Quema esas cartas

Formato: LP
Sello: Vilton Records - LPT-005
País de edición y fecha: Puerto Rico, 196-
Grabación: Puerto Rico

El Indio Araucano era el penúltimo de 21 hermanos y había nacido el 13 de marzo de 1921 en Quintra Malal, poblado de los indios mapuches o araucanos, cerca de la ciudad de Angol, a unos 570 kilómetros al sur de Santiago de Chile. Confesaría que de la raíz “india” sólo tenía un vínculo lejano de parte de su madre. Al perder la vista a los 8 años, fue enviado a la capital, a colegio Santa Lucía para sordomudos e invidentes, de donde se escapó un par de años más tarde. Cuando consiguió volver a su aldea, ya su madre había fallecido. A pesar de sus problemas de vista -sólo veía siluetas- ayudó a su padre en las tareas del campo y se relacionó con niños mapuches que pronto lo bautizaron “Cayupi”. En sus tiempos libres, estudiaba, cantaba y tocaba, a escondidas, la filarmónica de su padre, y a los 11 años compuso su primera canción de inspiración mapuche, Rito araucano. En esta época, recuperó parte de la vista. Cuenta en el Daily News del 5 de febrero de 2008: Recién en 1932 me operó el oftalmólogo español Ramón Castroviejo, pero lo único que pudo hacer fueron dos incisiones en las retinas para que entrara luz, porque todavía no se realizaban transplantes de córneas. Al fin en 1984 en Estados Unidos me hicieron el transplante que necesitaba y me extrajeron unas cataratas, lo cual aumentó considerablemente mi visión.

Sus debuts de cantante remontan a 1934, cuando con 13 años fue invitado a actuar en una radio de Los Ángeles, en la provincia de Arauco. Más tarde, en la misma estación, ganó un primer premio que le dio derecho a presentarse en la capital para pasar las eliminatorias del concurso La Voz de Oro de Chile en el Teatro Caupolicán. Era el año 1938 y ganó cantando El pregón de las flores de Ernesto Lecuona. Contratado por la compañía Odeón de Chile, grabó sus primeros discos, entre ellos valses, tonadas y canciones de inspiración araucana como la mapuchina A motu yanei, de y acompañado por Fernando Lécaros Sánchez; pero también boleros.

Era la época del desarrollo del género en Chile, gracias a que se presentaron allí para promocionar sus películas en teatros de la capital, artistas de la talla de Alfonso Ortiz Tirado (en 1934), Juan Arvizu (1935), José Mojica (1937), Pedro Vargas (1938) y Agustín Lara (1941). De este último, El Indio Araucano grabó Revancha, y del también mexicano Roque Carbajo estrenó en Chile Hoja seca del que vendió 78.000 copias en 1945. Contó: Mucha gente se preguntaba cómo era posible que utilizara vestimenta india y cantara boleros, pero resulta que el registro de mi voz es de tenor dramático y podía cantar lo que quisiera. Usaba vincha y poncho y cantaba en italiano, la gente me quería y me aguantaba todo.

A la muerte de su esposa en 1944, comenzó su andar por el mundo. Actuó primero en Buenos Aires, contratado por Radio Belgrano para el programa de Jabón Federal, y luego por Radio El Mundo. Hasta 1954, volvería con frecuencia a Argentina, girando en todo el país y grabando para distintos sellos discográficos. En Colombia en 1948, popularizó Cuando muere la noche de Atilio Carbone. Venezuela fue otra etapa importante en el progreso de su carrera. Allí actuó en Radio Caracas y en programas de televisión, y dejó varios registros fonográficos. Con el sello Turpial fueron una veintena de grabaciones acompañadas por la Orquesta Los Peniques de Jorge Beltrán, con arreglos del cubano Adolfo Araco: además de boleros (Te odio y te quiero), valses (su famosa La batelera y Soy marinero) y temas indios -guaranís y mapuches- (Lamento mapuche, Regalo de amor, India del Quillay, Esperanza mía), empezó a interpretar números antillanos como los merengues venezolanos Los Peniques de Antonio Ramos y Andino de Johnny Quirós.

En 1955, se marchó a Cuba donde fueron reeditados sus discos Turpial por el sello Panart, y actuó en Radio Progreso y CMQ-TV, además de emprender una exitosa tournée en toda la isla. Allí también se lanzó con Quirós y los artistas venezolanos Alfredo Sadel y Mario Suárez, en una aventura empresarial con la creación de Sonus, sello por el que grabó en La Habana -acompañado por la Orquesta Sonus dirigida por Adolfo Guzmán- el LP “La voz de los Andes”, con Sueño de París de Quiróz, Cuando muere la noche, Desilusión, Recuerdos de Icaparaí y la atípica conga Ese bongó. La Habana le servía también de plataforma para seguir viajando a países vecinos como México, Colombia, Puerto Rico y Venezuela. En Caracas, dirigió de la primavera de 1959 al verano de 1960 su propio club nocturno El Refugio del Indio Araucano, mientras se presentaba con regularidad en las Ondas del Lago en Maracaibo con Rolando Laserie o los Indios Tabajaras. A principios de los años 60 todos sus bienes cubanos fueron embargados, pero siguió cantando en cabarets como el Auto Pista Club, compartiendo cartel con Gina León, y en el Night and Day, con Beny Moré y Doris de la Torre. Gracias a su manager Tito Garrote, agente de Olga Guillot, Celia Cruz y Tito Puente, también siguió viajando a Estados Unidos para cantar en el Chateau-Madrid, el Alameda Room y el Teatro Puerto Rico. Abandonó definitivamente Cuba en 1966 para marcharse a España hasta el año siguiente, cuando recibió el visado para vivir en Estados Unidos.

En 1968, se instaló en Puerto Rico, donde ya había actuado a mediados de 1957 en el Hotel Hilton, presentado por el cantante cubano convertido en empresario Tony Chiroldi. En su segunda etapa borinqueña se rencontró con este último quien lo contrató para grabar para su nuevo sello Vilton Records. El Indio Araucano era el único artista original del catálogo. Las otras referencias eran licencias del sello español Marfer (De Raymond, Los Rivero, Lea Zafrani) y Columbia (Mónica). En su primera producción Vilton (La voz de los Andes, LPT-002), en la que lo acompañó el Trío Los Monarcas, El Indio Araucano incluyó su primera composición Rito Araucano, su emblemático La batelera, dos temas dedicados a Cuba, Adiós a Cuba y Cuba de hoy, otro a Puerto Rico, Allá voy si no me caigo, así que algunos boleros y temas mapuches y guaranís como Para el Paraguay. Su segundo álbum para Vilton titulado Quema esas cartas también presenta una mezcla entre boleros, antiguos éxitos indios y ritmos afro-antillanos, como el merengue Santo Domingo, un homenaje a la ciudad donde vivió algún tiempo. También destacan tres canciones dedicadas a su tierra de acogida, India de Borinquen de Eligio Farrat y Borinqueñita, de su propia inspiración. En Bayamón, abrió los negocios El Gollester y el Indian Chicken Fry Patatoes, y luego en Arecibo el Rincón Arecibo. Fue unas de sus últimas aventuras caribeñas antes de volar para New Jersey donde sigue viviendo hoy, a más de 100 años de su nacimiento. (Tommy Meini)

Tracklist:
A1 Quema esas cartas (Osvaldo Gómez)
A2 A Santo Domingo (Osvaldo Gómez)
A3 Borinqueñita (Osvaldo Gómez)
A4 Recuerdo de Ipacaraí y Esperanza mía (Demetrio Ortiz)
A5 Prepárate para bailar (Osvaldo Gómez)
B1 India de Borinquen (Eligio Farrait)
B2 Soñé (Osvaldo Gómez)
B3 No sé qué pensar (Osvaldo Gómez)
B4 Gracias (Lucho Muñoz)
B5 Ay amor (Osvaldo Gómez)
B6 Busco tus ojos (Osvaldo Gómez)
Featuring:
Lucho Muñoz - Dirección musical
Delange Studio - Diseño portada