Graciela Luna Salinas "Ella La Inolvidable"
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A Graciela Luna Salinas le gustaba cantar y lo hacía de manera informal hasta que en una fiesta familiar en su casa la escuchó Carlos Pérez, entonces gerente de la emisora peruana Radio Sol, quien se la llevó a Lima, la ciudad de su debut como profesional, donde desde la radio y la pista del Grill del Hotel Bolívar se convierte en un verdadero suceso. Había adoptado para sí un curioso nombre artístico: Ella. Sobre la elección de este nombre, escribió el cronista cubano Germinal Barral (Don Galaor): “Ante la presencia del triunfo que le servían en bandeja, le prometió a la Virgen de Lo Vázquez, Patrona de su patria chilena, hacerse llamar Ella”. En la capital peruana se encontraba asistiendo a un congreso de radiodifusión el magnate del circuito CMQ Goar Mestre, quien tras escucharla, apreció su calidad y la llevó contratada a La Habana en 1955. Había permanecido un año en Perú. Según Don Galaor fue en Cuba donde los periodistas le agregaron a su nombre el premonitorio apelativo de La Inolvidable, motivados por su “espléndida belleza y hermosura provocativa”, y recordando la película homónima que en 1947 filmara la también joven y bellísima Sara Montiel.
Como en Perú, Ella llegó a Cuba contratada para hacer radio; ante el éxito se amplía el compromiso a la televisión y luego al teatro. Su contrato de cuatro semanas fue prorrogado por otras cuatro. Su actuación en el programa televisivo Su estrella favorita, del Canal 6 (CMQ), le sirvió de presentación ante la crítica y el público. Cantaba allí también el popular cantante cubano Fernando Albuerne, quien se convierte en un rendido admirador del arte musical de la chilena. La chilena contó a los periodistas cubanos que había estudiado hasta cuarto año de Humanidades, equivalente a un bachillerato, y que fue en el Colegio Normal donde comenzó a cantar como integrante del Coro Polifónico, al tiempo que también cantaba en el coro de su iglesia.
De La Habana, saltó a México y luego a Venezuela, donde también le fue bien, pero pronto vuelve a La Habana por dos semanas en 1956: es contratada para presentarse en calidad de figura internacional destacada en el Cabaret del Casino Parisién, en el Hotel Nacional, y en programas televisivos de CMQ. Dicen que exprimió los días que estuvo en La Habana: hizo además comerciales para la marca de agua mineral Copey; tuvo tiempo para asistir a una comida con representantes de la prensa en La Bodeguita del Medio; y las noches en que no trabajaban era presencia notoria en otros cabarets, sobre todo en su preferido: Montmartre.
Partió después a Venezuela donde continuó su éxito en los escenarios. Según la revista Show, en julio de 1957 se está presentando en el programa De todo un poco, en Televisa Canal 4, en Media Jarra TV, Radio Caracas y en El Patio Andaluz, donde la consideran la máxima atracción. Le iba tan bien, que a La Habana llegó la noticia de que en Caracas había abierto un salón de belleza y hasta su propia boite –El Rincón de Ella-, en el edificio Los Andes, en la Gran Avenida. Cuando mejor le iba sobrevino la desgracia: algunas fuentes cuentan que Ella había sido protegida de algún político que cayó en desgracia al ser derrocado en enero de 1958 el gobierno de Marcos Pérez Jiménez. Los mismos que la ensalzaron y cubrieron de elogios, ahora los sustituían por improperios y acusaciones de connivencia con las corruptelas y el poder político. Eran los meses iniciales de 1958 y al parecer, la situación se le hizo insostenible y decidió marcharse a su país. En el vuelo hacia Chile, el avión se estrelló cuando sobrevolaba la región de Ariza. Viajaban con ella el productor argentino Fito Pandolfo y a la actriz mexicana Claudia Celis, quienes también perecieron en el accidente.
Las únicas grabaciones que se conocen de Graciela Luna Salinas, Ella La Inolvidable, las hizo en Cuba para el sello Panart con el respaldo de la Orquesta Cosmopolita. El disco sencillo 45-1824 parece ser lo único que ha quedado para poder escuchar su elogiada voz en dos canciones de autores cubanos, el bolero Ahora déjame besarte, de Osvaldo Estivil, y el bolero-mambo Yo quiero hacerte una canción, de Bobby Collazo. La Colección Gladys Palmera guarda un ejemplar de este disco y también de esta foto firmada por Narcy, uno de los grandes fotógrafos cubanos, para quien Ella La Inolvidable posó en su estudio de La Habana. (Rosa Marquetti)