Aurora Lincheta

ID Colección: 1729
Formato: Fotografía (20 x 25 cm)
País origen: Cuba
Año: 195-
Featuring:
Aurora Lincheta - Cantante(s), Vedette(s)
Descripción:

A Aurora Lincheta (Cuba, 13 de agosto de 1918 - ¿?) la persiguió en vida cierto designio maldito. Cuando comenzó en La Corte Suprema del Arte, ganando en 1938 uno de los primeros premios, dio muestras de tal versatilidad y calidad vocal, que sus actuaciones ante los micrófonos del programa de CMQ no pasaron inadvertidas para el compositor, director y productor Ernesto Lecuona. Con una canción suya –Pavo azul- , la joven Aurora había ganado el primer premio la noche del 6 de diciembre de 1938, demostrando sus grandes dotes para el canto lírico, pero enseguida le llegó, de muchos lugares –entre ellos, la dirección de CMQ- la recomendación de que mejor se dedicara a cantar pregones y afros costumbristas.

En paralelo, y con la premura que marcaba la producción cinematográfica de la época, Aurora empieza a ser un figura recurrente en los filmes realizados en 1939: Siboney, Ahora seremos felices y Cancionero cubano. Este último filme, dirigido por Jaime Salvador con guión de José “Pepito” Sánchez Arcilla, transcurre en dos planos, uno teatral a cargo de Alberto Garrido y Federico Piñeiro, y otro, recreando un espectáculo musical en un escenario, y tiene como figura central a Ernesto Lecuona quien, acompañado por la Orquesta de La Habana, hace desfilar a los nuevos valores que para el canto lírico había revelado La Corte Suprema del Arte y otros espacios artísticos.

En Cancionero cubano, la Lincheta interpreta la canción lírica Allá en el batey, de Ernesto Lecuona. Rita Montaner, entonces indiscutida y absoluta diva de la escena lírica cubana, no vio con buenos ojos a la notoriedad que iba alcanzando la Lincheta, ni otras voces jóvenes emergentes. Habían razones personales y también comerciales (los empresarios radiales lograban llenar sus programaciones con artistas de tirón popular, pero que se conformaban con pagos que serían irrisorios para una diva). Eso marcó un designio maldito para Aurora, que se vio alejada cada vez más del canto lírico y lanzada al mundo los pregones y las guarachas.

El filme Cancionero cubano fue un éxito rotundo en los cines cubanos en 1939, pero muy pronto sus rollos se perdieron, sin que pudieran ser encontrados hasta 2016, en que la Cinemateca de Cuba los localizó en un almacén perdido en los estudios fílmicos de Cubanacán, en La Habana. Los rollos de imágenes estaban completos, pero faltan parte de los rollos más pequeños donde solía grabarse el audio, de manera independiente. Entre los muchos números musicales del filme, la única canción de la que solo puede escucharse algunos segundos, y ya no más, es Allá en el batey, por Aurora Lincheta, que, de existir, sería la prueba irrefutable de su talento como soprano. La Lincheta nunca grabó en discos esa canción y ya no podrá apreciarse las cualidades de su voz, como prometía este filme.

Esa especie de maldición, la eterna rivalidad de una diva en madurez y esplendor incontestable frente a una joven cantante que, sin tener, ni con mucho, la excelencia de aquélla, le provoca disgusto e inseguridad, la persiguió para siempre y al decir de algunos que la conocieron, motivó el alejamiento de la Lincheta de los escenarios, micrófonos y pantallas en Cuba, hasta residir definitivamente fuera de la Isla.

Con la aparición de la copia mutilada de Cancionero cubano, la leyenda negra de Aurora Lincheta continúa persiguiéndola el siglo XXI.

(RM)