Sexteto Munamar

ID Colección: 2157
Formato: Postal
País origen: Cuba
Año: 1930
Featuring:
Sexteto Munamar - Agrupación musical
Juan Suárez - Tres
Alberto Zayas - Guitarra, Cantante(s)
Antonio Piñera Cuartales "Tatica" - Claves, Cantante(s)
Descripción:

De izq. a der.: Antonio Piñera, Panchito, Andrés Sotolongo, X (contrabajo), Mario Fernández, Alberto Zayas "El Melodioso", Juan Suárez?.


Aunque algunas fuentes indican 1930 como el año de que formó el Sexteto Munamar, lo cierto es que en la prensa cubana se le menciona desde años antes, como cuando ameniza un importante evento de la Asociación Deportista Juvenil en los salones de La Cotorra, en Guanabacoa, La Habana, el 13 de junio de 1928. A partir de ahí, las noticias lo sitúan con mucha frecuencia animando fiestas y verbenas de las sociedades de naturales españoles en la capital cubana.

Los orígenes del Sexteto Munamar no están claros, pese a que todas las fuentes coinciden en ubicarlo en el poblado habanero de Regla: según el musicólogo Jesús Blanco Aguilar habría sido organizado por el cantante Juan José Izquierdo, actuando como director, pero la periodista Erena Hernández narró en su libro La música en persona, lo que le contó Félix Chappottín: que quien lo fundó, cerca de 1930, fue el padre de Roberto Faz y el gran sonero de Regla, con apenas 16 años, tocaba el contrabajo subido en un cajón. Las diferentes fuentes coinciden en cuanto a sus integrantes: el investigador y musicógrafo Michael Ávalos en sus notas al CD "Sextetos Cubanos. Sones 1930" publicado por Arhoolie, coincide en lo esencial con Blanco Aguilar, aunque éste incluye a Alberto Zayas "El Melodioso" como guitarra y segunda voz y Juan José Izquierdo como cantante y director. Los restantes músicos son el gran Félix Chappottin en el cornetín o la trompeta; Antonio Piñera Cuartales “Tatica”, voz y claves; Longino en el bongó y Juan Suárez en el tres. En las notas del CD del sello Fly coincide con algunos de estos nombres, pero en lugar de Chappottín indica en la trompeta a Mario Fernández; Eulalio Kessel, maracas; Diego Pedroso, guitarra, y en el bongó a Andrés Sotolongo.

Dentro de la acusada competencia entre los sellos norteamericanos que operaban en Cuba, interesados por cubrir el espectro del género de moda, el son, la Brunswick apostó por el sexteto Munamar. La marca norteamericana tenía presencia en el mercado cubano desde los tempranos años del siglo XX. En la primera mitad de los años 20, en la calle O’Reilly 102 existía un almacén distribuidor bajo el nombre Compañía Brunswick-Balke-Collender. El Diario de la Marina en 1929 señala a Francisco Bartroli como representante de Columbia y Brunswick a través de su tienda Al bon marche, situada en la actual calle Reina. La Brunswick hacía sentir en la capital cubana el impacto de las innovaciones tecnológicas de la marca, primera en fabricar fonógrafos eléctricos, en momentos en que sus émulas Victor y Columbia lanzaban los primeros discos grabados y reproducidos eléctricamente.

El Sexteto Munamar, muy elogiado y popular, graba para este sello seis discos en diferentes fechas de 1929 y 1930. Si nos atenemos a las referencias de cada disco, éste con los temas Espabílate (Eliseo Grenet) y Tras la reja (Eulalio Kessel) fue el primero grabado por el Munamar (Br-40830), el 12 de septiembre de 1929. Poco más de ocho meses después, el 21 de junio de 1930 graban otros seis sones: Yibirí y Crucé los mares (ambos de Antonio Piñera), Chaquetón (Diego Pedroso), Entre todas las mujeres (R. Moya), Lucumí (Juan Suárez) y Acuérdate bien chaleco (Rosendo Ruiz Suárez) y Vengan, vengan, con arreglo de A. Ruiz. Otros tres sones registraron los músicos del Munamar: Consuelo y Ahora sí, ahora no, grabados cerca de 1930, y ¿Vamos a gozar? Un son que solo aparece en el CD del sello Fly, no así en el CD de Arhoolie, ni referenciado en la enciclopedia discográfica de Cristóbal Díaz Ayala. Tampoco en trabajos de catálogo del sello Brunswick.

Entre 1928 y 1932, el Sexteto Munamar alternó en escenarios con orquestas prominentes entonces, como la de Tata Pereira, el Sexteto Sonora Matancera, la orquesta danzonera de Belisario López, la Biltmore Jazz Band, la Estudiantina Oriental, la Orquesta Neno González con su cantante Alberto Roche, y otros. Se presentó en sitios muy populares entonces como los Jardines de la Cotorra, el Casino Español, los Jardines de la Tropical. También en las emisoras radiales 2PC y CMBC. No hay referencias de que su trabajo musical los haya llevado a presentarse en otras ciudades cubanas.

La vida del Sexteto Munamar fue corta, al parecer, pues a partir de 1932 desaparece de las noticias y referencias en la prensa cubana, quedando solo pocas fotos y sus registros fonográficos. (Rosa Marquetti)