Candombe beat: tambores, twist y gritos
Cuando la ola de The Beatles llegó al Río de la Plata, dejó un estilo que con los años se ha convertido en marca universal, el candombe beat.
La música es una reina memoriosa, pero un poco desordenada, y con sus repertorios adora las sorpresas de los viajes marinos. Esta vez remontó el Atlántico y desembarcó en un puerto de mar dulce donde todo sucede sin respeto al horario ni a las costumbres, como dijera Serrat. Sin mirar mapas geográficos oficiales del Caribe y Latinoamérica, se sintió feliz en Montevideo bailando entre tambores, flequillos largos y guitarras eléctricas.
Por estos días, mientras preparo el viaje de un grupo de vinilos desde el Atlántico Sur rumbo a Colección Gladys Palmera, como la reina, me divertí escuchando, bailando y cantando temas que fusionaron el pulso tamboril de los barrios negros del candombe, con la música beat del hemisferio norte. Trajeron mensajes de juventudes irreverentes y psicodélicas enfrentando guerras que entre los 60 y 70 “mundializaban” la muerte. ¿Cómo llegó la música de una caverna de Liverpool a colarse en el Río de la Plata? ¿Cómo fue que unió a millones de jóvenes con imborrables melodías y letras de un cuarteto de rock inglés llamado The Beatles? Los invito a disfrutar una breve reseña del candombe beat de Montevideo, justo cuando dos palillos marquen: ¡uan, tu, tri, for! y las lonjas de un tambor: ¡chi-qui-ti-cúm! i –chi- qui-tá! i-chi-cu-túm!
Las vanguardias: coctel de jazz, rock, trópico y tambor
Un verdadero cóctel de novedades musicales apareció entre las décadas de los años 50 y 60 por las riveras del Río de la Plata, traído por productores discográficos, famosos difusores, promotores de radio y TV, junto a organizadores de shows multitudinarios. Florecían los escenarios de las vanguardias musicales de Montevideo, pioneras del cambio y lo nuevo. El Trio Fattoruso, formado por padre e hijos, comienza a participar en clubes, peñas y bailes tocando música afro-norteamericana.
Luego se sumarían más integrantes y formarían una orquesta de jazz y dixieland, los Hot Blowers, incluyendo a quienes serían nuevas estrellas de la música popular como el cantante y tamboril de los barrios del candombe, Rubén Rada; el trompetista Bachicha Lencina; y el comediante Cacho de la Cruz, entre otros. La dinámica del jazz y sus temas con improvisaciones y ensambles instrumentales, dieron trabajo a muchos músicos que iluminaron con sus timbres de metales y bronces, batería, contrabajo y guitarra eléctrica, acompañando cantantes en famosos standars de la época. Ensayaban una y otra vez jugando con esa “otra forma de hacer música”. Todo estaba cambiando, las afromúsicas viajaban a un nuevo tiempo.
Para deleite del lector, posteo el tema Georgia On My Mind, cantado a lo Louis Armstrong en inglés “de plantation”, que da paso a un Tú, solamente tú en lengua española con sabor a swing. ¿Y por qué no tomar una zamba como Angélica, del sacrosanto mundo del folklore argentino, y llevarla por los mares del afrojazz? Todo estaba cambiando, las afromúsicas viajaban a un nuevo tiempo.
Como contracara del folklore y del tango argentino-uruguayo, las vanguardias musicales montevideanas se vinculaban cada vez más al jazz, al rock y a la llamada música tropical caribeña. El sonido de las voces y tambores candomberos afrouruguayos de los suburbios urbanos, comienza a colarse en sus formaciones.
Venido de la diáspora africana rioplatense se presentaba en los años 50 el uruguayo Pedro Ferreira, cantante, arreglista, multi-intstrumentista y creador del grupo Cubanacán de la escena de las grandes orquestas tropicales.
Según Osvaldo Fattoruso, Ferreira fusionó la música tropical y el candombe Corrían momentos de plena expansión discográfica y búsqueda de mercados por los sellos locales como Antar o Sondor, que en forma independiente o desde acuerdos con empresas extranjeras, dejaron increíbles grabaciones en los surcos de vinilo. Luego del auge sobrevino la caída de estas compañías, quedando sus discos como reflejo de una conflictiva época, de la cual esta Colección ha rescatado originales. Por esas épocas surge el llamado candombe de vanguardia que reunió figuras como el pianista y productor George Roos, fundador del Sello CHIC, quien trabajó junto al pianista, compositor y arreglista Quique Almada; y con Manolo Guardia, pianista, compositor, arreglista, humorista y líder del Grupo del Plata.
En la playlist proponemos el disco Candombe de 1965, compartido con el inigualable pianista, compositor y arreglista Hebert Escayola, y con Bachicha Lencina. Estos all stars de Montevideo escribieron un capítulo importante de las músicas afro en el sur ligados a la industria de la música en expansión.
¡Break it all! ¡Rompan todo! Desembarco beat
Comenta Adrián F. que si este tema lo hubiesen tocado los Beatles, sería unos de los cien mejores del siglo XX, sin duda alguna. Debo confesar que yo también estaba segura que eran los Beatles ingleses, pero no… eran los uruguayos, los famosos Shakers, precisamente de Montevideo. Ellos levantaron amarras buscando otros rumbos, cuando un productor de la Odeón argentina llegaba a la ciudad balnearia de Punta del Este, donde trabajaban cantando rock inglés, y los invitó a grabar un disco. El Río de la Plata sonaba beat.
Este cuarteto formado por Carlos Vila, Roberto Capobianco y los increíbles hermanos Osvaldo y Hugo Fattoruso, surge en medio de los años 60, entre las tensiones de repertorios tradicionales y las nuevas influencias anglófonas de radio, tv y cine. En Uruguay era común ver en una esquina “los chalchaleritos del folklore” y en otra “los beatlecitos”. Comenta Fattoruso: los Shakers éramos una barra de amigotes. Sin pensar en lo que vendría, tuvieron la idea de conseguir trabajo tocando temas de los Beatles, y deslumbraron con talento y versatilidad. Desde sus actuaciones y discos comenzaron a ser muy conocidos tanto en Montevideo como en Buenos Aires, acrecentando su fama. Fueron presentados en el programa televisivo Escala Musical de Canal 13. Sus shows en vivo quedaron registrados entre los primeros con tecnología de avanzada. Seguidos y admirados por fans gritando en las calles de ambas ciudades, o repudiados por otros que no toleraban esa presencia nueva de pelo largo y letras en inglés.
Una creciente movida con bandas al “estilo Beatle” traía también nuevos nombres: The Kanks, The Mockers, Los Delfines, Los Bulldogs hasta el programa de TV El Club de Los Gatos. No podía faltar el grupo Los Malditos, donde tocaba sus tambores Rubén Rada. Pero si algo caracterizó a Los Shakers fue que abrieron el camino a las fusiones musicales de nombre y apellido uruguayo: El candombe beat. Aquí su tema Candombe de 1968 inicia con un vals acompañado de organito, como aquellos de la inmigración europea, cantado en inglés “a lo Beatle” y fusionado con ritmo y cueros de los tambores de candombe. Este tema refleja la impronta de los Fatorusso, que junto a un grupo de jóvenes acunados por los tambores afrouruguayos de Montevideo, cambiarían el curso de la música popular, nacida entre las dos orillas del río más ancho del mundo.
De las cuevas al candombe beat
A partir del boom de la industria discográfica, la contracara de los grandes escenarios fueron las cuevas que tanto en Buenos Aires como en Montevideo conectaban a los artistas en los descansos de la vida profesional. Como fue en Liverpool The Cavern, allí circulaban nuevos temas de jazz; novedades de festivales multitudinarios como Woodstock o excentricidades urbanas como los tambores del candombe.
El múltiple guitarrista de Buenos Aires Ricardo Lew comentó: Yo a los 17 años empecé a tocar estable en Buenos Aires en la famosa Cueva de Tango Feroz. Los Shakers empezaron a venir, porque se tocaba jazz ahí, y con ellos un artista que se llamaba en aquel momento Aros Rada, porque tenía puesto un arito que ellos le dicen caravana. Venía todas las noches, festejábamos y nos reíamos. Un día compro un disco de Los Shackers y escucho por primera vez el candombe, y así me adentré de todo. Rada me contó un poco y después lo conocí. Osvaldo Fatorusso y Rada juntos, tocaban tremendo los tambores candomberos…
De esos pequeños espacios, y con el avance del sonido eléctrico, surgen nuevas agrupaciones como contracara de las bing bands, que dan un giro al clima sólo en inglés de “covers Beatles”. Según el investigador Fernando Peláez: Eduardo Mateo, Rubén Rada, Urbano Moraes y toda la gente que formó El Kinto, revolucionaron un montón de cosas, porque empezaron a hacer composiciones propias y en español.
Fue gracias a encuentros en boliches y cuevas que nacen otros temas, donde no todo era bailar. Con clave de candombe llegan las Musicasiones 1, 2 y 3 de 1969, en formato de espectáculos comprometidos con el clima social y político, y donde el grupo El Kinto aparecía en escena con actores dirigidos por Horacio Buscaglia.
Sólo se cantaba en español. De una de sus presentaciones surge el tema Las Manzanas, que el carismático Rubén Rada compuso mientras “daba una vueltita”. Luego lo cantó y debió repetirlo a pedido del público, “fue un delirio porque no paraban de cantarla”: Si te gusta comer manzanas, son más frescas por la mañana. Las Manzanas fue su primer disco, con más éxito del esperado, que abrió el camino del candombe beat.
Rubén Rada, nacido en los barrios del candombe, innovador y viajero, es sin duda uno de los más importantes artistas de las afromúsicas del Caribe y Atlántico Sur, el performer más conocido de estas latitudes, que bajó al piso del escenario los tambores que desde niño desfilaban por el barrio. Compositor, cantante y percusionista, trajo proyectos que hasta hoy nos interpelan desde sus rítmicas ideas, más allá de las convenciones del idioma y su carisma inmenso que solemos disfrutar, siempre con el rumor del candombe beat.
El candombe estuvo separado de la música rock, pop y beat, hasta que El Kinto cambia la historia. Su primer LP Circa en 1968, se difunde más allá de los boliches y las cuevas y el candombe vuelve a casa renovado.
El movimiento musical del candombe beat dio un nuevo sentido al viaje de las prácticas musicales de la diáspora africana en el Atlántico Sur. Tomando nuevos rumbos, se irradió a otras latitudes en un largo y sinuoso camino beat hasta fines de los años 70.
Rubén Rada parte al Perú invitado por el pianista y compositor montevideano Mike Dogliotti, quien graba el LP Llamadas, ritmo y candombe, de vuelta en Montevideo con el sello Sondor (1975). El primer tema compuesto por Rada se titula Gente joven y se rescata en Colección Gladys Palmera. Así comienzan los viajes de Rada del candombe.
El viaje del candombe beat
En Colección otro LP de Mike Dogliotti es Candombe liso, grabado en Estudios ION de Buenos Aires, y editado por el sello La Clave de Montevideo en 1976, con temas de Pedro Ferreira, Rubén Rada, Osvaldo Fattoruso, Manolo Guardia y George Roos, entre otros.
Merecería una reseña aparte Eduardo Mateo, integrante de El Kinto, que luego inicia su carrera solista. Recuerda Ricardo Lew que fue traído a Buenos Aires por el gran sonidista Carlos Piri, quien grabó y mezcló las pistas de su disco Mateo solo bien se lame.
Varios temas respiran la atmósfera del candombe beat, como el que canta a La mama vieja, aquella que cortejada por su hombre desfila entre tambores callejeros. En su corta vida dejó temas e ideas musicales que impregnaron las fusiones futuras con sus innovaciones casi surrealistas, anticipando lo que vendría. Según Aharonián, Mateo fue un detonador de cosas y un referente de actitudes, de modos de trabajo, de modos de elaboración y diversidad de materiales.
Según el investigador de rock Fernando Peláez, sin profesores, ni videos, ni partituras que enseñaran cómo tocar las nuevas músicas, quedaba sólo formar bandas y conseguir los discos para “sacar de oído” los temas. Convivirían los grupos del candombe beat con las nuevas bandas de rock influenciadas por Hendrix, Led Zeppelin y el Festival de Woodstock con su estética psicodélica y su ambiente hippie. Luego de la separación de El Kinto se formaron otros grupos como Totem. Ya no vestían trajes con corbatas, sino jeans hasta gastarlos para estar en onda.
En 1971 se realiza un primer Festival Nacional de la Música y la Canción Beat sin precedentes. Allí se presentan entre los nuevos grupos, Cold Coffee, Dino, Totem, Opus Alpha, Génesis, Psiglo, Sicosis y Las Sandías. Viaja recientemente a Colección Gladys Palmera el vinilo de Las Sandías, Libera tu mente, desde el clima del rock en español de los años 70, que una vez llegó para quedarse con los Beatles.
Aquí, allá y en todas partes... Here, There And Everywhere...
Descifrando mensajes de otras lenguas, como en botellas tiradas al mar, llegaron canciones aquí, allá y a todas partes. Viajaron en los discos por el ancho Rio de la Plata, mezclando los beats con las claves candomberas; quizás porque en los exóticos flequillos largos éramos distintos a un mundo que nos hablaba de guerra. Entre los reclamos de amor y paz, sólo queríamos cantar.
Cuando aún no entendía el inglés me encantaba imitar a los Beatles, porque tenían algo mío. Para llevar una vida mejor, necesito mi amor aquí. Nadie puede negar que hay algo ahí, sabiendo que el amor es para compartir aquí, allá y en todas partes.