En enero de 1971, salió a la venta el segundo LP de soul del cantante y compositor brasileño Tim Maia. Su amor por los ritmos norteamericanos no era nada nuevo. En 1957, en plena adolescencia y con el éxito internacional de Elvis Presley como telón de fondo, se identificó con el movimiento del rock’n’roll y formó The Sputniks con Roberto Carlos y otros amigos; el combo llegó a aparecer en el programa de televisión Clube do Rock de Tupi TV, pero se disolvió cuando Roberto Carlos decidió emprender una carrera de solista como “El Elvis Presley brasileño” y Tim Maia le contestó que él prefería seguir los pasos de Chuck Berry.

En 1959, después de la muerte de su padre, con solo 17 años y 12 dólares en el bolsillo, Maia viajó a Estados Unidos para mejorar su inglés y estudiar televisión y cine. No obstante, allí no se encontró con el sueño americano que tanto anhelaba y sobrevivió con empleos precarios en la restauración y en un residencia para ancianos, o cometiendo algunos hurtos y robos. Eso sí, viviendo la vida cotidiana de la clase baja afro-americana, se enamoró de su música, el soul. A finales de 1961, viviendo en la casa de unos amigos de su familia en Tarrytown, Nueva York, fundó el grupo The Ideals, con los que grabó dos demos, “New Love” y “Go Ahead and Cry”, con Milton Banana a la batería y Don Payne al contrabajo. Era conocido entonces como Jimmy the Brazilian. Pero en 1963, fue arrestado en Daytona Beach, Florida, fumando cannabis en un coche robado, y después de pasar seis meses en la cárcel fue deportado a Brasil.

Llegó a Río en abril de 1964, descubriendo que sus viejos amigos, Roberto Carlos, Erasmo Carlos y Jorge Ben habían triunfado en São Paulo. Después de otra pena de cárcel, decidió mudarse también al sudeste del país donde empezó a ofrecer un nuevo tipo de música mezclando soul y música popular brasileña. Roberto Carlos lo recomendó a CBS, sello que grabó su primer single en 1968, Meu país. El mismo año, Fermata publicó su segundo 45 rpm, en inglés y más influenciado por el soul, These Are the Songs; también participó en la grabación del álbum de latin soul y ye-ye de Eduardo Araújo “A onda é boogaloo”, disco que incluye su composición Você. Pero el éxito le llegó el año siguiente, cuando Roberto Carlos grabó su canción Não vou ficar (después de rechazar Você, demasiado lenta). Polydor le ofreció entonces un contrato discográfico y regresó a Río donde la publicación de su primer álbum fue precedido por otro gran éxito, una nueva versión de These Are the Songs, esta vez a dúo con Elis Regina. De su primer LP epónimo lanzado en junio de 1970, vendió a más de 200.000 copias y conquistó su primer disco de oro, gracias especialmente a los dos títulos Primavera (de Cassiano), Coroné Antônio Bento (de Vanderlei y João do Valle), Azul da cor do mar y Cristina (ambas de su autoría).

Gracias a la buena acogida del público y de la crítica, los productores le dieron total libertad para su segundo LP, y a finales de 1970 entró en los Estudios Somil de Botafogo para su nueva producción. Le acompañaba prácticamente la misma banda que en su grabación anterior, a excepción del guitarrista Cassiano sustituido por los jóvenes Hyldon de Souza y Paulinho Guitarra, y de la participación del grupo vocal As Gatas en los coros. El resultado fue otra mezcla contagiosa de rock, soul y funk con bossa nova, samba y música de nordeste cantada en portugués e inglés. El álbum abre con un tema de inspiración baiana, A festa do Santo Reis, en el que conviven acordeón, violines y guitarra eléctrica. Otra mezcla de rock y baião es Salve Nossa Senhora de Carlos Imperial y Eduardo Araújo, que Tim Maia grabó para ayudar a este último. Entre sus antiguas composiciones, volvió a grabar la irónica Meu país, Não vou ficar y Você, pero el mayor éxito de esta nueva producción fue el samba-soul Não quero dinheiro (Só quero amar). En la misma vena, pero en inglés, destaca I Don't Know What to Do with Myself que compuso en una noche de juerga con Hyldon en casa de este en Copacabana. También en inglés, I Don't Care y Broken Heart, dos cortes soul en la más pura tradición norteamericana, sin casi influencia brasileña. Sus raíces son más evidentes en Preciso aprender a ser só, suave versión de una bossa nova de los hermanos Marcos Valle y Paulo Sérgio Valle.

Cuando fue publicado , “Tim Maia” conectó, como el álbum anterior, a la vez con el público y con la crítica. El músico Zé Rodrix elogió el disco en la revista Rolling Stone en febrero de 1972, subrayando la independencia de Tim Maia, así como su fusión de los ritmos brasileños con los ritmos norteamericanos. Escribió: “Tim es un tipo muy exigente. Graba únicamente lo que quiera, donde quiera y cuando quiera. Rechazó en este disco, el estudio de 4 canales y los técnicos de Philips (con razón), y se fue a hacer su disco en Somil, con Celinho detrás de la mesa; llenó el estudio con los músicos de su elección… Tim fue más allá, en este disco, en su búsqueda personal de un sonido propio.” Aunque critica la versión “floja” de Preciso aprender a ser só y los blues del disco que “no son más que tímidas (innecesarias) imitaciones”. En 2004, la misma revista le dio al álbum el puesto 75 en su lista de los 100 mejores discos brasileños de todos los tiempos (Tommy Meini).