El Pavo en salsa
Hay que mirar con detenimiento la curiosa portada de este disco de la Colección. Tratándose de El Pavo Frank Hernández y de Caracas, lo primero que se piensa es que El Pavo está posando con El Poliedro de fondo. Al fin y al cabo son demasiadas las presentaciones de este músico en el recinto de espectáculos inaugurado en marzo de 1974 con un campeonato mundial de boxeo (pesos pesados) que por cierto terminó a los dos minutos del segundo asalto. Y entonces, al observar la imagen le puede asaltar la duda porque la gran pregunta es ¿Qué hace un recinto inaugurado en 1974 en la portada de un disco de 1968? Estamos hablando de 6 años antes de que El Poliedro funcionara.
¿Se dan cuenta? Parece, pero no es El Poliedro. La foto de esta portada está realizada teniendo de fondo nada menos que al Planetario Humboldt, inaugurado en julio de 1961, siendo el lugar de estudios astronómicos de la capital venezolana con un simulador sideral que sigue acaparando la atención de grandes y chicos en Caracas. Al fondo se observa a la gran montaña caraqueña, el Ávila o Waraira Repano (su nombre originario).
En cuanto al personaje que posa tan elegantemente se trata de Francisco Antonio Hernández Valarino, nacido el 26 de septiembre de 1934 en Villa de Cura, en la zona central de Venezuela. Y justamente tenía 34 años cuando se realizó este álbum. Ya había trajinado mucho en el mundo de la Batería, su instrumento; ya a los 17 años estaba por República Dominicana y sería allí donde aprendería a leer música porque hasta el momento todo era “de oído”. Con experiencia retornaría a Caracas para incorporarse como baterista de planta en la televisión venezolana, hasta que optó por perfeccionar sus estudios de técnica de Batería en Nueva York. Fue en 1958, 10 años antes de este disco.
El Pavo Frank se sentía orgulloso de tener discografía propia. Había tocado con los grandes, pero quería lo suyo y suyo es éste álbum de 1968 grabado con el sello RCA Víctor y para el cual contó con lo mejor de los músicos venezolanos o residentes en ese momento en el país caribeño.
Contó con 6 excelentes trompetistas, 5 saxofonistas, 4 trombonistas, entre ellos el guantanamero Leopoldo Pucho Escalante, y Rafael Silva, 3 soberanos pianistas, con el peruano José Cholo Ortiz y el cubano Eduardo Cabrera Cabrerita en la lista, flauta, bajo, percusión y voces como las de Nano Grand y Carlín Rodríguez.
Aníbal Abreu y Arnaldo Nali se ocuparon de los arreglos aunque Cabrerita estuvo en algunos y, claro, de la Batería y el Timbal se ocupó Frank Hernández, el propio Pavo Frank, quien llevó la batuta de la dirección.
Los temas que componen este álbum son: San Fernando, de Lucho Bermúdez, Labios de azúcar, de Buddy Killen, Mujer divina, de Héctor Rivera, Yalel Yalel, Gogó Yeyé, de Jorge Ortiz, Carnaval, Yeh Yeh, de Rogers Grant, Jicotea, de Luis Tata Guerra, Al Harim, de Uriel Ofek, Los viejitos, de Frank Hernández, Guasabeando, de Eduardo Cabrera Cabrerita y Por una cara bonita de Antonio Cantoral.
La producción discográfica del afamado baterista fue amplia y reconocida. El Pavo Frank Hernández falleció en Caracas la madrugada del martes 16 de junio de 2009. Tenía 74 años de edad. Son importantes su legado musical y su ejemplo.