Se llamaba Elvira Ríos y era cantante, pero no cantaba. Ella simplemente decía. Sus bolerazos parecen poemas declamados a la luz de una vela, con ese tono tan grave que te hace sentir culpable. Por ese tono Elvira fue llamada La Voz de Humo. Pero también la apodaron La Emocional por su recio temperamento. Y tan emocional fue, que cuando firmó un contrato con la emisora XEW, exigió que ella no iría nunca al estudio y que sólo cantaría en su casa. No hubo forma de decirle que no y cada semana le llevaban los equipos de transmisión a su hogar. Esta grabación data de su etapa más popular en la que cubría un abanico de autores. Azul, la canción que traigo aquí, es de Agustín Lara y la respalda la orquesta de Mario Ruíz Armengol... con Organo Hammond a bordo.