Diego Pérez

¿Cómo suena el futuro? Décadas atrás, los deudores de Moog y Theremin se fascinaban pensando en que la música tomaría un camino inevitable hacia lo electrónico, componer obras a partir de armonías y ritmos generados con máquinas y sintetizadores era el horizonte de un nuevo universo musical. Se ejecutaban de alguna manera sonidos que estaban ubicados temporalmente por delante del hombre, así sonaba el futuro.

En nuestro presente encontramos cada vez con más frecuencia ritmos y motivos propios del folklore tradicional (sobre todo de las culturas latinoamericanas y  africanas), trabajados desde dispositivos electrónicos. Los mismos instrumentos con los que se reproduce la “música del futuro” hoy evocan sonidos del pasado. Son la máquina del tiempo que fusiona la historia del hombre con el porvenir incierto.

Mirando atrás y adelante podemos caminar en el presente futuro, sentencia Diego Pérez citando a la socióloga boliviana Silvia Rivera Cusicanqui. Se refiere al aforismo de la cosmovisión aymará Quipnayra Uñtasis Sarnaqapxañani, que quiere decir que el pasado está por delante de nosotros. Hay varias lenguas indígenas que conciben el pasado como algo que se ve por delante; el futuro, sin embargo, no se conoce y por eso está atrás, en la espalda.

Es en esta convergencia atemporal en la que se funde el músico chaqueño Diego Pérez con Nación Ekeko, quien canta junto a las voces sampleadas de Atahualpa Yupanki, Mercedes Sosa, o Violeta Parra, acompañadas de beats procesados e instrumentos originarios.

Particularmente en Argentina fue algo que surgió, por lo menos a mí me pasó después de la crisis del 2001. Muchos artistas empezamos a mirar un poco más las raíces de acá, también las raíces africanas, y entendimos que parecernos a Estados Unidos era ficticio, que no lo éramos, y que tampoco éramos europeos implantados acá, entonces había que mirar un poco para adentro.

Cuando comencé a hacer música (que empecé a componer desde muy chico, desde los seis, siete años) el mundo era otro, Resistencia (Chaco, Argentina) era otra también, no existía internet por ejemplo, no existían celulares, o sea si yo me quería comprar un disco de Chick Corea o de algo un poquito raro, hasta te digo The Police, tenía q viajar hasta Buenos Aires. Lo que me abrió mucho la cabeza fue irme a estudiar música a los 18 años a la Ciudad de Córdoba, porque venía muy del rock, del rock medio sinfónico, y de golpe con 18 años empecé a conocer músicos de todas las épocas, desde Bach hasta Stockhausen… y ahí en ese momento, como necesitaba escuchar mis composiciones, si tenía que escribir algo para orquesta no podía pagarle a los músicos para que toquen, entonces me conseguí una computadora y empecé a usarla como un elemento para poder escuchar la polifonía, pero me di cuenta de que la computadora tenía una capacidad de generar timbres y colores musicales muy particulares, podía trabajar el sonido como si fuera plastilina, y ahí me di cuenta de que yo soy un compositor, de que uno de los factores más importantes para mí es el timbre del sonido.

Cuando doy talleres a veces le digo a la gente: “¿Cuales son los 4 paramentos de la musca más importantes?”, y me dicen “melodía, armonía, ritmo” y nunca me dicen el cuarto, que es el timbre. El color del instrumento es lo que hace que vos toques una misma nota en un piano o en una flauta y sepas que uno es un piano y el otro una flauta, entonces me di cuenta que a mí lo que me gusta más que nada es trabajar la textura y el color como si fuese un paisaje sonoro, lo cual me lleva a tener que tocar obligatoriamente muchos instrumentos, porque necesito esa búsqueda tímbrica, tenerla al alcance… entonces de golpe digo: “¡No, en este tema quiero un ronroco!”, pero bueno no se tocar el ronroco… entonces me consigo un ronroco y me aprendo un par de acordes. Había un profesor de la facultad que decía en chiste: “Un compositor es alguien que toca todos los instrumentos pero mal”, y yo creo que sí, yo soy así, porque no soy virtuoso en ningún instrumento pero puedo hacer sonar más o menos una gama amplia de instrumentos, lo que me sirve para plasmarlo en la composición.

En resumen yo aprendi a tocar tantos instrumentos por una necesidad compositiva, básicamente el mundo nos está llevando para ese lado, la computadora te permite eso, grabar la percusión, grabar la guitarra, grabar la voz, te permite ser un one man band como le dicen ahora, igualmente me parece insustituible el músico que toca bien su instrumento.

Ingresar a la Nación Ekeko de Diego Pérez implica sumergirse tanto en un viaje sonoro como visual. Son los elementos recogidos de las culturas latinoamericanas los que le dan forma al proyecto. Historias y leyendas nativas aparecen a lo largo de esta ceremonia.

En vivo, Diego Pérez se permite de salir de su “centro de mando” para danzar al son de la sonoluma –un instrumento diseñado por él mismo junto a un programador–,  la que le da la posibilidad de disparar sonidos mediante una serie de movimientos físicos.

Voy buscando cosas que generen algo de interacción con el publico, algo fresco a partir de la improvisación. Crear la sonoluma surgió de la necesidad de poder tocar la música desde un lugar más orgánico. Sentía que los músicos electrónicos estábamos muy metidos en la computadora, por ahí haciendo algo brillante o chequeando nuestro mail pero la gente no se enteraba. Quería transmitir la música de una manera más visual, más lúdica. La gente sabe que si el baterista hace así, suena el platillo, pero con un instrumento nuevo hay que explicar su lenguaje. A fin de decidir qué movimientos quería hacer para provocar las diferentes clases de sonido me basé en varias cosas, pero principalmente tenía que ser algo que se entienda. Si yo estoy tocando una escala melódica, obviamente que las notas mas agudas estén arriba y las mas graves abajo. Si yo estoy moviendo el sonido de izquierda a derecha, que sea un movimiento horizontal, si estoy disparando un sampler, que sea como el golpe de un látigo, si yo estoy filtrando un sonido de grave a agudo, que sea un movimiento de abajo hacia arriba. La clave era que exista una correlación entre lo que se ve y lo que se escucha.

A fines de 2019, Diego Pérez logró concretar una idea que había guardado durante muchos años: realizar un concierto silencioso (el público realiza la escucha mediante auriculares individuales) bajo el atardecer de la Cordillera de los Ándes. Lo llamó La Hora Mágica. Los artistas Paula Neder, y los sikuris Huevo del Cóndor acompañaron a Nación Ekeko en este particular evento.

La idea de La Hora Mágica era acompañar el ritual de la caída del sol tocando en vivo, pero entendiendo la caída del sol como un ritual, poner de relieve que todos los días cuando el sol cae es un ritual cotidiano que el mundo nos está regalando.

Quería acompañar esa ceremonia desde la música. Y obviamente que desde lo visual es muy atractivo, sobretodo en paisajes lindos. Si los cambios visuales podemos pensar que los realiza un dios, o algún ser que los está creando, yo buscaba ir dialogando, interactuando con eso a través de la improvisación musical. Así como había una interacción con el publico, también había una interacción con la luz y con los colores que sucedían.

Tanto con las visuales como con el vestuario, con todo lo que uso en vivo, lo que pretendo es primero creérmela yo, creerme que estoy entrando en un momento especial, sagrado en el sentido de lo lúdico, entregarme a eso, y a la vez espero que la gente también se entregue a ese viaje. Por eso trato de construirlo como si fuese una ceremonia, que tiene su estructura, su introducción, sus partes, sus plegarias, su celebración al final de todo, esa estructura. Esa es la idea que a mí me interesa llevar cada vez que toco en vivo.

Diego Pérez se mueve sobre la premisa que no hay un limite entre lo visual y lo sonoro sino una posibilidad de potenciar el mensaje: Construyo la música en vivo con loops y con diferentes capas que voy variando, pero a su vez esas capas tienen asignados diferentes loops de imágenes, entonces también voy construyendo lo que se ve en vivo en la pantalla. De ese modo creo que se transmite el doble de energía que tal vez se transmitiría sólo desde lo sonoro, para mí son complementarios y poéticos, generan poesía juntos, reafirma.

A pesar de mantener una estrecha relación con la tecnología, Diego nunca la pensó como parte de un fin, sino como un medio creativo: Me parece que fue una de las grandes confusiones de estos últimos tiempos donde tanto se acelero la tecnología, nos hicieron creer que para diseñar mejor o componer mejor tenías que tener la última computadora. Pero en realidad lo importante para mí es la idea, después vos elegís la herramienta. Yo digo que para mí no existe la música electrónica. La música es música, sino yo le estoy poniendo a la música el nombre de mi herramienta, entonces un tipo que hace música con guitarra le tiene que decir música de guitarra, pero capaz que está tocando una bossa o un tema country. Para mí lo que tiene que estar claro es que aquí el orden de los factores sí altera el producto, ya que primero tenés una necesidad expresiva, y son las herramientas las que tienen que estar al servicio de esta necesidad.

Recuerdos a través del sonido, canta Diego Pérez en La Gente de la Tierra, track de su último álbum Caminos. Nación Ekeko es tierra de peregrinos sonoros, allí van quienes desean descansar en un hogar de muchas culturas, que por supuesto, está libre de pasaportes.

"Ingresar a la Nación Ekeko de Diego Pérez implica sumergirse tanto en un viaje sonoro como visual. Son los elementos recogidos de las culturas latinoamericanas los que le dan forma al proyecto". Pero también sus influencias y contactos desde otros ámbitos, como los africanos, por ejemplo.

Playlist

1. Nación Ekeko - El Hijo del Altiplano
00:04:12
2. Luzmila Carpio - Sumaq Awaq Warmi
00:09:48
3. Amadou & Mariam – Sabali
00:12:43
4. Tinariwen - Takkest Tamidaret
00:15:57
5. Los Mirlos - Lamento en la Selva
00:20:46
6. Damon Albarn - Sunset Coming On
00:23:47
7. Déa Trancoso – Tupinambá
00:27:54
8. Damon Albarn & Mali Music - The Djembe
00:32:07
9. Les Yacaré - Soy Gris
00:36:37
10. Nuria Martínez – Chirocos
00:40:35

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