Antonio Machín, Armando Oréfiche y Damaso Pérez Prado en el Museo Chicote de Madrid

ID Colección: 0900
Formato: Fotografía
País origen: España
Año: 1958
Featuring:
Dámaso Pérez Prado - Piano, Director(a) de orquesta, Compositor(a)
Armando Oréfiche - Piano, Director(a) de orquesta, Compositor(a)
Antonio Machín - Cantante(s)
Descripción:

En dorso: Archivo gráfico Triunfo, 18 de junio de 1958.

En mayo de 1958, Dámaso Pérez Prado, quien con sus dinámicos mambos iba revolucionando el panorama del jazz y el swing en Europa desde hacía una década, desembarcó en España para presentar su nuevo ritmo, el tarará. Curiosamente, entre los primeros en alegrarse y compartir la noticia estuvo el Diario de Zamora de Falange Española de las J.O.N.S. (Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista), quien dedicó una entrevista con jerga militar al músico matancero “P. P.”, aclarando: “P. P. no son las siglas tras de las que se oculta el nombre misterioso de un individuo que trae en jaque a los servicios de contraespionaje de ningún país. Se trata, sencillamente, de Pérez Prado, el legítimo y auténtico rey del mambo. […] El objeto de este viaje es preparar el terreno para lanzar otra bomba que conmocionará nuevamente el cosmos musical. Aunque hasta dentro de unos meses no la piensa arrojar, esta bomba ya fabricada”.

En la entrevista, Pérez Prado no se extendió mucho sobre las especificidades de su nuevo género musical, limitándose en decir: “En su composición he incluido elementos de música sincopada. Tiene un ritmo trepidante. Pero me ha parecido conveniente situarlo entre el mambo y el cha-cha-chá.”

Apenas unos días después, el tarará pasó a llamarse “ritmo ja” y se formalizó con el lanzamiento de esa “bomba ya fabricada”, un long-play de la RCA Española con catorce títulos y dos extended-play de cuatro títulos. El 9 de junio fue presentado con gran pompa durante cuatro noches en el Circo Price de Madrid. Un exuberante show músico-circense precedía la entrada del maestro cubano, anunciado como el “rey del mambo y emperador del ja”. Participaban en ello The Morgans, cómicos musicales; The Three Quarters, trío de baile americano; Bobby Jule, malabarista cómico americanos; Bieter Oswino, antipodista; Simone y Rogers, pareja de bailes cubanos; Benny’s Trio, fantasistas de las danzas cubanas; “la Venus de color” Caridad Ortiz, vedette cubana; “el torbellino cubano” Silma Moreno, bailarina y cantante cubana; y Barboza y sus Compañeros, conjunto vocal paraguayo. En la grandiosa big-band de 25 músicos de Pérez Prado, denominada Orquesta Black and White, las estrellas solistas eran el trompetista Louis Valizán, el saxofonista René Bloch y el batería Leo Acosta. El periodista Ángel Laborda, presente en el estreno, escribió: “Dámaso Pérez Prado es hoy la vanguardia del ritmo antillano, del ritmo sincopado, de la música de mayor atractivo entre los llamados ‘locos de la música’. Sorprenden sus tonalidades, brillos orquestales, acentos, melodías al ‘ritmo del ja’, como ellos advierten. Y así, la segunda parte de este espectáculo presentado anoche en el Price, totalmente dedicado a esta atracción internacional, transcurrió entre aplausos, vítores y peticiones de los muchos aficionados a este género. Arrancó ovación muy especial el ‘batería’ de la orquesta. Leo Acosta, que hizo un verdadero alarde de su dominio en la batería, así como de sus condiciones físicas. Porque la verdad es que para poder expresar ese ritmo trepidante y vario a ese compás hay que poseer cualidades de atleta. […] Con el gran Pérez Prado, dinámico lleno de simpatía, actúan atracciones de baile muy interesantes. En una palabra, los buenos aficionados a este nuevo género, de expresión auténtica del ritmo afrocubano, tienen en el Price a su mejor profesor.”

El 14 de junio, su programa de atracciones internacionales se desplazó a Barcelona para triunfar en la plaza de toros Las Arenas. La Hoja de la Provincia de Barcelona del 16 de junio da una idea del ambiente: “La numerosa concurrencia de la función inaugural, beneficiada así mismo por la agradable temperatura, dedicó fervorosos aplausos a todos los participantes en el espectáculo, y en especial al simpático Pérez Prado y a los solistas de su orquesta”, destacando otra vez a Leo Acosta, “aplaudidísimo en un prolongadísimo solo”. La gira barcelonesa de cinco noches se terminó el 18 de junio. Ese mismo día, Dámaso Pérez Prado se había dejado fotografiar por la revista Triunfo en la famosa coctelería madrileña Museo Chicote, en compañía de sus dos compatriotas Armando Oréfiche y Antonio Machín.

El 7 de julio, Pérez Prado volvió a presentarse con su orquesta en Madrid, esta vez en el Florida Park, sala de baile que perdura todavía en el parque del Retiro. Diez días después, trasladaba su “extraordinario show de atracciones de color” a la plaza de toros de Madrid para el Gran Festival Radiofónico organizado a beneficio del fondo de ahorro de la SER y patrocinado por Avecrem de Gallina Blanca. Participaban en el acto Lola Flores y su esposo, Antonio González, Lilian de Celis, Laredo y sus Violines y varios locutores, entre otros artistas. Se anunció la participación de Dámaso Pérez Prado en el Baile de los Novios organizado por la Asociación de la Prensa el 3 de agosto, pero el rey del mambo tuvo que regresar urgentemente a Nueva York por motivos indeterminados. Lo cierto es que su composición Patricia, “hottest single in the business” (Billboard, 16 de junio de 1958), estaba batiendo un record de venta en Estados Unidos y pronto lanzaría su próximo álbum “Dilo! (Ugh!)” encabezado por este nuevo éxito, olvidando su fantástica, pero efímera aventura española del ja. Eso sí, la juventud del país, de cualquier aspiración política que fuera, siguió bailando con los trepidantes ritmos de Pérez Prado, siempre distribuidos en vinilo en la España de los años 50 y 60. (Tommy Meini)