Vámonos pa'l monte

Formato: LP
Sello: Tico - LP-1225
País de edición y fecha: Estados Unidos, 1971
Grabación: Estados Unidos
Estilo: Latino
Géneros: Salsa

Vámonos pa'l monte es un disco mítico porque simboliza una época de la música latina y simboliza la obra de un artista sin igual, Eddie Palmieri. Perfectamente puede estar entre los cinco álbumes legendarios de la salsa, y hacer parte de aquellos de esta expresión que conforman el catálogo de la Biblioteca del Congreso en Estados Unidos. En cuanto a música, un álbum que lo reúne todo: la preparación, la edición, la mezcla, las composiciones, los arreglos y el impacto popular. 


El disco lo concibió Palmieri en septiembre de 1970 en Nueva York. Es una persona muy nerviosa, decían por aquel tiempo; y con razón, pues el pianista, arreglista y compositor tenía varios proyectos en marcha: conciertos, giras, colaboraciones con músicos de latin jazz, y este, Vámonos pa’l monte, que llegó a grabarse en los estudios A&R bajo la coordinación de Miguel Estivill y Fred Weinberg.


Según La Hora Faniática, los A&R Recordings Studios los había creado Phil Ramone en 1958 y tuvieron tanto éxito que sacó dos sucursales más o menos en el mismo sector para el tiempo de esta grabación. Por allí pasaban todos los grandes como Dionne Warwick, Van Morrison o Bob Dylan, quien grababan con Ramone; pero cuando se trataba de música afrocubana, se acudía a Fred Weinberg, por el manejo que tenía de ella y del equilibrio inusual que necesitaba las secciones de vientos y voces con la de percusión, una característica esencialmente latina.


Cuenta Miguel Estivill, productor del álbum, que cuando Eddie Palmieri llegaba al estudio de grabación y no tenía los arreglos musicales de las canciones a grabar, les decía a sus músicos: ¡Hey, síganme!, y entonces marcaba un, dos, tres, cuatro y empezaba a tocar una melodía rítmica en el piano. Poco a poco, los músicos, de primera calidad todos, se iban sumando con sus respectivos instrumentos a ese espíritu contagioso de Eddie y pronto se escuchaba una orquesta bien acoplada, la cual iba interpretando el sentir de lo que Eddie proyectaba y al mismo tiempo esperaba de todos ellos.


Vámonos pa'l monte fue publicado por Tico Records, parte del conglomerado Brandson Music, al que pertenecían también Roulette y Alegre Records. Durante la sesión, Palmieri alquiló cuatro pianos en la casa Caroll para probar cual sonaba mejor. Dice Estivill que cuando estando yo esperando por Eddie en el estudio de grabación, se apareció una compañía que alquilaba instrumentos musicales y empezó a descargar cuatro pianos que Eddie había ordenado. Ya se pueden imaginar el disgusto del contador de la empresa cuando llegó la factura.


El disco sólo tiene seis canciones. Primero, lógicamente está el tema homónimo. Algunos dicen que es una invitación para que los latinos de la ciudad vayan a una fiesta de pueblo. Ismael Quintana dijo alguna vez que La letra significaba deshacerse de esta locura y de tanta negatividad en la que vivimos y vámonos a las montañas. Palmieri mostraba así el espíritu del hipismo de la época, pero pronto las guerrillas latinoamericanas lo convirtieron también en el himno de su rebeldía política y su espíritu combatiente.


Otra canción muy recordada es La Libertad Lógico. En realidad son dos temas: Revolt y La Libertad Lógico. El coro, en todo caso, es un reto para los dueños del poder: La libertad, caballero, no me la quites a mí. Eddie Palmieri narraba en La Hora Faniática que la idea de hacer canciones sobre estas temáticas venía de sus estudios de Henry George, pero que ese título en particular provino de una charla casual en Caracas en 1967.


La grabación de Vámonos pa’l monte tuvo muchos inconvenientes porque Palmieri es perfeccionista y obligó a la gente a grabar varias tomas de las canciones. Luego había que dejarlo escuchar durante horas esas tomas. Y encima, un día hubo que posponer la grabación porque Eddie se había ido a pasar la noche a un hotel y en ese hotel apareció una chica cortada las venas en una habitación vecina. La policía, como no, impidió el acceso y salida de todos los huéspedes e invitados.


Vámonos Pa’l monte significó el punto más alto de un ciclo musical que lo llevaría de La Perfecta a la gran orquesta, que lo conduciría del boogaloo a la salsa conciencia y al jazz. En ese período cambió de casa discográfica varias veces (Alegre, Alegre-Tico, Coco, Epic...) y ganó tres Grammy Awards. Un genio. 


En Vámonos pa’l monte, Palmieri utilizó 19 músicos, y por primera vez una combinación de guitarra, saxo barítono, órgano y bombo. Allí tocaron: Eddie Palmieri, dirección y piano; Charlie Palmieri, órgano; Israel Feliu, bajo; Nicky Marrero, timbales; Eladio Pérez, congas; Monchito Muñoz, bongós; Arturo Franquiz, percusión menor; Alfredo Chocolate Armenteros, Charles Camilleri y Víctor Paz, trompetas; José Rodrigues, trombón; Ronnie Cuber y Pere Yellin, saxos; Bob Bianco, guitarra; Ismael Quintana, voz; Elliot Romero, Justo Betancourt, Marcelino Guerra, Mario Muñoz Papaito, Santos Colón y Yayo El Indio, coros.


El álbum fue reeditado múltiples veces con la misma carátula realizada por Ely Besalel, salvo la edición japonesa de 1975 que tuvo la ilustración de Yosuke Kawamura. Besalel le contó a Israel Sánchez Coll, del portal Herencia Latina, que en el monte la soledad, la desprotección, y la inmensidad de los árboles que te rodean, te empujan a un estado de desamparo, de hostilidad. Todas estas aseveraciones las quise demostrar así, como lo hice, con una ilustración y una foto. Fue una forma representativa, no despampanante, más gráfica.


Notas:

Error etiquetas: las dos son de la cara A.