Quinteto Contrapunto

Sólo contaba con 41 años de edad cuando falleció en Caracas Rafael Fucho Suárez. Tenía un mundo de proyectos para continuar realzando el repertorio nacional venezolano y también el latinoamericano. Nueve años duró al frente de su extraordinaria creación, el Quinteto Contrapunto.

Sus arreglos son únicos e irrepetibles como su humildad oriental, margariteña, que iba de la mano con su grandeza como creador y estudioso.

El editor de los arreglos corales de Rafael Suárez llevados a libro, Miguel Astor, señala en la edición realizada por la Fundación Vicente Emilio Sojo: Quizás por el hecho de que Suárez no legó obras originales, y por algún velado menosprecio al arreglo coral como género, se le ha excluido involuntariamente de las antologías de compositores venezolanos. Los arreglos de Suárez no sólo nos muestran a un compositor excepcional sino a un compositor de extraordinaria trascendencia.

Y es así, porque si alguien influyó en toda una generación de músicos y compositores venezolanos a partir de su obra es precisamente Rafael Suárez, y el Quinteto Contrapunto. Siguen influyendo.

El Quinteto Contrapunto marcó toda una época en la historia de la música popular venezolana desde su aparición pública en 1963. Musicalmente hablando, la palabra “contrapunto” se refiere a hacer escuchar dos o más melodías en forma simultánea. Esta técnica de composición, propia de la música académica, fue utilizada magistralmente por Rafael Suárez para elaborar los arreglos de música popular y folclórica venezolana que formaron el repertorio del Quinteto. Lejos de alterar la esencia de la música venezolana, lo que logró Suárez  fue realzarla y reafirmarla.

Los cantantes que lo acompañaron en este proyecto supieron adaptarse a sus requerimientos artísticos. La consecuencia fue un ensamble vocal extraordinario que realizó memorables interpretaciones.

El Quinteto Contrapunto dejó una huella imborrable y sentó un precedente de calidad y autenticidad en el tratamiento e interpretación de nuestra música folclórica y popular. Esto señaló el compositor y director de orquestas Federico Ruiz al ser consultado en torno al tema.

Rafael Suárez estaba trabajando en arreglos para incorporar piezas del repertorio latinoamericano, tal y como lo dejó avisado con El Pequén (Chile) y Son de la Loma (Cuba) en el último disco que hiciera, el Volumen 5 del Quinteto Contrapunto. En algunos conciertos dejó escuchar un tema de Bolivia y otro de México. El dato apunta hacia el horizonte amplio que tenía delante de sí este inmenso creador venezolano.

Cómo influyó

El cuarteto Serenata Guayanesa fue uno de los grupos que más recibió el influjo de Contrapunto. Iván Pérez Rossi, fundador de la agrupación dice:

Yo pienso que la música venezolana se divide en antes y después del Quinteto Contrapunto. Contrapunto marcó totalmente el gusto por la música venezolana. Verdaderamente que los arreglos que hizo Fucho y las versiones que hizo el Quinteto Contrapunto, eso es irrepetible.

El Quinteto fue la base principal para lo que después sería Serenata Guayanesa. Si hubiera un espacio en el Panteón Nacional ahí debería estar Fucho Suárez, del Quinteto Contrapunto. Fucho, el del barrio de Punda, de allá de Porlamar, al que no se le ha reconocido todavía que fue un genio de la música venezolana.

El presidente del Centro de la Diversidad Cultural de Venezuela y responsable de las postulaciones patrimoniales del país ante la Unesco, profesor Benito Irady, fue enfático: Contrapunto logró visibilizar las amplias gamas de interpretación características del país, desde el canto recio de los Llanos occidentales  hasta las suaves notas de una malagueña insular y todos los aires orientales, incluidos temas de los que poco se hablaba como es el caso del Mare Mare. Ellos fueron muy coherentes con el cancionero venezolano de mayor tradición, casi desconocidos por sus diferencias de un lugar a otro lugar. Con sus discos se construyó el mapa de toda Venezuela y labraron el camino para que otros siguieran. Qué lástima la temprana partida de Fucho Suárez porque esa obra que significó Contrapunto, como todos sabemos, esencialmente fue su obra, más allá de la importancia de los intérpretes, de las voces de ese grupo.

Fue Rafael Fucho Suárez quien con su gran sabiduría y su experiencia académica renovó una visión magnífica de la “venezolanidad”. El Quinteto Contrapunto marcó un espacio vital para entendernos en la diversidad de nuestras culturas.

Por su parte el músico académico, compositor y presidente de la Biblioteca Nacional de Venezuela, profesor Ignacio Barreto, enmarca a Contrapunto de esta forma: De la misma manera como Alirio Díaz hizo resonar en un mismo espacio una chacona de Bach y un vals de Lauro, en igualdad de condiciones, así mismo Rafael Suárez fue capaz de utilizar una técnica de composición perfeccionada a finales del siglo XVI por Giovanni Pierluigi da Palestina y sistematizada por Johann Joseph Fux en su célebre tratado Gradus ad Parnasum, en una alianza genial, orgánica y plena de fluidez, con las hermosas melodías nacidas del corazón de esta patria buena.

Si a esto le sumamos una combinación original de personalidades vocales, libre de modelos preestablecidos para conjuntos corales occidentales, no cabe la menor duda que fueron muchas las fronteras mentales que logró disolver esta propuesta artística y es, tal vez, ésta, la razón principal, por la cual conmovió  y seguirá conmoviendo, vigente siempre, a todo aquel que los escucha.

Al consultar a la cantora venezolana Cecilia Todd, dijo: Y un día apareció el Contrapunto, así, de sorpresa, paseándonos por la Venezuela musical, por la diversidad infinita del sentir venezolano con unos arreglos únicos, originales, en esas cinco voces que se ensamblaron con una naturalidad como si llevaran mil años cantando juntos.

Además de los arreglos y voces maravillosas, hay que sumar el acierto a la hora de definir el repertorio. Nos abrieron el camino, nos inspiraron a todos los que vinimos atrás. Sin duda alguna hay un antes y un después del Quinteto Contrapunto.

Entre los profesionales dedicados a rescatar y proteger la obra de Rafael Suárez, fundador, director y sobre todo arreglista del Quinteto Contrapunto, consultamos a Sergio Delgado, productor, promotor y músico académico:

Contrapunto logró reunir en un equipo en primer lugar a las mejores voces del país de ámbito académico y de ámbito popular, que ese es otro de los logros de Contrapunto, que logró fusionar magistralmente, sin detrimento ni del uno ni del otro, la formación académica con la sabiduría popular de los cantos tradicionales de Venezuela.

Otro aspecto que hay que destacar de ellos es el rescate de los compositores. Impresionante cómo en cada trabajo de Contrapunto buscaban a los compositores que muchas veces no eran conocidos y ellos los resaltaban, los hacían conocer y los exaltaban con la calidad de los arreglos y la calidad de las voces. Y hablando de los arreglos, bueno, Rafael Suárez, el alma margariteña con una formación académica impresionante, que le dio pie para hacer esos arreglos únicos, pioneros. Rafael Suárez fue el primero en hacer unos arreglos de música tradicional venezolana con esa calidad a quinteto vocal y además, no dejando lo académico, caló muy bien en el sentir popular, porque venían de allí.

Yo estuve laborando en la Fundación Vicente Emilio Sojo en el equipo que estaba trabajando en ese momento en una edición revisada, completa, muy necesaria, de los arreglos corales de Rafael Suárez. Bueno, resulta que eso no estaba escrito. Nadie tenía acceso a esos arreglos de Rafael Suárez que hizo con Contrapunto. Directores, arreglistas, directores de coros los tenían que hacer de oído, los tenían que transcribir. Participaron muchos en la gestión de la idea y en la realización hasta que la Fundación Vicente Emilio Sojo sacó el libro. Ese libro, auspiciado por el Estado, es una joya, pero en Venezuela no se consigue.

Rafael Suárez y su impronta

Rafael Suárez nació en el caserío Fajardo en Porlamar, isla de Margarita, el 1 de diciembre de 1929. A los 15 años sus padres, Jesús y Evarista, teniendo certeza de sus aptitudes musicales, lo enviaron a Caracas.

En la Escuela Superior de Música de Caracas comenzó sus estudios en 1945. El Maestro Vicente Emilio Sojo estuvo entre sus profesores y con el tiempo llegó a decir que con la creación de su pupilo la banalidad estaba de duelo.

Hacia 1953 viajó a Europa, concretamente a Italia, para perfeccionar sus estudios musicales en la Accademia di Santa Cecilia en Roma. Fue tan buen estudiante, y tan aplicado que le fue confiada la dirección de la Orquesta Experimental del Conservatorio Santa Cecilia, y de la Orquesta del Ente Stanislao, de Termi, igualmente italiana.

En la obra de la Fundación Vicente Emilio Sojo se lee: La muerte de su padre en 1956 lo obliga a retornar a Venezuela. A partir de entonces fue director fundador de unos cuantos grupos corales. Y es en 1962 cuando se concibe al Quinteto Contrapunto junto a Domingo Mendoza, quien había sido su compañero de estudios y tertulias en Italia. Fucho Suárez fue el inmenso arreglista, eterno, de esa agrupación en la que estuvieron algunas de las mejores voces venezolanas del siglo XX.

Los integrantes fundadores fueron Morella Muñóz (contralto), Aída Navarro (soprano), Jesús Sevillano (tenor), Domingo Mendoza (bajo) y el propio Rafael Suárez (barítono).

Contrapunto fue un verdadero suceso en la vida musica del Venezuela: Las voces, la ausencia de divismos, el sentido de conjunto y, sin duda, los perfectos arreglos de su director, Fucho Suárez..

Quedaron registradas giras por toda Venezuela y por todo el mundo, asombrando audiencias y abriendo horizontes para la música folklórica abordada desde una óptica de confluencias. En Londres, al presentarse ante los micrófonos de la BBC, fueron llamados por los Beatles, encantados, asombrados, solicitando un concierto juntos. No pudo ser porque la mayoría de Contrapunto no estuvo de acuerdo. Y esto lo asevera Domingo Mendoza, el bajo, en un libro testimonial, Cuentos y recuerdos, editado en 2015 en Panamá.

Quien escribe, ante una pregunta hecha a Juan Luis Guerra en su casa de Santo Domingo, preguntando por el origen o influencia de la polifonía de 4:40, el aún muy joven compositor fue a su cuarto (no a su discoteca) y presentó los cinco discos de Contrapunto. Nuestra polifonía tiene influencia directa de Venezuela. Sorprendente.

Nunca se supo en Contrapunto dónde había fronteras entre lo académico y lo popular. Es el inmenso legado que dejó Rafael Suárez, quien falleció a causa de un problema renal cuando sólo contaba con 41 años, el 30 de septiembre de 1971.

A 50 años de su partida, su obra está más vigente que nunca. Son muchas las voces que piden que  Fucho Suárez sea declarado “Patrimonio Artístico Musical de Venezuela” y el Quinteto Contrapunto sea declarado “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.

El Quinteto Contrapunto marcó toda una época en la historia de la música popular venezolana desde su aparición pública en 1963. Musicalmente hablando, la palabra “contrapunto” se refiere a hacer escuchar dos o más melodías en forma simultánea. Esta técnica de composición, propia de la música académica, fue utilizada magistralmente por Rafael Suárez para elaborar los arreglos de música popular y folklórica venezolana que formaron el repertorio del Quinteto. Lejos de alterar la esencia de la música venezolana, lo que logró Suárez fue realzarla y reafirmarla.

Playlist

1. Quinteto Contrapunto - Pájaro Tilín
00:00:14
2. Quinteto Contrapunto - Corrido de los pájaros
00:03:02
3. Quinteto Contrapunto - La puerca
00:05:46
4. Quinteto Contrapunto - Amalia Rosa
00:07:49
5. Quinteto Contrapunto - Cándida María
00:10:00
6. Quinteto Contrapunto - Carnaval llanero
00:12:07
7. Quinteto Contrapunto - Diversión margariteña
00:15:48
8. Quinteto Contrapunto - Fulia de Cumaná
00:18:09
9. Quinteto Contrapunto - Gaita margariteña
00:20:40
10. Quinteto Contrapunto - La Bella (de El Tamunangue)
00:22:58
11. Quinteto Contrapunto - Mare mare
00:25:45
12. Quinteto Contrapunto - Río Manzanares
00:28:03

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