Arranca la sesión con trap aflamencado y/o flamencotón (rumbatón + flamenco). De la Mala Rodríguez hay que estar siempre enamorado, haga lo que haga. Siempre arriesga. Prosigue la malagueña Dry Martina acompañada por Mo'Horizons, exultancia latina y andaluza procesada en Alemania. A Bebe hoy le ha dado por el house pop sofisticado tipo Dua Lipa. Tras ella llega el tramo reggaeton más distingible. Lola Indigo, las Azúcar Moderno (¿o era Moreno?) y Kali Uchis tras oír a Rosalía. De ahí caemos al dancehall, el precedente elaborado jamaicano del reggaeton, su forma latina simple. Estrenamos a Maria Peláe, la flamante fichaje multinacional de rap neololaflorista, Sweet Barrio que también merecería la atención de una multi y bajamos el tempo con La Shica y con el argentino Gutman al control, fusión menos identificable. Como Mati Pando con Achilifunk Sound System, funk electrónico con la preciosa voz de Matilde. Y de ahí a Fuel Fandango, estándar de lo inclasificable, como Queralt Lahoz. Voz flamenca sobre múltiples matices electrónicos u orgánicos.
Se acumula el talento en este Achilitime. Llegamos a la rumba más ortodoxa y distinguida. Lo nuevo de Soleá Morente, rumba fácil de digerir como una María Jiménez hipster. Estrenamos a las jóvenes Ketekalles, rumba femenina con actitud libertaria y feminista. Pasamos a la zona chill-out. Rosalía y la María José Llergo sofisticando flamenco a su aire. Acabamos con Zahara y Amparo Sánchez desnudando clásicos (de la rumba y la patxanga respectivamente) de Kiko Veneno y Mano Negra. No se puede pedir más a un muestreo de tendencias de los últimos meses. Para entender el futuro hay que apuntarse la mayoría de nombres. Por cierto, Kali Uchis poco tiene de rumbera o flamenca, pero Txarly Brown está enamorado de su voz desde hace ya varios años. Concesiones.
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