Sonora Nacional de Piñón

ID Colección: 0305
Formato: Fotografía
País origen: Cuba
Año: 193-
Featuring:
Sonora Nacional - Agrupación musical
Pao Dorvigni - Tres
Alfredo Dulfo "Ñato" - Guitarra, Voz
Tito Macurán - Contrabajo
José Facenda "Cheo" - Maracas, Voz
Descripción:

Dentro del boom increíble del son en los años veinte, surge el sexteto Sonora Nacional en los primeros años de la década del treinta en La Habana. En febrero de 1934 el Diario de la Marina anunciaba su presentación por las ondas de CMBS, la emisora de Enrique Artalejo. Es la referencia más antigua que encontramos de lo que luego sería conocida también como La Sonora de Piñón, en alusión a su director y fundador el trompetista Manuel “Manolo” Piñón, quien unió inicialmente a los hermanos Guillermo y Romualdo Alán, tresero y contrabajista respectivamente, los cantantes José “Cheo” Facenda y Alfredo “Ñato” Dulfo (quien en fotos firmaba D'Wolff) –cada uno a cargo de maracas y guitarra-, y el legendario Rogelio “Yeyito” Iglesias en el bongó. Poco después de creada, los hermanos Alán dejarían la formación y en su lugar entran el bajista Tito Macurán y Juan Antonio “Pao” Dorvigní, quien llevaría al entonces Sexteto Sonora Nacional a través de varias décadas y varios cambios de nombre.

Durante la década de los treinta, la Sonora Nacional de Piñón resulta de las más solicitadas para amenizar bailes y verbenas de las sociedades de naturales españoles en Cuba, y en eso se codeaba con las mejores agrupaciones del momento: Antonio María Romeu, Sonora Matancera, la orquesta Ensueño de Guillermina Foyo, Cheo Belén Puig con su cantante Pablito Quevedo, Paulina Álvarez, Anacaona, cuando aún era un sexteto, y otras de las más renombradas en ese momento. Como hecho peculiar, la prensa recoge, el 25 de julio de 1935, el anuncio de una colosal verbena en el Club Español de Almendares amenizada por un pianista de catorce años llamado Frank Emilio y el sexteto Sonora Nacional. Pronto se convierte en septeto y se hará notable como continuadora de las innovaciones que estaba introduciendo el gran tresero y compositor Eliseo Silveira en el mundo de los septetos y del que Pao Dorvigní recibí gran influencia. Según Jesús Blanco Aguilar, “Silveira aporta y desarrolla los elementos armónicos y de estilo necesarios para el inicio de la tresística cubana, compone el bolero-son titulado 'Si tú me niegas', primero en su estilo donde las voces prima y segunda se independizan en un pequeño, pero bello contracanto. Silveira es el precursor de esa modalidad que tanto gustó y encontró en los sextetos Bolero, Carabina de Ases, Sonora de Piñón y el Rey de Reyes, sus mejores exponentes.”

La Sonora de Piñón, siendo tan popular a nivel radial y de espacios bailables, hasta donde se sabe, no realizó grabaciones. De Manolo Piñón no se tienen más datos en esos años y es en la segunda mitad de los años cincuenta en que la agrupación reaparece, con sonido de conjunto sonero, como Sonora Nacional de Pao Dorvigní grabando al menos seis temas que salen publicados en tres discos de 78 rpm bajo el sello Panart: en 1957, Mofocún / El paquetero (P-1902); y en 1958, Oye, lo que no hay es que morirse / Sin caña no hay caramelo (P-1923) y Machinambe / Habana Camagüey, este último un tremendo son montuno donde según la inspiración de los cantantes, tienen como invitados a Agustín Gutiérrez “Mananaen el bongó y a Carlos “Patato” Valdés.

En los años 50 Pao Dorvigní aparece también cantando con René Álvarez y su conjunto en dos grabaciones para el sello Sonoro –marca derivada de Panart–: Señor porqué y Se olvidaron de Santiago (S-108). (RM)