Laíto Castro, Tabaquito, Cuarteto Facundo Rivero con Elena Burke y otros músicos en "Sarumba"
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Fotograma #30 de la película "Sarumba" (Estados Unidos).
Marion Gering desembarcó en La Habana en 1947 para rodar en el filme Sarumba, protagonizado por Doris Dowling –encarnando a la bailarina Hildita Ferel-, Michael Whalen y Tommy Wonder, en la piel del bailarín Joe Thomas. El equipo norteamericano de filmación incluyó también a actores, músicos, técnicos y extras de la Isla. En su Historia del Cine Cubano: cien años (1897-1998), Eduardo G. Noguer sitúa la fecha de rodaje en 1947, coincidente con una breve noticia publicada en Los Angeles Times el 2 de noviembre de ese año. Producida por Parmar Pictures y Century Productions y distribuida inicialmente por Eagle-Lion Films, y luego por Astor Pictures, Sarumba tuvo su estreno mundial el 1 de enero de 1950 en Estados Unidos.
Quince años antes, Gering, nacido en Rostov del Don, Rusia, y emigrado a Estados Unidos en 1923, había sucumbido a la rhumba craze –a la manera norteamericana- dirigiendo el filme Rumba, donde une a George Raft y Carole Lombard en una historia que tenía puntos de contacto con su nuevo filme, más allá incluso del nombre –Sarumba-, que se conocerá también como Samba o Zamba.
La historia es simple y trivial dentro de un previsible triángulo amoroso: Un marinero conoce en Cuba a una cantante y bailarina. Su barco debe partir pronto, pero él se va con ella, y se queda en La Habana, sin saber que pronto surgirían problemas que se gestan en muchos frentes: al mejor amigo de la artista no le gusta el marinero, y ella, además, tiene otro pretendiente, un chico rico que la lleva a todos los eventos deportivos cubanos de lujo: jai-alai, carreras de caballos. Mucho más glamoroso que pasar tiempo con el marinero. Así y todo, ¿podrá el marinero conquistarla antes de meterse en problemas por dejar que su barco navegue sin él?
Rodada íntegramente en locaciones cubanas, no hay equívocos del ambiente en que transcurrirá la historia, pues los primeros fotogramas muestran el skyline de la capital cubana visto desde el Castillo del Morro, cuando el edificio más alto entonces era el Hotel Nacional. La fotografía de Don Malkames se recrea en imágenes típicas de la ciudad, interiores de La Paloma, un ficcionado night-club de la zona del puerto habanero a donde acuden marineros norteamericanos en infructuosa busca de la música y ritmos nativos, que están ausentes en el filme, sustituídos por lentas canciones norteamericanas con breves pinceladas que intentan sustentar el toque exótico que se espera.
El guión y argumento concebidos por Jay Victor llevan a los protagonistas a La Habana de los bares y cabarets del puerto, a las calles de La Habana Vieja, al Frontón, a carreras de caballos en el Jockey Club, al cabaret del Casino Montmartre, a las vallas donde se lidian gallos. Éstas últimas inspiran Cock Fight (Pelea de gallos), el primer cuadro del espectáculo Sarumba, que protagonizan ya en el segmento final del filme los actores-bailarines Hildita Ferel (Dowling) y Joe Thomas (Wonder). El segundo acto Yamayah, parece que, en un inglés epidérmico, quisieron dedicarlo a Yemayá, la diosa de las aguas y los mares, sin referencia alguna a cantos litúrgicos de esta deidad, ni a bailes ni vestuario alegórico, en una libérrima interpretación.
Michael R. Pitts en su libro Astor Pictures: A filmography and History of the Reissue King, 1933-1965, reproduce el juicio crítico de la revista Variety: “Pocos son los valores de Sarumba como producto de entretenimiento. La historia y el diálogo son débiles, y la producción general refleja un presupuesto escaso... en su mayor parte, la imagen ofrece un duro desafío para quienes se dedican a lo dramático-teatral.” Al columnista, nada le gusta el desempeño de Tommy Wonder como bailarín, ni las rutinas que exhibe en el filme: “El mejor de ellos –afirma- es el tema, que combina porciones de samba y de rhumba.”1
Como solía ocurrir en la época, los créditos ignoran al personal “nativo”, en particular a los músicos cubanos que animan una buena parte de la película. En varias escenas y en el final, la orquesta que aparece es una jazz band cubana donde se identifica al pianista Wenceslao “Laíto” Castro, a la que se suma el Conjunto Vocal de Facundo Rivero -que pueden apreciarse a partir del minuto 56.47 y escucharse en los coros-, junto a tres tamboreros cubanos donde solo se identifica a Faustino Mario Chappottín “Tabaquito”.
Transcurrieron dos años, y el 17 de octubre de 1949 en el diario The Brooklyn Daily Eagle, la distribuidora Eagle-Lion Films anunciaba que Sarumba estaba lista para su lanzamiento, pero a juzgar por las referencias en la prensa norteamericana, productores y distribuidores no invirtieron demasiado en su promoción, aunque fue incluída, siempre como segunda película, en las carteleras de numerosas ciudades norteamericanas.
A mes y medio de su estreno, la Liga Nacional de la Decencia y la Federación Internacional de Entidades Católicas, dieron a la inocua Sarumba la clasificación B –parcialmente objetable- en la Lista Nacional de Películas, o sea, el escalón inmediatamente anterior a la censura. La lista fue publicada por varios medios de prensa, en particular The Tablet (Brooklyn) en su edición del 18 de febrero de 1950, lo que no impidió su distribución ese año, ni dos años después, con Astor Pictures como nuevo distribuidor, quien consiguió también llevarlo a la televisión.
De manera anónima, sin que su nombre apareciera en créditos, y con su voz perdiéndose en el coro en alguna que otra escena, Elena Burke tiene en Sarumba su primera rodaje fílmico, como parte del Conjunto Vocal de Facundo Rivero. Al año siguiente, en 1948 y haciendo parte de Las Mulatas de Fuego, la Burke aparece, con igual anonimato en el filme mexicano Salón México, que sería estrenada primero que Sarumba, en 1949. Cuando se rodaba el filme norteamericano, Elena integraba, en paso fugaz, la agrupación liderada por Facundo. Vendrían después su temporada como integrante del Cuarteto de Orlando de la Rosa y después su primera consagración en el mítico Cuarteto D’Aida. El año en que se estrena Sarumba, es también el momento en que Elena Burke realiza su primera grabación para un disco: el bolero Quédate esta noche, acompañada por la Orquesta Bufarti (de Óscar Muñoz Bouffartique) que sería publicado por el efímero sello norteamericano Lina Records (L-011).
Sarumba pasó sin penas ni glorias por las carteleras norteamericanas. No fue estrenada ni vista en los cines cubanos, y no ha tenido reediciones en otros formatos audiovisuales. (Rosa Marquetti)