Guapachá en La Habana

Formato: LP
Sello: Areito - LPA 1036
País de edición y fecha: Cuba, 1964
Grabación: Cuba
Estilo: Latino, Afro-cubano, Jazz

Guapachá hacía y deshacía a su antojo los temas que decidía cantar, en un scat que rendía tributo a su coterráneo e inspirador Francisco Fellove, El Gran Fellove, quien llevó la guaracha cubana al scat del jazz originario, esa técnica vocal cuyo surgimiento muchos sitúan en el Heebies Jeebies que Louis Armstrong en 1926. Guapachá fue continuador de ese estilo singular que Fellove identificó en una frase: “Yo scateo la guaracha y jazzeo la rumba”.

Desde la segunda mitad de los 50 circulaban en La Habana las grabaciones de Fellove prensadas en México y tenían cierta difusión mediática. No sabemos si en algún momento coincidieron en un escenario, una pista de cabaret o el breve espacio de un club, pero lo cierto es que se conocieron, que se les vio muchas veces juntos por las calles de La Habana y que al igual que su predecesor, Guapachá recreaba infinitos sonidos e incorporaba una proyección performática apoyada en un innegable carisma.

Amado Borcelá Navarrete, Guapachá, es un músico empírico, que canta desde niño, toca tumbadora, y se aventura con el contrabajo. En la segunda mitad de la década de los 50 es la voz líder de la agrupación Luisito Pla y sus Guaracheros en la grabación de dos boleros para el sello Real (45 rpm 9012): En las tinieblas (A. Gil), y Canción del alma (Reinaldo Henríquez). Transita por diversos night clubs en distintos roles musicales, hasta que en 1960, cuando se presentaba en el club La Zorra y El Cuervo, en la calle 23 entre N y O, en La Rampa habanera, donde lo descubre Bebo Valdés.

Yo le saqué de La Zorra y El Cuervo […] Fui una noche allí y me volví loco. Tenía su estilo propio y […] [cantaba] muy bien. Entonces yo me lo llevé y el trío se convirtió en cuarteto. Lo llevé al Sevilla, lo llevé al Habana Riviera y lo llevé al Hilton… Después se lo dejé a Chucho”-contó Bebo a su biógrafo Mats Lundahl, refiriéndose a su encuentro con Guapachá y a la temporada que cubrió con su cuarteto, en el entonces lujoso restaurant L’Aiglon y también en uno de los más espectaculares de su clase: el Bar Elegante, ambos en el hotel Havana Riviera. Además de Guapachá –en las voces y la tumbadora-, integraban el cuarteto Orestes Urfé en el contrabajo; Tiberio Tibo Lee, en la batería, y la vocalista Sarita Arceo.

Tan pronto como fue posible, Bebo llevó a Guapachá al estudio de grabación. Registran tres temas con una gran orquesta dirigida por Valdés, dos de ellos clasificados como ritmo guapachá: ¿Quién baila mejor?, Amor eterno y Guaracha en España. Un cuarto tema, una verdadera creación en su voz, fue A Certain Smile (Una cierta sonrisa)(Sammy Fains y Paul Francis Webster), donde Guapachá se hizo acompañar por un pequeño grupo en el que destacaron el saxo alto de Eddy Escrich y el piano de Bebo.

A iniciativa de Giraldo Piloto Bea, entonces en la naciente EGREM dirigiendo el sello Palma-Cubartimpex, en 1964 Guapachá entra en estudio para grabar los temas del único LP de su discografía, que se publica en dos versiones con dos portadas y títulos diferentes: Guapachá el mejor (EGREM LD-3171) y Guapachá en La Habana (Areíto LD-1036). Lo acompaña Chucho Valdés con el grupo de pequeño formato que ha creado básicamente con músicos de la orquesta del Teatro Musical de La Habana, de la que forman parte.

La compositora Marta Valdés, gran amiga de Piloto y admiradora de Guapachá redactó las notas de la contraportada del disco. Refiriéndose en específico al contenido de la placa, Marta no se limitó a elogiar el estilo interpretativo de Guapachá: “Los arreglos de Chucho [Valdés] plantean situaciones que someten a prueba a Guapachá, ya en un terreno verdaderamente jazzístico. Comprúebese esto en sus diálogos con diversos instrumentos (especialmente con el trombón en “El Mozambiquero”. Los efectos vocales imitando los toques de la paila en nuestros ritmos sobre la base propuesta por la sección acompañante, se hallan entre los favoritos de este intérprete y se puede apreciar con frecuencia en el transcurso del disco.”

El cantante y showman vivía un momento prometedor; su desempeño vocal conseguía cada vez mayores elogios. Guapachá comenzaba a ser popular y eso lo hacía inmensamente feliz. Ahora su cuartel general estaba en el night-club Karachi y ya a mediados de 1965 el cantante era su principal atracción, haciéndose acompañar allí del combo de Juan Costa. Se había presentado con mucho éxito en la televisión, respaldado esta vez por un orquesta típica: la de Neno González, muy popular en esos años entre los bailadores, gracias a un programa radial que mantenía altos ratings de audiencia. Guapachá interpretó su singular versión de Son de la loma, de Miguel Matamoros, en el más original scat-son, algo que Cristóbal Díaz Ayala identifica como feeling sonero.

En modo alguno podía imaginar que sería ésta su última aparición en televisión. Tras una noche normal de trabajo en el Karachi, su vida acababa abrupta e injustamente al amanecer del 7 de octubre de 1966.

Gracias a la reconocida cineasta cubana Sara Gómez, quedaron para siempre las únicas imágenes audiovisuales de Guapachá que han podido encontrarse. Tanta importancia le concedió a este emergente fenómeno jazzístico y vocal, que no dudó en incluírlo, junto a verdaderos íconos vivientes de la trova tradicional, el son y las manifestaciones populares más auténticas de la música cubana, entre los exponentes más relevantes que debían encontrar reflejo en su documental “…Y tenemos sabor” (1967). En la pantalla vemos a quien es hoy uno de los grandes del piano a nivel mundial, Chucho Valdés, junto a Carlos Emilio Morales en la guitarra eléctrica; Julio Vento en la flauta, Manuel Armesto“Cala”; Roberto Concepción en las pailas, Orlando “Cachaíto” López en el contrabajo, entre otros. En diálogo permanente con cada instrumento, Guapachá despliega una creatividad extraordinaria. No alcanzó a ver lo que quedó como su legado audiovisual único y definitivo, junto a las joyas sonoras de las grabaciones realizadas en 1964 y que su temprana muerte hizo reproducir en discos de sencillos y extended play, y décadas después en CDs. Amado Borcelá Guapachá y el también cubano Bobby Carcassés son considerados continuadores inmediatos del estilo iniciado por Fellove. (Rosa Marquetti)

Tracklist:
A1 Que no me digas na' (Alberto González) guaracha
A2 No creo en ti (Luis Iglesias) guaracha
A3 Mi existir (José M. Somoza) descarga jazz
A4 No tienes tema (Orlando Álvarez, Rey Montesinos) guaracha
A5 Indestructible (Eloisa Méndez) bossa nova
A6 Retozón (Calixto Callava) son montuno
B1 Melodía de abril (Urbano Gómez) descarga jazz
B2 Oye Rebeca (Fernando Vivar) guaracha
B3 Pudiera ser (Eloisa Méndez) bop-chá
B4 El mozambiquero (Luis Yáñez, Rolando Gómez) mozambique
B5 El panzón (Enrique Martínez) guaracha
B6 Guapachá el mejor (Luis Sosa Cotilla) descarga