Pancho El Bravo y sus Candelas del Tira Tira
Alberto Cruz Torres, más conocido como Pancho El Bravo, fue uno de los flautistas cubanos más talentosos de su generación. Con su virtuosa flauta, sus composiciones picarescas y divertidas y sus experimentos bailables sobre el danzón, se erigió como el gran renovador del género al final de los años 50, y su charanga figuraba entre las preferidas de los bailadores habaneros. Después de Pérez Prado con el mambo, y la Orquesta América con el cha cha chá, Pancho creyó que había llegado su turno y el de su ritmo tira-tira, con el que iba experimentando desde su paso por la orquesta de Neno González. Pero la suerte no le acompañó y su creación se quedó prisionera en una isla cerrada a toda posibilidad de intercambio con el mundo exterior.
Cuando lo encontré hace años, pocos tiempos antes de su fallecimiento ocurrido el 19 de diciembre de 2009, Pancho El Bravo vivía olvidado en un apartamento en ruinas y quemado del barrio popular de Cayo Hueso. Pero no tenía rencor, solo pensaba en estrenar nuevos temas que sus manos y sus labios dañados le impedían tocar “de momento”, como si el mundo se hubiera parado en sus años de abundancia y lo estuviera esperando.
Nacido el 7 de agosto de 1928 en Quiebra Hacha, en el municipio de Mariel, Pancho El Bravo estudió solfeo y clarinete con su padre, Tomás Cruz Martínez, primer clarinetista y co-fundador de la Banda Municipal de Marianao. Con otros músicos de la banda como Leocadio Urrutia y Vitelio Valdés Villafuerte, también músicos de la banda, o Julio Pedroso y Juan Cuello, se perfeccionó en la flauta.
Cuando su padre abandonó su puesto en la Banda Municipal de Marianao, la familia, ya instalada en el barrio de San Lázaro en La Habana, se vio obligada a buscar trabajo para subsistir. Se hicieron maniseros, un oficio en el que les fue bastante bien y pronto pudieron comprar instrumentos (piano, paila, güiro y tumbadora) para organizar una charanga. La orquesta fue bautizada como Ritmo Juvenil porque, a excepción del padre, se componía de músicos muy jóvenes, de los que tres -Alberto, Luis y Antonio- eran hijo de Tomás Cruz. Los miembros eran: Tomás Cruz Martínez (clarinete y director), Alberto Cruz (flauta), Antonio Cruz (piano), Luis Cruz (paila), Laudelino Larrinaga (güiro), primo de los Cruz, Celso Valdés (violín), Enrique Álvarez (violín), Vitto Cruz (bajo), y un tal Alberto (tumbadora). El grupo, que duró de 1943 a 1950, tenía su propio repertorio y grabó para Sonoro, sub-sello de la compañía Panart de Ramón Sabat. Entre sus títulos más conocidos destacan los chulescos El flautista atómico y Yo soy el dandy de Alberto Cruz, y Cambia los kilos pa’ que te dure, Picarona te gusta el dinero y Ten cuidado con esta jeva, temas de Tomás Cruz que dicen mucho sobre su preocupación y la situación económica en esta época.
En 1950 Alberto Cruz pasó a la orquesta Estrellas Musicales de Joaquín González. A la muerte de este en 1953, la orquesta se disolvió y el joven flautista tuvo que trabajar como cargador con su primo en un mercado de La Habana. En julio de 1954 volvió a su antiguo barrio de San Lázaro donde se enteró que lo buscaba el flautista José Antonio Díaz para sustituirlo en la Orquesta de Neno González. Se encontraron finalmente y José Antonio Díaz tuvo que dejarle una flauta para que el joven instrumentista pueda debutar con esta charanga veterana. Su primera actuación estaba prevista en los estudios de Radio Cadena Habana a la 7:15 de la tarde para interpretar un programa bailable. Alberto Cruz llegó tarde y en el primer tema lo remplazó Juanito Ramos, flautista de la Orquesta América, que actuaba en el programa anterior. Ante la insistencia de Ludelino Larrinaga, primo y compañero de Alberto Cruz, Neno González accedió a dejarle entrar en el segundo número. Era el danzón Pancho El Bravo de Pedrito Ramos, al que el nuevo instrumentista dio un toque tan único con sus improvisaciones y sus inspirados floreos que el animador del programa, Rodrigo Rosié, bautizó al nuevo prodigio con el nombre del tema.
Grabó con esta orquesta hasta 1959, y compuso numerosos temas como Chucha tembleque, Negra cambia el paso, Se te rompió el tacón, El pagano, El borracho y A caballo, disco de oro en 1958. Algunos de estos temas son en ritmo de tira-tira, una creación de Pancho El Bravo basada en el güiro y la tumbadora que ejecutan un patrón simple, no sincopado, que contrasta y enlaza con la base armónica y melódica sincopada del piano, la flauta y los violines. El primer número era El vago, compuesto en 1949, grabado más tarde con la orquesta de Neno González.
El 21 de noviembre de 1959, Pancho El Bravo fundó su propia orquesta, Las Candelas del Tira Tira, con Tomás Calderón (piano), los hermanos Ovidio y René Pérez (violín), Antonio Cárdenas (paila), Antonio Rodríguez Calderón (tumbadora), Rodolfo Dita (bajo), Sergio Corona (güiro), y los cantantes Alberto Díaz, Julio Valdés y Eduardo “Eddy” Ciarreta. Un poco más tarde Rodolfo Dita fue remplazado por Joaquín Carbajal. La orquesta recibió el trofeo Novato del Año en 1960 y gozó de una gran popularidad, sobre todo en la región oriental de Cuba. Pasaron por sus filas músicos de primera categoría. Pepecito Reyes fue su pianista y director musical durante doce años. El famoso director y violinista de la Charanga Habanera, David Calzado, debutó en esta orquesta participando en una gira en Angola del 13 de noviembre de 1978 al 13 de enero de 1979. El flautista Joaquín Oliveros tocó también en esta orquesta que perduró hasta después de la muerte de su creador. (Tommy Meini)