Fusté Show (1950/10) Año 01 - No. 04

Referencia/ISBN: Año 01 - No. 04
ID Colección: REV0081
Formato: Cancionero (22 x 30 cm)
País origen: Cuba
Año: 1950/10
Featuring:
Dámaso Pérez Prado - Artista(s) de la portada
Descripción:

En este número, entrevistas de Luis Santí por Bobby Martínez, y Dámaso Pérez Prado por José Antonio Méndez. Reproducimos esta última a continuación:

UNA ESTRELLA ENTREVISTA A OTRA: DÁMASO PÉREZ PRADO, EL REY DEL MAMBO, POR JOSÉ ANTONIO MÉNDEZ:

Enseguida que arribé a México, mis primeros pasos fueron para estrechar la mano de un querido amigo, un compañero en el arte, que triunfaba por todo lo alto. Admiraba yo, en grande, el tesón con que Pérez Prado se dio a crear el mambo, un ritmo simplemente nuevo, para lanzarlo en un terreno extraño, sin tener un ápice de esperanza de que su música triunfar, solamente con la obsesión de innovar, de crear un ritmo que estuviera a nivel con las exigencias del modernismo. Yo mismo, he sentido a mi música, pero el miedo de que no llegue a gustar al público, me ha paralizado el propósito. Por eso, y por todo lo que él representa, yo admiro a Pérez Prado, por el valor que tuvo al brindar una novedad, y sobre todo en un país que no es Cuba, donde por ser nativo su música, quizás hubieran comprendido mejor. Y hacia las oficinas de la E.M.M.I., la casa editora que distribuye sus arreglos, nos dirigimos, sabiendo que en estos momentos él se encontraba allí, como siempre trabajando. Después del clásico abrazo, y de sus preguntas sobre su querida Cuba, Pérez Prado nos empieza a contar su vida:

- Nací un 21 de diciembre, en Matanzas. Cursé mis primeros estudios de piano con la profesora María Ángulo, también de Matanzas. Comencé a actuar en La Habana, por el año 1938, en el Cabaret Pennsylvania, de donde pasé más tarde, al Kursaal. Por cierto que trabajando en este cabaret fui cesanteado, ya que me quedaba dormido sobre el piano, precisamente cuando más indispensable era mi actuación, o sea durante el show. Después, formé parte de la orquesta Paulina Álvarez. Haciendo a "Cascarita" aquellos famosos arreglos de "El cuento del sapo", de Félix Cárdenas; "Dice mi gallo", de Iván Fernández, y ahora que tanta popularidad obtuvieron en el patio, comencé mi carrera de arreglista. Más tarde, tomé parte de la Orquesta Casino de la Playa. A partir de entonces, comencé a destacarme, hice mis maletas y me fui a Nueva York, después a la Argentina, como acompañante de Blanquita Amaro; a Venezuela, Panamá y Puerto Rico. En el año 48 vine a México y también el 49, pero sin gran éxito. Pero al fin del propio año 1949, cuando vine por tercera vez propuse el nuevo estilo, el mambo batiri. El señor Mariano Rivera, gerente artístico de la RCA Victor, con clara visión musical me auguró un rotundo éxito. Y así fue. El Teatro Margo donde vengo actuando hace una larga temporada, se ve colmado, noche a noche, de público. Quiero hacer constar que, más que nada, debo mi triunfo al señor Mario Álvarez, de la editorial E.M.M.I., que con su eficiente colaboración en mis arreglos orquestales han patentizado más y más mi labor artística.

Le pregunto que si las grabaciones hechas por orquestas americanas le reportaban beneficio, o le restaban popularidad para el futuro, Nos responde que debido a la fidelidad de las interpretaciones de dichas orquestas y con la frecuencia con que vienen grabando, afianzan cada vez más, la preponderancia de su nuevo estilo: el mambo.

- Bien, Pérez Prado, todos los cubanos deseamos saber, a modo fiel, qué dices, cuando emites esa expresión de júbilo ante cada efecto de metales y por qué se escucha ésta en todas tus grabaciones.

- Te diré que esta fue una expresión espontánea (sin darme cuenta), y quedó grabada en la placa, que más tarde saldría a la venta. Así tú ves, pegó el "Dilo", que es precisamente la palabra. Así continué haciéndolo en mis demás grabaciones, y en la actualidad donde quiera que hago una presentación con mi orquesta, el público grita: "Dilo", porque conoce los arreglos.

- ¿Qué perspectiva tienes para el futuro?

- Después de una tournée que emprenderé a partir del día 12 de este mes de septiembre, que comprenderá, entre otros países, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y, posiblemente, La Habana, formaré una banda mayor compuesta por 40 músicos, y dicho sea de paso, daré a conocer un nuevo estilo que espero tenga la misma aceptación del anterior.

- ¿Tienes alguna anécdota que contarnos?

- Bueno, si esto se puede considerarse como una anécdota; tú sabes que, indiscutiblemente, la pieza que más aceptación ha tenido, internacionalmente, de las que yo he compuesto es "Qué rico el mambo" ("Mambo Jambo" en el Norte); pues bien, jamás imaginé tal cosa, por el contrario pensé sería la grabación menos ajustada y de menor popularidad y te voy a decir por qué: estábamos citados para grabar un sábado, dos números, pero la compañía me pidió dos más, y yo tenía solamente uno disponible. Fue así como una hora antes de la grabación, me dispuse a hacer un mambo, para cubrir la sección, y ya tú ves, cómo son esos fenómenos en la música, surgió un hit, de lo que menos esperaba yo llegara a ser: "Qué rico el mambo".

- A propósito, Pérez Prado, ¿cuál es a tu juicio tu mejor grabación, o sea la que más te gusta?

- "Mambo en sax" -nos dice.

- Dámaso, he podido darme cuenta de que los mexicanos utilizan ese dicho tan tuyo, que es "ni hablar".

- Es verdad, pero no dicen "ni hablar", sino "ni hablal" (terminado en "l"). A los mexicanos, les encanta nuestro español especial, y lo utilizan jocosamente.

- ¿Cuál será tu próxima grabación?

- Precisamente esta que te voy a tocar inmediatamente. Se titula "Jambo Jambo", y es la contestación a "Que rico el mambo".

Después de escuchar el acorde final, no pude menos que decir:

- "Ni hablal", mulato, esto es otro "tiro". Bueno, Prado, yo creo que con todo esto, los cubanos estamos orgullosos de ti, porque sabemos que has de dar a nuestra música, un avance máximo. ¿Nos tomamos un cafecito?

- Encantado -me responde- pero invito yo, porque tú eres la visita.

Y así salimos de la E.M.M.I., hacia la calle Victoria y Luis Moya, donde brindamos el éxito de nuestros empeños musicales.