Carlos Gardel

Referencia/ISBN: 9788433420336
ID Colección: LIB0119
Formato: Libro
País origen: España
Año: 1986
Featuring:
Jorge Luis Borges - Prólogo
Carlos Zubillaga - Autor(a)
Ediciones Júcar - Editorial
Descripción:

Nos volvemos a encontrar en la Colección de Gladys Palmera con un libro de Editorial Júcar, de España y de su serie “Juglares”.

La  editorial es por demás interesante porque supo vivir en etapas franquistas, editando libros de algunas manera censurados (para no decir perseguidos) de autores como Sartre Gramsci. Se las ingeniaron Silverio Cañadas y su esposa para editar buena literatura, opinión, relatos y hasta colecciones como ésta de Juglares donde están por fortuna recogidos músicos como Bob Dylan, Los Beatles, Leonard Cohen,  el libro acerca del Corrido Popular Mexicano, de Álvaro Custodio y éste que presentamos, dedicado a Carlos Gardel y escrito por el académico e investigador uruguayo Carlos Zubillaga Barrera.

Esta obra en tapa blanda consta de 157 páginas, y la edición que acá presentamos es de 1986. La primera edición fue diez años antes. El autor, Carlos Zubillaga Barrera, nació en 1941 en Montevideo. Desarrolla una gran actividad académica en tanto que historiador, investigador activo y docente universitario. Ha participado en diversos proyectos de investigación en su país, en Argentina, España y Francia. Es autor de una extensa obra investigativa de alto nivel académico.

En 1976 se propuso escribir acerca de Carlos Gardel para reafirmarlo como una figura viva a pesar de los años transcurridos desde su desaparición física, en junio de 1935. Por eso resultó muy curioso que recurriera para su prólogo al escritor argentino Jorge Luis Borges que, como todo el planeta conoce, no era precisamente afecto a Gardel, porque consideraba que éste había ablandado el tango despojándole de su carga  de dureza de orilla, algo que Borges amaba tanto como a la milonga.

Según Borges, no fue el pueblo quien impuso el tango, sino que recién se lo aceptó cuando fue aprobado y adecentado en París. Hasta entonces esa era la música de quienes, como dice Borges justamente en el poema “El tango”, pertenecían a la “secta del cuchillo y del coraje”.

En el prólogo de esta obra de Zubillaga, Borges señala: “El tango y Gardel son inseparables ahora. La gente lo apoda con afecto El busto que sonríe, o El mudo”

Pero como señala el autor Zubillaga “En los cafés, en los buses colectivos, en las peluquerías, en los almacenes de la periferia urbana los cromos con la imagen estereotipada del Gardel Sonrisa convocan al hombre rioplatense a una comunión emocional con la esencia de su cultura. La publicidad en todas sus formas tampoco desdeña el recurso de la mención a la imagen o a la voz de Gardel. El periodismo exhuma su recuerdo a fecha fija, fundamentalmente cada 24 de junio...”

La tumba de Gardel todos los días recibe flores, su estatua aparece todas las mañanas con un clavel en el ojal del smoking y en la mano siempre tiene un cigarrillo...encendido. Y resulta impresionante constatar que entre porteños discuten acerca hasta de la marca de brillantina que usaba en el cabello este innegable personaje de la música y la cultura del sur de América, y de buena parte del mundo.

A lo mejor no le gustó a Borges, pero la conexión popular con Carlos Gardel es mundial.