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Estamos en 1976, a los efectos de este análisis. Carlos Patato Valdés ya es una figura notable, muy notable en el campo de la percusión en el Caribe y en Nueva York en términos directos personales, pero no se había asomado la posibilidad de que el nacido el 4 de noviembre de 1926 en el barrio habanero de Los Sitios llegara, como llegó, a los más apartados lugares donde incluso nunca se presentó. Es uno de los grandes méritos del ingeniero y fotógrafo Martin Cohen, fundador de Latin Percussion, a la que pertenece esta producción de 1976, cuando ya sello disquero y empresa de instrumentos de percusión de Cohen contaban con 12 años de exitosa existencia.
En cuanto a Patato Valdés, a quien pusieron ese apodo por su pequeña estatura, traía desde la infancia la estirpe de los rumberos y de los rituales santeros. Con todo y la experiencia acumulada en diferentes orquestas y grupos habaneros, él optó por Nueva York y hacia allá fue en 1954.
Su escala hacia la fama fue meteórica porque aparte de su personalidad carismática y sus extraordinarias dotes de rumbero y tamborero, Patato se asimiló rápidamente al Jazz Latino. Su alianza con Martín Cohen fue decisiva para que ese prestigio adquiriera ribetes mundiales.
José Arteaga, periodista, investigador, musicólogo y escritor (entre otras perlas) en su magnífico trabajo https://gladyspalmera.com/coleccion/el-diario-de-gladys/el-latin-percussion-jazz-ensemble/ escribió: “Patato era incandescente, divertido y loco, aunque también era capaz de sacar de quicio a la organización de cualquier evento con incumplimientos y salidas de tono. En el caso de Martin Cohen, fue más allá y llegó a convertirse en un problema permanente, al que sólo lo salvaban su buen corazón y su inmenso talento. Deja a este HP aquí, decía Dizzy Gillespie durante una gira por Francia. Gillespie quería que lo castigaran por su comportamiento, abandonándolo a su suerte en un país extraño para él. Pero Patato en el escenario era otra historia. La gente acababa fascinada con sus actuaciones, toques, gestos y bailes. Y él fue la otra estrella de LP con su línea de congas Patato Signature Series, A diferencia de (Tito) Puente, Patato grabaría tres álbumes en solitario para el sello Latin Percussion Ventures Record: Authority, Ready for Freddy y Batá. Los tres son joyas absolutas y la canción La Ambulancia es un clásico imperecedero de la música afrocubana”.
El presente álbum consta de los siguientes temas: Alma Mía, de Virgilio Martí, Theme, Inspiration part 1, Inspiration part 2, Chévere, y Si quieres Pan. Con la excepción de Chévere y Alma mía todos pertenecen a Carlos Patato Valdés.
En la generalidad de la producción participan los siguientes músicos: Nelson González en el tres y la voz, Mario Muñoz, Papaito en las Congas, Julito Collazo y Virgilio Martí en las Tumbadoras y también en voces, Steve Berrios en la Cáscara y Patato Valdés en el Quinto y voz.
La dirección musical corrió bajo la responsabilidad de Nelson Gónzález y la curiosa portada es una composición de Martin Cohen, productor de este álbum.