Bolero

Formato: 1sh (76 x 101 cm)
País distribución: Estados Unidos
País origen: Estados Unidos
Año: 1934
Featuring:
Wesley Ruggles - Dirección
Nathaniel Finston - Dirección musical
Paramount - Producción
Carey Wilson - Historia
Kubec Glasmon - Historia
Horace Jackson - Guion
LeRoy Prinz - Coreógrafías
Leo Tover - Fotografía
Ralph Rainger - Música
Bernhard Kaun - Música
John Leipold - Música
George Raft - Intérprete
Carole Lombard - Intérprete
Sally Rand - Intérprete
Descripción:

Faltaba solo un año para que Carole Lombard y George Raft cayeran en las redes de la rhumba fever que desde 1930 se había desatado en Estados Unidos con el boom de El manisero, de la mano (y voz) de Antonio Machín y la orquesta de Don Azpiazu. En 1935 protagonizarían el filme Rumba, dirigidos por Marion Gering, pero éste no sería su primer acercamiento a géneros y ritmos foráneos, a lo latino: un año antes Raft y Lombard protagonizan el filme Bolero, dirigido por Wesley Ruggles, pero su título no debe entenderse como una referencia al popular género de la canción en el ámbito hispanoparlante: en este filme la banda sonora se centra en la obra homónima de Maurice Ravel (Ciboure, 7 de marzo de 1875 - París, 28 de diciembre de 1937), la más famosa y universal de su carpeta autoral.

Lo que inicialmente fue una obra encargada al célebre compositor francés por la bailarina y coreógrafa rusa Ida Rubinstein para un ballet de carácter español, se convirtió de inmediato en un éxito total que trascendió las fronteras de Francia. En la búsqueda para concretar la encomienda, Ravel se decanta por una antigua danza andaluza -el bolero-, componiendo una melodía envolvente, pero sustituyendo las clásicas castañuelas y panderetas, por el tambor de orquesta, en un ostinato de dos compases que es repetido ciento sesenta y nueve veces, según la partitura original, con los que consigue transmitir una fuerza casi telúrica en progresión emotiva. La Rubinstein, discípula de Mijail Fokin, ex-estrella de los Ballets Rusos de Serguei Diaghiliev, y ahora dueña y productora de su propia compañía, fue la inspiración de la famosa obra de Ravel, estrenada el 22 de noviembre de 1928, en la Opéra Garnier de París.

En el filme Bolero, el director musical Nathaniel Finston ubica la obra de Ravel desde el inicio mismo de la presentación de los primeros créditos principales. El argumento sirve de marco a sus protagonistas –Lombard y Raft- para mostrarse como apasionados danzarines en los roles de Raoul, el ambicioso bailarín dispuesto a todo por triunfar, y Hellen, la única mujer en su vida con algún significado verdadero. Producido por Paramount y rodado en sus estudios de Melrose Avenue, en Hollywood, el filme representó para George Raft una rara oportunidad para brillar en lo que había sido su principal ocupación en Nueva York, antes de convertirse en la encarnación del gangster en el cine norteamericano. Antes de aparecer en películas de Hollywood, Raft había sido taxi-dancer en Nueva York, sirviendo de pareja a mujeres en los clubes por “diez centavos por baile”. Podía bailar en cualquier estilo y ritmo, incluído lo español. Eran los tiempos en que un joven inmigrante italiano nombrado Rodolfo Valentino, hacía lo mismo en la misma ciudad. Raft había comenzado a aparecer en películas desde 1929, en el film Queen of the Night Clubs, y cuando se enfrentó a su papel en Bolero, su filmografía en roles de diverso calibre sumaba ya la veintena. Carole Lombard era ya una estrella mimada de la Paramount, con una exitosa carrera en el cine, principalmente en filmes donde podía exhibir su notable histrionismo y su belleza.

A pesar de la experiencia con que ya contaban Lombard y Raft como bailarines, ambos tuvieron como dobles en ciertas escenas complicadas, a la conocida pareja de bailes Veloz y Yolanda (Frank Veloz y Yolanda Casazza), probablemente mucho más entrenados en interpretar de manera orgánica una pieza de claros aires ibéricos. Desvelando uno de los secretos muy bien guardados de Hollywood, Guy Veloz, hijo del bailarín Frank Veloz, reivindicó hace poco la participación de su padre Frank Veloz –quien murió en 1981- como doble de George Raft en escenas del filme Bolero, como las que implicaban acrobáticas elevaciones y descensos de la pareja.

La crítica especializada dedicó prolongados elogios al filme y al desempeño de Lombard y Raft. Cuando al año siguiente se estrenó Rumba, fue inevitable que muchos columnistas compararan ambos filmes, decantándose casi con unanimidad por el encomiable resultado de Bolero, en cuanto a producción, niveles interpretativos y dirección, frente al filme Rumba, donde, según algunos críticos, los productores quisieron repetir la fórmula del éxito, pero reduciendo costes, lo que repercutió negativamente en el resultado final, lastrado además por una inferior calidad en la dirección y producción. Muchos críticos consideran a Bolero como el mejor de los filmes musicales protagonizados por George Raft fuera de los papeles de gangsters que después serían frecuentes en su carrera. Entienden que más que un argumento sólido, lo que destaca y hace singular el filme es la recreación del ambiente en el que transcurre, y el refinado estilo.

La profusa publicidad que tuvo Bolero se confirma en los más de quince diseños diferentes de los posters y lobby-cards impresos en los múltiples países donde fue exhibida a raíz de su estreno: en Estados Unidos, Japón y varios países europeos (en España se estrenó el 1 de abril de 1935) hasta totalizar una decena de países solo en 1934. A cargo también de la distribución, Paramount propició con tal despliegue no sólo un importante espaldarazo a las carreras de George Raft y Carole Lombard, sino que contribuyó a la difusión global de la obra más famosa de Maurice Ravel, considerada no solo su obra más famosa, sino también uno de las grandes obras musicales del siglo XX. (Rosa Marquetti)