En la contraportada de este álbum se lee lo siguiente: “ Resulta harto difícil buscar entre los sones más populares del ayer un Son que lleve la firma de Bienvenido Julián Gutiérrez que no (se) haya constituido en un verdadero hit. Los intérpretes más celebrados de entonces se disputaban los estrenos de los números musicales de Bienvenido Julián Gutiérrez.

De los sones de él, muchos de los cuales aparecen en este álbum, fue Pablito Quevedo, el cantante más popular de aquél entonces quien tuviera el privilegio de estrenar y hacer verdaderas creaciones, la mayoría. Fernando Collazo, quien le disputaba la popularidad a Quevedo también le disputaba el privilegio de los estrenos. Y es que los sones de este fecundo autor en aquella época eran polémicos, icónicos y cada uno llevaba detrás de una inocente letra musical un mensaje social, político o simplemente personal que sus intérpretes conocían perfectamente.

Como un homenaje a este gran autor cubano hemos escogido para este disco sus sones más populares de aquél entonces. Para ésto era necesaria una voz sonera con la cubanía necesaria y para ello fue seleccionado Miguelito Cuní, uno de los cantantes más populares de Cuba. Mantenerse a través del tiempo como favorito con el conjunto “Todos Estrellas” de Arsenio Rodríguez, la orquesta de “Arcaño y sus Maravillas”, y después el conjunto de Félix Chapottin dan la medida exacta del arraigo de Miguelito Cuní entre los bailadores de Cuba” (fin de la cita discográfica).

Pero eso no es todo.

Alrededor de 1958, el gran sonero cubano Miguelito Cuni firmó un contrato con el sello cubano Gema para grabar sones cubanos de antaño acompañado por un conjunto estelar de especialistas en este género. Miguelito eligió a varios miembros del Conjunto de Félix Chappottin para esta grabación. Los editores ya habían escogido el repertorio de Gutiérrez. Para 1959 ese disco Sones de ayer le daba la vuelta a Cuba y al Caribe. No era para menos porque se trataba y se trata de una joya de la música cubana.

Es en este LP donde aparece la versión de Convergencia realizada por Cuní, que no fue la primera, pero fue la mejor.

Miguel Arcángel Conill había nacido en Pinar del Río, en el occidente de Cuba el 8 de mayo de 1917 y aunque se desempeñó en la escuela y en trabajos menores para ayudar a la familia, lo tenemos en 1938, con 21 años en La Habana buscando su destino. Aunque estuvo en agrupaciones como “Arcaño y sus Maravillas” y “Melodías del 40” sería con Arsenio Rodríguez con el que alcanzaría notoriedad, notoriedad acrecentada cuando El Cieguito Maravilloso se fue a Nueva York y Félix Chapottín asumió la dirección de lo que quedaba del grupo de Arsenio en Cuba, incluido Lilí Martínez Griñán.

Es en ese contexto en el que se genera la posibilidad de grabar este álbum que ha hecho historia y la sigue haciendo, sobre todo por la versión de Convergencia, mundialmente conocida en la voz de Cuní.

Con relación a ese tema hay discrepancias porque en algunas entrevistas Bienvenido Julián Gutiérrez indicaba que letra y música le pertenecían, mientras que en otras investigaciones aparece Marcelino Guerra, “Rapindey” como el autor de la música, mientras la letra es de Bienvenido Julián.

El disco se grabó con el formato de septeto donde sobresalieron los solos de trompeta de Oscar Velasco O'Farrill, “Florecita”· y los coros comandados por Filiberto Hernández.

Los temas que integran este LP son todos de Bienvenido Julián Gutiérrez, habanero nacido en 1904 y que habiendo pasado por diversas agrupaciones, entre ellas “Los Roncos” de Ignacio Piñeiro, optó por escribir, y nunca fue tan acertada una decisión en ese ámbito. Para muestra está el botón: Los tres Juanes, El cielo tenebroso, Cobarde no, El Diablo, Contradicción, Con amor todo se olvida, Por la señal, Convergencia, Lo mismo, Tú no lo creas, Con voluntad y Dónde va Chichí.

Con bordes azules.