Septeto Diana Habanera
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En una prolongada sesión producida por los técnicos del sello Victor que se habían desplazado hasta La Habana, el 21 de marzo de 1927 el Sexteto Habanero graba el son Diana “Habanero”, de Gerardo Martínez Rivero, una suerte de llamado de alerta –como la diana mambisa que sonaba en los campos de batalla- que avisaba que ya el Sexteto Habanero estaba allí y que empezaba a tocar.
A gozar, a bailar
A rumbear, que la fiesta va a empezar.
Publicado en el disco Victor 79464, y anunciado en la prensa cubana en setiembre de ese mismo año 1927, el son de Martínez Rivero se hizo popular y nos preguntamos hoy si pudo haber inspirado al grupo de muchachos que se unieron en la capital cubana para formar el septeto Diana Habanera.
Su origen y recorrido musical permanecen aún como una incógnita. No ha sido posible encontrar datos acerca de sus integrantes, aunque su territorio de pertenencia y accionar queda claro por su nombre. Al parecer, el Diana Habanera era muy popular en todos los barrios de La Habana, según indica Jesús Blanco Aguilar en su libro 80 años de son y soneros en el Caribe, pero ésta es la única referencia que hace el finado musicólogo cubano sobre la agrupación, sin más datos ni noticias.
Donde sí encontramos algunas menciones al septeto Diana Habanera es en alguna prensa de la época, y en todos los casos, se le vincula a las sociedades de naturales españoles en La Habana, principalmente de origen gallego, y a las fiestas, verbenas y festividades que celebraban de manera regular. En las décadas de los años 20, 30 y 40 las contrataciones de soneros y músicos cubanos en general representaron una nada desdeñable fuente de empleo y confrontación para muchas agrupaciones de música popular bailable, en tiempos en los que el son, el danzón y el danzonete hacían furor. Espacios que también fueron importantes y donde el septeto Diana Habanera se hizo acreedor de elogios por parte de la prensa fueron los jardines de las fábricas de cervezas, maltas y de hielo La Tropical y La Polar, regentados también por emigrados españoles. (Rosa Marquetti)