Una voz muy hermosa era la de Víctor Manuel  Avilés Rojas, a quien todo el caribe musical y más allá conoció como Vitín Avilés, aquél barbero de  Mayagüez nacido el 30 de septiembre de 1924, que encantaba a clientes y aldeanos con su poderosa y bien timbrada voz. A su labor como barbero se unían entonces sus incursiones en la radio regional, con notable éxito.

A los 19 años ya era cantante profesional como vocalista de la Orquesta Hatuey en la que también estaba Mon Rivera. Al año siguiente, estando en la Orquesta Anacaonadecidió irse a la capital de la isla, y así comenzó otro periplo. Era 1944. Ya tenía 20 años. Pasó tres años  en San Juan e incluso llegó a grabar, pero en 1947 se fue a la ciudad de Nueva York, para cumplir un periplo de 12 años siendo vocalista de la orquesta de Pupi Campo, de Cuba y colaborador de Machito, el Sexteto la Playa, el Cuarteto Marcano y Xavier Cugat, entre otros. Con Cugat grabó el famoso álbum “Merengue by Cugat” en 1955.

Sería Noro Morales quien lo reclutaría para su orquesta y con él hizo muchas giras por Estados Unidos y por Puerto Rico. Avilés colaboró con Charlie Palmieri e inclusive con él se apuntó éxitos como La Vecina y La hija de Lola. Pero es con este disco que presentamos, de la Colección de Gladys Palmera con el que Vitín Avilés se instaló con soltura y con nombre propio en el gusto caribeño. Estamos en 1974 y “Vitín Avilés canta al amor” se da a conocer conteniendo dos temas  que se hicieron éxitos inmediatamente. No solo eso. Este álbum está entre los mejores de la discografía puertorriqueña.

En este álbum, del sello Alegre están contenidos ¿Por qué ahora?  de Bobby Capó, y Temes de Catalino el Tite Curet Alonso. Fue, sin duda el álbum mejor vendido en la historia discográfica de Vitin Avilés.

Los otros temas que lo integran son: El amor, Nuestra casa e Incompatibilidad, de Bobby Capó, Asesina, Tu castillo, La persona importante y Volverás de Tite Curet, y Dos centavos, de Justi Barreto.

Tito Puente y Joe Cain estuvieron en los arreglos contando con la guitarra de Vinnie Bell, la sección de cuerdas de “New York Strings” y el piano y la melódica de Charlie Palmieri.

En Puerto Rico, debido al éxito de “Canta al amor” se volvió a poner sobre el tapete el extraordinario parecido de las voces de Vitín Avilés y de Tito Rodríguez, quienes eran amigos desde muy jóvenes. Coleccionistas y seguidores insisten en que ese particular estilo (ya no la voz) en el canto y el fraseo se evidenció primero en Vitín, el barbero de  Mayagüez.