblara la velocidad, podría integrar un disco de los Ramones y hacer dupla con su clásico Pet Cemetery.
Sin embargo, a pesar del éxito conseguido en poco tiempo, en 1966, al cambiarse de sello discográfico, pasaron de ser las estrellas de Dis-Perú a ser un artista más dentro del catálogo de El Virrey. Ante esta situación Los Saicos se fueron disolviendo casi sin darse cuenta dejando en su legado solo doce canciones grabadas en seis singles de doble cara (y otros dos temas grabados en plan solitario por Erwin Flores).
Tal y como se cuenta en una reedición en vinilo hecha por Munster Records, “Allá por 1969, los componentes originales, Erwin Flores y César Papi Castrillón, se hacían acompañar por el guitarra Alex El Diablo Rodríguez, procedente de Los Dream’s, y por Jorge Blondet a la batería, iniciando una serie de concienzudos ensayos en torno a un repertorio renovado. A finales de ese mismo año y con motivo de la Feria del Pacífico, esa nueva formación de Los Saicos daba su primer concierto a la vez que el responsable del sello DINSA, Alberto Maraví, anunciaba la reaparición de la banda como miembros de su discográfica. Unos meses más tarde aparecía publicado el single con las canciones El mercenario y Un poquito de pena, aunque, por alguna extraña razón, DINSA optaba finalmente por utilizar el nombre del cantante de la banda, Erwin Alberto, en vez de lanzar el disco bajo el nombre de Los Saicos”.
Es decir, su vida activa fue tan fugaz como una canción punk, pero con el correr de los años el grupo fue redescubierto por músicos más jóvenes y melómanos alrededor del mundo. A partir de los años 80, el movimiento subterráneo de Perú comenzó a poner en valor su legado a través de bandas como Leusemia y Eutanasia. Pero el reconocimiento internacional recién llegaría en 1999 cuando el sello español Electro-Harmonix editó Wild Teen Punk from Perú 1965, un vinilo no oficial que reunía todas las canciones grabadas por los peruanos en la década de los 60.
A partir de allí se desencadenó un revisionismo histórico y comenzó a correrse la voz que el punk había tenido su origen en Perú y que ese cuarteto de Lince hasta el momento desconocido, fue el responsable del grito inicial. Con los años llegarían más y más reconocimientos de colegas como los mexicanos Café Tacvba, los escoceses Franz Ferdinand y los estadounidenses The Offspring y The Black Lips, quienes declararían a los limeños como parte de sus influencias y los homenajearían en vivo. Incluso una artista completamente alejada de su estilo como Mon Laferte grabó una versión de Ana en su disco La trenza (2017) y Sigmund, de las ¡Islas Faroes! se atrevió con Come On. Discos tributos también se editaron acrecentando así la leyenda: en 2014 se publicó El entierro de Los Saicos, un tributo de terror y en 2017 fue lanzado 50 años de Demolición, ambos con artistas de distintos países.
En 2006 la municipalidad de Lince colocó una placa en la calle donde surgió la banda con la inscripción: “en este lugar nació el movimiento punk rock en el mundo” y el sello independiente peruano Repsychled lanzó por primera vez en CD las canciones del grupo. Finalmente ese reconocimiento tardío fue el que también logró lo que parecía imposible: una reunión de Los Saicos luego de más de cuarenta años. En 2010, Flores, Castrillón y Guevara –sin El Chino Carpio quien había fallecido unos años atrás–, volvieron a pisar juntos un escenario en un concierto en el marco de un conservatorio sobre rock hispanoamericano en el distrito limeño de Miraflores.
A partir de allí, el grupo realizó shows en España, Argentina y México y en 2011 se estrenó el documental Saicomanía, dirigido por Héctor Chávez; en el cual se cuenta la historia de la banda. Al año siguiente el mini documental Was Punk Rock Born in Perú?, realizado por el canal online Noisey, también contó con la participación de los integrantes y ayudó a seguir alimentando el mito. Un mito que parece no querer terminar pues en aquellos años de reuniones en vivo, los músicos fueron al estudio de grabación a registrar algunas canciones pero estas todavía no han sido editadas. En 2015 falleció el baterista Pancho Guevara y el futuro de esas grabaciones es un misterio. Pareciera que nuevamente sin avisar Los Saicos entraron en un limbo alejado de las luces como ya había ocurrido durante cuatro décadas, aunque esta vez su legado parece estar más vivo que nunca en nuevas generaciones que los idolatran.
Playlist
Noticias relacionadas
