La bomba puertorriqueña como arma de guerra
El ritmo afroboricua se reivindica en el exterior durante la crisis que vive la isla.
En Puerto Rico, la expresión “tener la mancha de plátano” se refiere a ese carácter inconfundible del boricua donde quiera que va: su espíritu de aguante, su humor, su energía. Viene literalmente del residuo viscoso que deja la cáscara del plátano verde, ingrediente pilar en la cocina isleña, y que es dificilísimo de quitar de la ropa y de la piel. Es algo que no puedes explicar, pero lo ves a simple vista. Cuando estás en el extranjero y notas algo familiar en alguien, quizás en el ritmo de su andar, en su acento, te dices a tí misma: “ese no puede negar su mancha de plátano”. Es de los tuyos.
Los integrantes del grupo Mancha ‘e Plátano son en su mayoría estudiantes puertorriqueños que se conocieron en Barcelona y ahora forjan juntos un proyecto cultural que rescata el ritmo afroboricua llamado bomba. Hacen su estreno oficial en el evento Bohemia solidaria, una noche de guitarra, tambor y baile por Puerto Rico el 21 de abril, el cual recaudará fondos para los afectados del catastrófico huracán del pasado mes de septiembre.
“Desde que llegué, quería empezar un grupo de bomba”, dice Marina Molina, de 24 años. Marina llegó a Barcelona en 2016 para estudiar un máster en composición de música para cine. Es cantante, y también toca los tambores o barriles de bomba, rol tradicionalmente ocupado por hombres. El género de la bomba puertorriqueña se origina en las comunidades de esclavos en la isla en la época colonial. Utilizando barriles de ron como tambores, los cantos repetitivos y el baile, los africanos expresaban sus penas pero también contaban historias y difundían mensajes de fugas o revuelos en un código secreto a espaldas de los capataces.
Hoy, la formación de la bomba puertorriqueña consiste en por lo menos dos barriles, instrumentos de percusión como maracas, un bailador o bailadora que entra en un duelo con el tocador del tambor de barril. Éste marca los movimientos de la bailadora con los repiques de su percusión, formando ritmos improvisados depende la cadencia del baile. Mientras, se cantan los coros en unísono. Un espectáculo en todos los sentidos.
“Somos la vanguardia de la bomba en Barcelona y en España”, dice Marina. Desconocen de otros grupos de bomba en España, aunque han escuchado de algunos en Holanda y hasta en Japón. Que la mayoría de Mancha ‘e Plátano sean mujeres es aún más reivindicativo. En Puerto Rico no es normal ver a mujeres al mando de un grupo de bomba, tocando los barriles, cantando los coros.
La bailarina y coreógrafa Isadora Libertad López Pagán, de 24 años, también aprendió la bomba en la escuela de los Cepeda. “Salía los sábados de clase de ballet y mi madrastra tenía clases de bomba y mi papá me llevaba. Hasta aquel momento, el baile para mi era un tutú, puntas y medias rosas”, dice Isadora, quien llegó a Barcelona hace 6 años y actualmente estudia gestión cultural en la Universidad de Barcelona.
Mancha ‘e Plátano nació de improvisto durante una de las jams de flamenco del bar La Maceta en Gracia el pasado diciembre. Un grupo de puertorriqueñas, artistas, incluyendo Marina e Isadora, se encontraron ahi y se atrevieron a hacer una bomba, un género totalmente desconocido para los presentes. Los músicos organizadores de la jam les preguntaron “¿Qué necesitáis?“, a lo que Marina contestó “Que os quitéis del escenario“, y se apoderaron del mismo ellas solas.
“La gente flipó“, dice Isadora. Le gritaban “¡olé!” y “¡guapa!” al bailar. “A nivel de energía e impacto, la gente conecta super rápido con la bomba“, dice Isadora. “Relacionan la energía de la bomba con la energía del flamenco. Sobretodo por el tema del ritmo, de los tambores.” Desde entonces, en las jams de La Maceta esperan con ansias la participación de la bomba, y al grupo de boricuas se han unido músicos de otros países.
Las integrantes de Mancha ‘e Plátano son parte de una generación indignada con el desastre político y económico de Puerto Rico, aún antes del huracán. Esta generación ha incorporado la bomba a las manifestaciones y huelgas estudiantiles. “Las consignas se utilizan a ritmo de bomba, siempre hay un barril,” dice Isadora. “Las consignas no se sostienen solas, se sostienen con bomba“.
Y ahora que muchos boricuas han sido desplazados de la isla tras el paso de María (hay pocos trabajos y servicios médicos, cerraron escuelas y universidades durante meses por falta de luz y agua), la diáspora forma sus grupos de bomba en exterior, se sostienen también con sus raíces afrocaribeñas. “Es parte no solo el discurso cultural, sino del discurso de resistencia lo que hay detrás de la bomba, es un arma de guerra”, dice Isadora, quien considera la práctica y difusión de la bomba como un acto político. “Utilizamos nuestra cultura para visibilizar lo que está pasando en Puerto Rico, para mostrar como se nos está desplazando“.
Otro grupo que tocará en la Bohemia Solidaria será Agüita e Coco, liderado por Ariana Lorén Delgado de 27 años y también integrante de Mancha ‘e Plátano. Ariana lleva en Barcelona año y medio y empezó Agüita e Coco hace un año porque tampoco se puede quitar la mancha de plátano. El repertorio no incluye bomba, pero sí boleros y fusiones tropicales con rumba. “Nos hacía falta tocar eso porque tocamos jazz y flamenco [en la universidad] pero teníamos muchas ganas de revivir eso que teníamos en Puerto Rico“, dice Ariana, quien es estudia musicoterapia.
Las salas de ensayo del Conservatorio del Liceu cierran a las nueve de la noche los días laborables, pero hace unos días, Mancha ‘e Plátano siguió ensayando pasada la hora en que se apagaron las luces. Los músicos tocaron a oscuras, a la luz de los teléfonos móviles. Tenían que practicar, y además, fue un acto más de solidaridad con Puerto Rico. Han pasado 7 meses desde el huracán y todavía hay apagones de luz eléctrica casi semanalmente. Algunos barrios aún no tienen luz, víctimas de la ineficiencia del gobierno local y estadounidense.
El espíritu de la Bohemia Solidaria y otras iniciativas de este grupo de músicos de la diáspora puertorriqueña es mantener la señal de alerta. “Los puertorriqueños reciben a la gente con los brazos abiertos y quisiera que esto sea recíproco“, dice Ariana. “Somos una isla con mucho que dar y estamos en un momento en el que necesitamos ayuda.”
Más información sobre el evento Bohemia Solidaria: de la guitarra, al tambor y el baile, aquí.