El autor del libro premiado La Venus de bronce. Una historia de la zarzuela cubana (2010), se interna esta vez en las campañas cubanas del empresario Adolfo Bracale, sinónimo de la ópera italiana para la América Central y el Caribe, sobre todo Cuba, cuya capital devino ciudad-laboratorio por la que medía el éxito de sus temporadas. Entre los años 1916 y 1930 trajo a la isla los principales cantantes de su época, entre ellos, Hipólito Lázaro, Titta Ruffo, Tito Schipa, Amellita Galli-Curci y Gabriella Besanzoni, para culminar con la presencia, por tanto tiempo soñada, de Enrico Caruso. Contratado por una suma millonaria, diez funciones (ocho de abono) bastaron para crear, en medio de las “vacas gordas”, uno de los sucesos más controvertidos de los anales del bel canto en la Isla. ¿Qué destacar de un libro así? La apasionada investigación, el riguroso recuento, la agradable lectura y también el punto de vista del autor, afanado en brindar varios prismas de la misma historia. Enrique Río Prado, con respeto e inteligencia, proporciona una lectura deliciosa, ilustrada con decenas de imágenes, que complacerán a conocedores y especialistas y los demás, el público lector.

Enrique Río Prado (Santa Clara, 1946). Filólogo, investigador e historiador del arte lírico cubano. Autor de varios títulos publicados en Cuba, Estados Unidos e Italia, entre los que se destaca La Venus de bronce. Una historia de la zarzuela cubana (2010). Su labor se ha visto reconocida con el Premio de Investigación cultural Juan Marinello y el Premio de la Crítica Científico-Técnica.

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