Télé Miso / Salt Pop Corn

Formato: 45 rpm
Sello: Philips - 6091 002
País de edición y fecha: Francia, 1969
Grabación: Francia
Estilo: África, Soul, Funk
Géneros: Afro soul

En 1966, tras sus divertidos Mirza y Les cornichons, el cantante del momento Nino Ferrer vuelve a subir los escalones del hit-parade francés con su reivindicativo Je voudrais être un noir. Para él, respecto a la música, los negros lo hacen mejor. Dice: “Hey hey hey Sr. Wilson Picket / Hey hey hey Sr. James Brown / Por favor díganme cómo lo hacen / Sr. Charles, Sr. King, Sr. Brown / Yo hago lo mejor que puedo para cantar como ustedes / Pero no puedo hacer mucho, no puedo hacer nada / Creo que es el color, el color de mi piel / Lo que no va / Y es por eso que me gustaría / Me gustaría ser negro”. Para dar crédito a su discurso, acaba de contratar a un músico negro, africano de pura cepa, nacido en Douala, Camerún. Su nombre, Manu Dibango.

Nino Ferrer lo ha contratado a finales de 1965, tras verlo tocar el órgano con el rockero francés Dick Rivers. No sabía entonces que era un excelente saxofonista y que algunos de sus temas grabados con su African Soul Quintet o con el African Jazz de Joseph Kabasalé “Le Grand Kallé” son de los más escuchados en el antiguo Zaire, hoy República del Congo. Pero en París, Dibango casi no es nadie. El color de su piel es el problema. Cuando regresa sin un centavo de Camerún en junio de 1964, su mujer Coco, ex-modelo y actriz francesa que lo apoya en su carrera contra vientos y mareas, debe insistir para que por fin el propietario de un pequeño apartamento del Faubourg Saint-Martin acepte alquilarlo a una pareja mixta. Manu sobrevive grabando discos destinados al mercado africano para la marca Philips. Sus gerentes no creen en un artista negro para su territorio nacional, y menos si es africano. Entonces, cuando Nino Ferrer le ofrece sustituir a su organista, Bernard “Baron” Estardy, Manu Dibango acepta enseguida, a pesar de no dominar totalmente el instrumento: “Evito con cuidado decirle que entre el órgano y yo, todavía no hay nada extraordinario. Solo practico con un instrumento de miseria, de quinta categoría, cuyas aptitudes están lejos de poder rivalizar con el Hammond -la Rolls de su categoría- que Nino tiene en su trío. Este órgano Hammond es un monstruo. No tengo ni el dinero para comprar uno, ni la oportunidad de tocarlo en ningún sitio”. En tres días, justo antes de un primer concierto en Bélgica, Baron Estardy le enseña los secretos del Hammond. Manu obtiene el puesto, quizás más por su color que por su manera de tocar: “Las aparencias están a salvo. Soy un africano con piel de ébano. Tengo una risa más intensa que la de la publicidad Y a bon Banania [de una marca de cacao en Francia]”. Entre dos giras de Nino Ferrer, Manu sigue grabando con su banda para Philips y actúa con la misma en el cabaret parisino Le Bilboquet. Sus músicos son: el camerunés Jean-Karl Dikoto Mandengue (bajo), Mam Houari (saxofón), el tunisino Vincent (órgano), el guadalupano Alan Shelly (voz) y la martiniquesa Célia (voz).

Una noche, Nino Ferrer los sorpendre durante una actuación. Se entera que el instrumento predilecto de Manu es el saxo. Lo nombra al momento director de su orquesta. El prestigio creciente del músico camerunés crece. Toca en fiestas privadas de la élite parisina y en el prestigioso Club de l’Étoile, prohibido a los negros, excepto sin son músicos. Algunos de los que se presentan allí son músicos americanos, estrellas de este género que tanto le gusta a Ferrer, el soul. Quizás para Manu ha venido el momento de saltar a la fama. Si estos artistas venidos del otro lado del Atlántico triunfan en Francia y Nino Ferrer les dedica una canción que todos plebiscitan, ¿por qué no él? Al fin y al cabo Manu y los afro-americanos comparten las mismas raíces. Mi carrera de director de orquesta gana importancia. En Phonogram-Philips, soy responsable del catálogo África. Compongo entonces un tema instrumental aullador y brillante: Salt Pop Corn, música mestizada de rhythm and blues un poco funky, con un fondo típico. Esta composición no tiene el carácter realmente africano que mi música tendrá en el futuro. Claro, el disco solo está destinado al mercado africano. ¿Cómo hacer un pequeño paso hacia la apertura, hacia Francia? Un amigo mío tiene una tienda especializada en los Champs-Élysées. Le confío una copia de Salt Pop Corn. La tienda expone en su escaparate el hit-parade de las mejores ventas. En dos semanas, mi tema vende más que los éxitos de James Brown. Me precipito para dar la buena noticia a Philips. Me reciben con una cierta molestia: están incómodos con el éxito imprevisible de mi grabación, que está reservada a la exportación. Los dirigentes de la marca tardan un mes para elaborar una estrategia. Aceptan de distribuir mi disco en Francia, pero con otra portada y sin promoción. Por lo menos mi pelea ha permitido un pequeño progreso: ‘Manu puede funcionar aquí, quizás tenemos que publicarlo en Francia…’ Pero todavía no hemos llegado a este punto”. En el catálogo Philips, el single Salt Pop Corn pasa de la serie africana 6091 (referencia 6091 002) a la serie nacional 6009 (6009 086), entre Rika Zaraï y Michel Sardou, dos artistas confirmados de la marca. Salt Pop Corn, cara B de Télé Miso, se convierte a la cara A del nuevo disco, acoplado a Sneakin’ Home. Es 1970. Pero el disco pasa casi desapercibido. Habrá que esperar dos años más y la llegada de Soul Makossa para que el público no solo francés sino mundial, conozca por fin al inmenso Manu Dibango. (Tommy Meini)

Tracklist:
A1 Télé Miso (Manu Dibango)
B1 Salt Pop Corn (Manu Dibango)
Featuring:
Manu Dibango - Saxofón tenor, Arreglos