“Por alto que esté cielo en el mundo, por hondo que sea el mar profundo, no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti”. Esto no solamente es un bolero, es una declaración de amor, es la entrega total hacia el ser querido. Roberto Fonseca exprime la poesía de aquellos cantos que han enamorado a generaciones, de aquellas frases que como esta hacen parte de la memoria colectiva, aquellas que siempre hemos dicho o hemos querido decir como versos, y que hemos tarareado como canción.

La lista de intérpretes que trae Roberto a esta edición de La Isla Sonora no es cualquier cosa, son los clásicos de toda la vida: Benny Moré junto a Pedro Vargas, un encuentro de leyenda del que todavía se cuentan anécdotas; José Antonio Méndez, poeta genial del filin cubano; Guillermo Portabales, el creador de la guajira de salón; Barbarito Diez, la voz del danzón y la elegancia hecha canción; Ibrahim Ferrer y Omara Portuondo, otro dúo a quienes el propio Roberto supo acompañar; Abelardo Barroso, padrino del son y el cha cha chá; María Teresa Vera, la primera diva y primera dama de la canción cubana; o Nat King Cole y su visión magnífica de la canción romántica latina.

El programa de Roberto Fonseca se ha vestido de gala con sus canciones de amor.