En el panteón de la religión afrobrasileña del Candomblé hay un ente supremo del sonido. Su nombre es Ayom, el espíritu del tambor, un Orixa que ayuda a los humanos a vivir en armonía con el universo, y al que entre los parajes de este mundo sincrético y cosmogónico se le denomina “El señor de la música”. Ayom fue quien enseñó a los seres humanos a tocar música y cantar.

La banda AYOM sigue los pasos del Orixa que se definen como “navegantes musicales que recorren el Atlántico Negro desde Brasil hasta Angola y Cabo Verde con una identidad claramente mediterránea”. Y yendo más allá, “su sonido es una mezcla de sonidos brasileños, tropicales, afrolatinos y afrolusitanos tocados con un swing irresistible, como el sol tropical que penetra en las nubes grises. Sin embargo, también está influenciado por las energías cosmopolitas de Lisboa y Barcelona, ​​donde los músicos del grupo han establecido sus hogares”.

Esta banda que combina vitalidad, creatividad, enseñanza y energía a partes iguales, está conformada por Jabu Morales, voz y percusión; Alberto Becucci, acordeón; Timoteo Grignani y Walter Martins, percusión; Ricardo Quintería, guitarra; y Francesco Valente, bajo. Una banda multicultural formada por estos seis emigrantes llegados de Angola, Brasil, Grecia e Italia.

Con ellos, “la musicalidad florece nómada, profunda, provocadora y danzante, donde conviven tradición y contaminación, masculino y femenino, poesía y energía, alegría y compromiso.

Redacción Gladys Palmera: En Gladys Palmera estamos encantados de hablar con AYOM porque representa justamente lo que nuestra radio es: espíritu global, influencias múltiples, música en constante evolución, creatividad y pasión. Pero visto así, AYOM parece huir de los tópicos. ¿Fue algo buscado desde el comienzo o es algo que se fue dando?

Jabu Morales: Pues visto así, como Gladys Palmera, que busca influencias múltiples, espíritu global, música en constante evolución, creatividad, AYOM podría decir que es tal cual, ¿no? Nos reconocemos en cada una de estas descripciones. Y no fue nada buscado. AYOM fue fruto de los encuentros, nos conocimos en Barcelona una noche. Ellos tenían antes un proyecto de forró, venían cada semana y venían a presentarse en un sitio en el que yo solía tocar cada semana con mi grupo de forró. Entonces les ayudé a mover la noche, a invitar a la gente. Y nos conocimos, y seguimos en contacto y nos fuimos encontrando con Alberto, y pasado el tiempo empezamos a componer juntos y a tener encuentros continuos. Y también yo fui poco a poco conociendo a los demás integrantes como Timo y en seguida nos conectamos super. Vimos que teníamos muchas similitudes y muchos puntos en común, y esto se extendió, ¿no?, en todo el grupo y la inquietud de crear cosas nuevas que tengan digitales, pero que de alguna manera se nutre de las músicas tradicionales, de las lusofonías, de las canciones antiguas, ¿no?, de Cabo Verde, de Angola, de Colombia, de Perú, de España, y siempre está sonoridad un poco más nostálgica nos ha inspirado a todos, pero siempre tenemos la inquietud de hacer algo que no se hizo aún, que tiene nuestra cara, que dialoga con los puntos de la actualidad y las cuestiones que nos atraviesan a diario. El hecho de que somos todos, también, emigrantes, que nadie vive en el sitio que nació, entonces nos encontramos con muchos puntos en común y hacer música es una terapia compartida.

RGP: Nos llama mucho la atención la presencia del acordeón que toca Alberto Becucci. Es un acordeón clásico, grande, de teclas, y que permite acercarse al tango, al jazz manouche, al choro, al forró y hasta a la música balcánica. Pero, ¿no es complicado con toda esa gama de percusión que ofrece AYOM?

JM: El acordeón de Alberto Becucci es algo que es muy importante, creo, para marcar la sonoridad que es característica de AYOM porque se resalta muchísimo entre todas las percusiones juega un rol con la voz, las frecuencias y los motivos. Yo creo que juega muy bien con la voz y vamos compartiendo este espectro, mientras las percusiones van aguantando los Beats graves y las frecuencias más “aguditas” ahí. El acordeón viene como contando una historia, viene siendo el “caldado” del río, y tiene mucha, mucha presencia y mucha personalidad en lo que es la sonoridad del grupo.

RGP: ¿Las canciones son creaciones colectivas o parte de forma individual y van cogiendo forma al trabajarse en grupo?

JM: Pues las canciones son un poco híbrido. Empiezan siempre con una inquietud; en general la gran mayoría viene de mi parte con Alberto, y ahí vamos intentando pactar, ¿no? los espacios las melodías, intentando que la canción pueda surgir, pero también que la letra y el mensaje tengan espacio para presentarse. Y ahí hacemos este primer molde y luego compartimos con Timo, que trae posibilidades de colores, de Groove, de cambios y cosas así. Y luego Ricardo viene y trabaja lo que en portugués se llama “Las malhas”, que es como lo que va a “costurar” todo esto, y los Riffs, ¿no? Y lo que también cambia un poco son los colores de las atmósferas que que pasean los mensajes. Pero luego ya cuando tocamos todos, ya como se pierde un poco el hilo de quién propuso qué, porque es como una masa viva en la que todos ponen la mano y sugieren. Walter tiene siempre muy buenas ideas y Francesco con su bajo también trae un punto muy original. Entonces es difícil disociar. Creo que empieza con un mensaje, ¿no?, empieza con algo que queremos hablar y algo que nos remueve muchos, y a partir de ahí los colores que utilizamos para contar esta historia es totalmente colectivo.

RGP: ¿Y reunirse es complicado o es fácil, o ya la virtualidad ha facilitado las cosas?

JM: Pues reunirse es complicado, pero finalmente lo logramos porque tenemos esta posibilidad de encontrarnos cada momento en un país distinto. Entonces, Lisboa es un sitio en el que nos encontramos muchísimo porque tres de los integrantes viven ahí; entonces es como más fácil de manejar, pero también Barcelona. Siempre encontramos la manera de hacer residencias aquí, así que vienen los demás chicos y nos reunimos. Italia en Firenze es también es un punto de encuentro muy a menudo. Coincidimos. Cada vez a cada año tratamos de hacer una residencia larga en que estamos como trabajando canciones nuevas, hablando un poco del color del próximo trabajo y por dónde queremos tirar. Y en el verano ya nos empezamos a encontrar y son muchos días juntos, y entonces apenas tres días ya encontramos ese respiro común a esta sincronía. Estuvimos muchos años afinándonos y el cuerpo recuerda rapidísimo el camino.

RGP: ¿Qué esperan ustedes en este Tour por Barcelona, Madrid, Alcover y Rabat? Imaginamos que los mensajes de solidaridad, ayuda, premio al valor estará allí presente tras los hechos sucedidos.

JM: Bueno, hacer estos conciertos en Barcelona Madrid y Alcover para nosotros es muy fuerte porque aquí fue donde todo empezó. No sé, El magnetismo del primer encuentro fue aquí. Entonces tenemos una relación de muito carinho, aparte de que también vivo aquí hace muchos años y entonces tengo mi familia, mis amigos, y siempre presentarse en casa tiene un gusto especial. Y a raíz de todo esto que está pasando ahora en Valencia, que nos encontramos con la fragilidad de la vida, ¿no?, como en un día algo muy grande puede pasar y cambia la vida de millones de personas. Y estamos todos tan vulnerables a esto, esta sensación de pequeñez nos hacen muy humanos y la mejor manera de conducir esto también en el momento de tanto dolor… Pensamos que poder hacer arte y poder compartir un momento de alegría es también una manera de poner una luz, de poner un mensaje de esperanza y aligerar de alguna manera este sentimiento, este residuo, esta sensación de impotencia y de de fragilidad.

RGP: Nuestro deseo es de mucho éxito para este final de 2024 y para el 2025 y que AYOM siga en lo alto y cada vez más arriba. Desde Gladys Palmera va nuestro abrazo y gratitud.

JM: Pues ha sido un enorme placer hablar con vosotros de Gladys Palmera. Hace muchos años somos admiradores y acompañamos vuestro trabajo, y tener la oportunidad de compartir ahora es muy lindo y muy especial. Muchas gracias. Y nos vemos el 6 de noviembre en Barcelona, el 7 de noviembre en Madrid y el 10 de noviembre en Alcover.

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