Entre los mejores recuerdos que Billo Frómeta se llevó de La Habana a Caracas en 1960, después de su estancia forzada en la isla, figuran unas grabaciones de la ex-mamboleta Candita Vázquez. Publicadas por Venevox en Venezuela, constituyen el único LP, nunca disponible en Cuba ni en otras latitudes, de esta graciosa y picaresca vedette.

Billo y Candita Vázquez eran amigos de muchos años y rumbos. Solía invitarla en cada edición de los carnavales de la capital venezolana, para llevar la batuta de sus famosos Billo’s Caracas Boys. Con la Billo’s, Candita también había grabado su primer título, No si así es que es (Billo Hit-82), una guaracha de su propia inspiración. Su éxito en tierra bolivariana motivaría la demanda de voces femeninas cubanas en las orquestas de baile del país, favoreciendo así, por ejemplo, la entrada de Emilita Dago en Los Melódicos.

No es que Candita Vázquez tenía un gran voz, pero sí mucho encanto y carisma. Su cara bonita, su carácter tan generoso como su anatomía, sus contoneos sensuales y su labia muy santiaguera la hacían triunfar por donde sea que pasara. Cuando Billo grabó su LP, ella arrasaba en el Casino Comodoro de La Habana, aunque la foto de la portada fue tomada tiempos atrás en el Copa Club de Santiago de Cuba. En ella aparece con su marido, el trompetista Reinaldo Godínez, ex-miembro de los conjuntos de Luis Santí y Casino, y director musical de su orquesta de ocho músicos.

Esta orquesta de show careciendo de piano, para el disco se renforzó la alineación musical y Bebo Valdés, quien solía mostrarse con Billo y Candita en algunos de los lugares más exclusivos de La Habana, bien podría ejecutar el piano. O eso sugeren los solos de No seas caprichosas, La zumbadora y de El cumbanchero, cuya versión en descarga merecería por sí sola la adquisición de este disco. Otra descarga casi instrumental, el tequilesca Cerveza, de Milt Rogers, testifica, con su solo de trompeta, de la solídez de los instrumentistas, mientras en el resto del repertorio, oscilando entre guarachas cubanas y venezolanas, Candita Vázquez desvela su lado más pícaro. Qué pena que la cantante desapareció del mapa musical en los albores de los años 60. Su LP, el más refrescante de la época, hubiese merecido otra ronda. (Tommy Meini)